Con los Pixel y Pixel XL ya más que presentados, sus precios anunciados y con la fiebre ya pasada, es hora de sentarse a reflexionar acerca del paso que dio Google hace ya bastantes días con la presentación de los terminales. Quizás tengamos que esperar todavía un tiempo a ver hacia dónde va el camino que ha iniciado Google con los Pixel.
Pero quizás, con lo que hemos visto hasta ahora, podamos empezar a vislumbrar la dirección que está tomando, y es que el hecho de que el nombre Nexus haya desaparecido no es una decisión caprichosa, nos indica, como ya todos sabemos, que tenía la opción de seguir con los Nexus o iniciar una nueva aventura y se ha quedado con esta última opción.
¿Qué era el concepto Nexus antes?
Los Nexus no tenían ese nombre por capricho, estaba claro que para Google tenía un significado, y era, como su nombre indica, hacer un nexo, un punto de unión, entre Google y los desarrolladores. Recordemos que el primer Nexus nació cuando Android aún era apenas un niño que estaba empezano a ver el mundo.
Google tenía en mente hacer que su tienda de aplicaciones fuera creciendo tanto en cantidad como en calidad, pero los desarrolladores se encontraban con un obstáculo: no saber qué móvil Android elegir (y eso que entonces había poca variedad) para probar sus aplicaciones. Es por esto por lo que Google eligió a su primogénito, HTC, para que le fabricara el mítico Nexus One.
Pero las versiones de Android avanzaban, se sumaban fabricantes y empezaba la escalada de potencia de los terminales, así que Google, para no hacer gala de favoritismos, trató de elegir diferentes fabricantes. Los Nexus siempre han sido eso, un punto de unión que atraía a los desarrolladores de aplicaciones a Android.
Quizás cualquiera pudiera hacerse con un Nexus, pero el objetivo de los de Mountain View siempre fue acercarse a los desarrolladores para mostrarle sus armas de seducción. Ahora que Android es tan inmenso, que de por sí atrae a la comunidad de desarrollo, Google habría tomado la decisión de finalizar el proyecto Nexus.
Los Nexus siempre han sido la esencia de Android puro, los terminales en los que probar en primer lugar las aplicaciones que publicarían en Google Play antes de hacerlas compatibles con el resto de modelos. Pero ahora esta familia, tan mítica y antigua, deja de ser continuada por, digamos, caprichos del mercado.
¿Qué es ahora el concepto Pixel?
El salto de la familia Nexus a la familia Pixel es, si nos fijamos, bastante grande. Pasamos de tener un móvil con el Android más puro, con lo básico, a tener un teléfono de un fabricante, sólo que este fabricante, Google, no tiene fábricas. Los Pixel son como la familia Galaxy de Samsung, G de LG o Xperia de Sony.
La única diferencia entre los mencionados y Google es que éste último necesita a un fabricante que ensamble sus teléfonos. Y ahí entra HTC, necesitado de dinero, se convierte en un ensamblador para Google, al menos para esta primera generación de móviles Pixel. En cuanto a software, ya no es Android puro únicamente, ahora se le añaden cosas exclusivas.
Claro, los Nexus también tenían alguna función exclusiva, pero en el caso de los Pixel está bastante más acentuado de que algunas de las funciones que más nos gustaría ver en el resto de móviles no se podrán incorporar con la actualización a Nougat. Vienen a ser algo así como el QSlide de LG, por mencionar una característica al azar.
¿Pero seguirán en estrecha relación con los desarrolladores? Que seguirá habiendo una relación entre Google y la comunidad de desarrollo está claro, lo difícil es saber si será tan estrecha como lo ha sido con la familia Nexus, aunque si me preguntan mi opinión personal, yo diría que no lo será.
Si bien los Nexus eran móviles mitad de Google y mitad del fabricante elegido, pudiendo dar una serie de sugerencias, los Pixel son teléfonos completamente de Google, exigiendo que sus teléfonos se hagan como ellos digan. El ensamblador (HTC en este caso) no tiene derecho a hacer cambios, sólo a montar y poner la mano para que les paguen.
¿Y qué hay del soporte?
Igual que los Nexus, como decía en el párrafo anterior, son teléfonos mitad de Google, mitad del fabricante, se repartían el soporte de la misma manera. En cuanto al software, siempre es Google el responsable de proporcionar las actualizaciones convenientes, pero para el hardware era el fabricante el que debía atender a los usuarios.
Es decir, que a la hora de las actualizaciones, todo dependía de Google, pero si tenías una avería, debías recurrir al fabricante en cuestión (LG, Huawei, etc.), y entonces ellos se encargaban de reparar tu equipo y, si era menester, dar el presupuesto para que aligeres tus bolsillos llenos de billetes.
Con los Pixel la cosa, en principio, cambiaría, ya que seguiría manteniendo el soporte por software (ojalá subiera e dos años), pero en cuanto a hardware también podría ser Google el encargado de gestionar la reparación, aunque seguramente derivaría el terminal a HTC para hacer los cambios de piezas correspondientes.
Hasta que no se den casos de averías en los Pixel (y espero que, si se dan, sean casos muy aislados) no sabremos si es Google o HTC quien repara el terminal, pero en cualquier caso, con el dineral que cuestan, más vale que sea rápida y definitiva, que al menos el comprador se sienta bien atendido.
Como hemos visto en este artículo, si bien los Nexus y Pixel coinciden en ciertos puntos, el concepto de ambos es muy diferente, y es importante tenerlo en cuenta, pues ahora los Pixel son móviles de un fabricante más, destacano sólo que ese fabricante es Google. ¿Crees que el cambio de los Nexus a los Pixel es tan grande o no tiene tanta importancia después de todo?
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