Resolviendo el misterio de los emojis. Este es el motivo por el que no se ven igual dependiendo del móvil o la app

Resolviendo el misterio de los emojis. Este es el motivo por el que no se ven igual dependiendo del móvil o la app

Los Emojis dependen del sistema o la aplicación donde se cargan: aunque tú lo veas de una manera, la otra persona puede tener un Emoji diferente

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Se ganaron su sitio en las conversaciones de chat y aprovechamos para ponerlos hasta en los correos electrónicos, pero los Emojis no son sólo un simple emoticono de aspecto divertido: lo que enviamos a través del teléfono son códigos de caracteres; que cada dispositivo o aplicación cargará como le dé la gana. Sí, un mismo Emoji puede ser muy diferente de un móvil a otro. Ahí radica parte de su magia.

Ningún chat de WhatsApp, Telegram o Facebook Messenger que se precie queda exento de algún 😃, de ese guiño pícaro personalizado en el 😉 o de la siempre bienvenida 💩 de fastidio. Son tan universales que hasta protagonizan películas: los Emojis revolucionaron la representación de las emociones hasta convertirse en pequeños dibujos que dicen más que mil palabras. Pero esconden un secreto que no mucha gente conoce.

El estilo gráfico de los Emojis es completamente libre

Distintas representaciones de cuatro Emojis. Imagen de Unicode Distintas representaciones de cuatro Emojis. Imagen de Unicode

Los Emojis forman parte de Unicode, el estándar internacional encargado de dar soporte a todo el conjunto de caracteres que se utilizan en cualquier texto o código impreso (en papel o en pantalla). Cada año Unicode selecciona una lista de nuevos Emojis que engrosarán la ya sobrada colección de emoticonos. Y, pese a que el propio estándar crea una representación gráfica de cada Emoji, son las demás empresas quienes adaptan ese estilo a sus respectivos entornos.

Cada Emoji creado por Unicode ofrece una emoción, objeto, acción... concretos que sirven como guía de estilo para que empresas como Google, Apple, Microsoft o Facebook los adapten a sus propios sistemas operativos o aplicaciones. Y ésta es la razón por la que no se ven de manera homogénea: pese a que pueda apreciarse una cara sonriente o una caca, el diseño puede variar tanto de un móvil a otro que es capaz de transmitir sensaciones contradictorias.

Por lo general, aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram adoptan los Emojis de Apple: enviando los emoticonos a través de esas apps, éstos sí se verán iguales con independencia del dispositivo. Todo lo contrario de lo que ocurre con los SMS, el correo electrónico o Twitter, por ejemplo: el estilo gráfico dependerá del sistema operativo que equipa el teléfono.

En el cuadro de texto donde introducimos el Emoji para enviar aparece un dibujo en forma de icono; que recibirá la persona a la que le enviemos dicho Emoji. Este aparente intercambio de imágenes no es tal que así, ya que, en realidad, no enviamos un dibujo: lo que se transmite a la red es el código de caracteres que identifica al Emoji concreto en el catálogo de emoticonos que trae instalado el teléfono. Y si la otra persona no posee ese Emoji le aparecerá un cuadrado con una cruz (o caracteres extraños en forma de kanji japonés).

No enviamos una imagen en forma de icono: son caracteres

Caracteres que se esconden detrás de los Emojis Emojis genéricos de Unicode junto a su código de caracteres

Cada vez que intercambiamos Emojis con cualquier otra persona, lo que hacemos es enviar un texto con código que identifica a cada Emoji: Unicode asocia los emoticonos con referencias. Y, según se recibe esa referencia junto al texto del mensaje, es la aplicación la que se encarga de cargar la representación gráfica que tenga instalada (y que corresponda con los caracteres recibidos). Es como pedir un cono de chocolate en un quiosco de helados: aunque el nombre sea genérico, el aspecto del helado dependerá del fabricante.

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