Que nuestro Android actualice más que nunca puede ser un problema. El reto ahora será mantenerlo como el primer día

Que nuestro Android actualice más que nunca puede ser un problema. El reto ahora será mantenerlo como el primer día

  • Con la mejora en la política de actualizaciones de los fabricantes, se hace más importante que nunca aplicarle un buen mantenimiento para prolongar su vida útil

  • Estos son los aspectos que más sufrirán el paso del tiempo y las acciones que evitarán la degradación y desgaste

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Movil Actualizaciones Largo Plazo

Que los iPhone sean los únicos teléfonos que suponen una buena inversión a largo plazo se ha acabado. Los fabricantes Android han mejorado en estos últimos años sus políticas de actualizaciones, es más, las grandes apuestas de Google y Samsung por periodos tan extendidos superan lo visto en Apple.

Más notable en la gama alta, nuestras próximas adquisiciones en smartphones prometen durar más que nunca. Y sean cinco, seis o siete años con el software actualizado, el evidente desgaste será notorio conforme el paso del tiempo deteriore la batería o el rendimiento del sistema. Sin duda, habrá que ser celoso en el mantenimiento: estos aspectos serán determinantes.

Las actualizaciones aumentan la longevidad de tu móvil

Google Play

Llevamos muchos años estirando la vida de nuestros dispositivos al máximo, y eso que hasta hace poco, Android no contaba con una política de actualizaciones a la altura. No es un aspecto menor: las actualizaciones traen correcciones de errores, parches de seguridad que cubren vulnerabilidades, nuevas funciones y sobre todo hacen que el software se sienta fresco.

Sí, es posible -de hecho es lo habitual- utilizar un móvil Android durante muchos años aunque su sistema operativo no se mantenga al día. Google, encargada principal de Android, ha ido mejorando este apartado incluyendo en sus actualizaciones del sistema de Google Play, pequeñas dosis de novedades que se aplican a todos sin importar el fabricante.

Un móvil actualizado durante años mejora su vida útil: protegido con parches de seguridad y rejuvenecido con nuevas funciones que los fabricantes incorporan

Pero no es suficiente: por ahí no llegan los parches de seguridad que nos protegen ante amenazas como el malware. Además, conforme más tiempo pase desactualizado más probabilidades de quedarnos sin soporte de WhatsApp y otras aplicaciones imprescindibles que todos instalamos.

Gracias a políticas más amplias en las actualizaciones de los móviles, disfrutaremos de estos en su total plenitud: también las nuevas versiones mejoran las sensaciones del dispositivo, ofreciendo ese feeling de "novedad". En otras ocasiones, agregan características de dispositivos más recientes. Vamos, razones no faltan para agradecer este cambio de tendencia.

Eso sí, más que nunca debemos cuidarlos para que se conserven en buen estado el mayor tiempo posible. Hay que mirar un par de aspectos en esta "ITV del móvil": dado que no podemos retirar componentes como en un ordenador, los cuidados son esenciales.

Cambiar la batería. ¿Cada cuánto?

La batería es posiblemente el componente interno de mayor desgaste. Tiene en el calor su némesis, es por ello necesario evitar que se caliente con cierta asiduidad. Los videojuegos con alta carga gráfica harán que el procesador exprima su potencia, con una mayor generación de calor. Más evidente será si además de jugar, estamos cargándolo al mismo tiempo, algo no demasiado recomendable.

El desgaste ocurrirá sí o sí, empezaremos a notar que su autonomía decae. Y más notorio será cuando lleve cuatro años actualizándose tanto en el lado del sistema operativo como en el de las aplicaciones: un software más moderno implicará utilizar más recursos. Todo esto conlleva perder autonomía, que unido al desgaste puede acabar con las ganas de seguir usando el dispositivo.

Afortunadamente, cambiar la batería del móvil no es algo imposible: para mayor comodidad, conviene hacerlo en un servicio técnico autorizado. Saber que ha llegado el momento de darle un relevo a la batería no es difícil, los síntomas se hacen muy evidentes. Saltos abruptos en el porcentaje o una batería hinchada piden a gritos un cambio.

Ahora bien, como no todas las baterías muestran los mismos síntomas, conviene conocer cada cuánto tiempo cambiarla. Android pronto nos lo dirá explícitamente, hasta entonces, podemos quedarnos con lo que cuentan los fabricantes: como mínimo aseguran dos años de buen rendimiento en la pila interna, en otras ocasiones algo más. También suelen comunicarlo con ciclos de carga.

Bateria extraible

Sin embargo, al final lo más recomendable es que elijamos el momento nosotros mismos. Nuestro uso determina cuánta autonomía necesitamos, en cuanto empiece a ser insuficiente, es buen momento para sustituir la batería por una nueva.

Antaño era muy sencillo gracias a las baterías extraíbles, pronto pueden estar de vuelta: la Unión Europea en su nueva ley obligará a los fabricantes a partir de 2027. Todavía no conocemos qué implicaciones tendrá, pero encajaría genial con la mejora en la frecuencia y extensión de las actualizaciones.

Protégelo, que tiene que durar

Proteger el móvil no solo conlleva ponerle una funda. Estas, pueden protegerlo de caídas y arañazos en su cara externa, pero la pantalla quizá sea el punto débil de los smartphones debido a las grandes diagonales de esta. Usar un cristal templado es casi una obligación, que lo que empieza siendo un pequeño arañazo acaba en grieta.

Y no solo importa la pantalla, sino el panel táctil. Un mal golpe significa decir adiós a esta parte tan importante: el método de introducción principal habrá desaparecido en un momento. Además, no son precisamente baratas este tipo de reparaciones. Es por ello recomendable apostar por vidrios templados antes que por las clásicas películas protectoras.

Además de estas protecciones, hay otras partes externas que también necesitan ciertos cuidados que prolonguen la vida útil del dispositivo. Por ejemplo, el puerto de carga, que a su vez nos permite transferir archivos a otros dispositivos. Es un orificio susceptible a llenarse de suciedad y polvo, hay un truco para limpiarlo fácilmente, pero mucho cuidado con los bastoncillos que desprenden algodón. Y de usar líquidos, mejor olvidarse si no queremos provocar un cortocircuito.

No está de más limpiar el móvil de vez en cuando: la rejilla de altavoces y micrófonos, las cámaras y la propia funda también entran en el mantenimiento. Por último, no podemos olvidar cuidar su interior. Anteriormente mencionábamos el calor como el peor enemigo de sus componentes electrónicos.

Fundas Smartphone Las fundas más habituales (y feas), las típicas que "amarillean" con el tiempo, quizá sean las menos problemáticas para disipar el calor

La batería se desgasta en mayor medida con las altas temperaturas, tampoco le sienta bien al procesador (que suele utilizar la técnica del throttling para no calentarse en exceso), ni al resto de elementos como la placa base, los sensores o las lentes de cámara. Evitar que incida la luz solar sobre el dispositivo es una buena medida para evitar el calentamiento.

Cuidado con las fundas de cierto grosor, que harán de capa adicional impidiendo disipar temperaturas no aptas para el móvil. Retirarla cuando se caliente y posarlo sobre una superficie fría es una buena elección. Son pequeñas acciones que, convertidas en hábitos, prolongarán la vida de nuestro dispositivo móvil.

Los buenos hábitos evitan un móvil lento

El rendimiento del software también sufrirá el paso de las actualizaciones: los fabricantes incorporan nuevas funcionalidades y herramientas que no fueron diseñadas originalmente para nuestro dispositivo. Si a ello le sumamos decenas de aplicaciones que olvidamos desinstalar, tenemos como resultado un móvil lento.

El mantenimiento implica también cuidar el software: desintalar apps innecesarias, eliminar el bloatware, evitar el malware y virus... sin llegar a obsesionarnos. Y como último recurso, que quizá se haga más necesario cuando actualicemos el sistema por quinto año consecutivo, un formateo (con permiso de la expresión) o mejor dicho, restablecimiento de fábrica.

Volver a configurar todo de cero es tedioso, pero es una de las mejores soluciones al mal rendimiento. Dado que el hardware de nuestro móvil no se renovará, conviene optimizar al máximo las tareas que le asignamos: hay apps que crean procesos en segundo plano y hacen trabajar al procesador. Mejor evitarlas.

Rendimiento Móvil

Y no podemos olvidarnos de otro de los aspectos que inciden en el rendimiento y sobre todo en la experiencia de usuario: el almacenamiento. La dificultad para ampliarlo es hoy mayor que antaño, las tarjetas SD están en desuso en los teléfonos, y llevar un pendrive conectado al móvil tampoco es muy cómodo. Eliminar esas imágenes y vídeos de WhatsApp que no queremos para nada es una buena práctica, igual que limpiar la caché del sistema y las apps otorgará (temporalmente) más espacio.

En definitiva, aplicando los máximos cuidados tanto en el software como en el hardware, mantendremos nuestro próximo móvil en las mejores condiciones para recibir todas las actualizaciones que vengan. Sean cinco, seis, siete o las que quieras, que los móviles no están tan baratos como para cambiar cada dos años.

Imagen de portada | Composición con imágenes de Ricardo Aguilar e Iván Linares para Xataka

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