Hoy era el día grande para el fabricante de teléfonos más joven del panorama tecnológico: Nothing se estrena, precisamente, con un móvil, el Nothing Phone (1). Tras semanas de rumores, la compañía ha logrado subirnos a su montaña rusa de expectativas. Yo pillé espacio en primera fila.
Quien me conoce sabe que me pierde la tecnología, cualquier cosa con botones y chips integrados, soy un fanático de aquello que lleve pantalla. Recuerdo cuando por fin tuve un sueldo que me permitiese darme caprichos: fueron cayendo multitud de trastos que terminaron convirtiéndose en mis joyas particulares. Y sí, los móviles siempre fueron de mis aparatos favoritos, llevo décadas siguiendo al detalle la actualidad de la telefonía. No podía perderme lo más sonado del año: el Nothing Phone (1) lleva en mi podio particular desde antes de que me llegase la invitación.
Una estrategia que me trajo recuerdos
Vivir pegado a la actualidad tecnológica implica colmarse de expectativas ante lo nuevo que viene, por todos esos productos que aspiran a ser novedosos y que uno nunca sabe si terminarán triunfando o acabarán como una simple mota en la historia de los dispositivos olvidados. Con OnePlus no fue diferente: seguí la pista a la marca antes de que lanzase oficialmente el primer móvil, el OnePlus One. Como era lógico, yo debía tenerlo.
Fui un miembro muy activo de la comunidad OnePlus durante los meses previos al lanzamiento del primer móvil. Recuerdo, incluso, que gané mi primera camiseta "Never Setlle"; junto con la invitación para poder comprar el futuro teléfono. Sí, que te dejasen comprar algo se convertía en privilegio. OnePlus jugó la carta de la exclusividad y le salió sorprendentemente bien.
Nothing Phone (1): 8 GB RAM + 256 GB, Glyph Interface, cámara Doble de 50 MP, Nothing OS, Pantalla OLED de 6,55” y 120 Hz, Blanco
Conseguí mi OnePlus One con la invitación, eso me hizo sentir más cerca de la marca. De hecho, OnePlus logró en 2014 que una buena parte de la comunidad más "tech" les apoyásemos, todo a fuerza de crear un producto que no podía tener cualquiera. Es justo la estrategia que decidió seguir Nothing, no en vano los responsables de la nueva marca proceden de esa misma OnePlus.
Llevo siguiendo a Nothing desde la salida de Carl Pei de OnePlus (y de David Sanmartín, que le acompañó). Me sorprendió el hecho de que empezaran por unos auriculares, los Nothing Ear (1): intuía que la finalidad de la empresa sería enfrentarse a los grandes con un smartphone. Ya en el anterior MWC estuve en una mesa redonda con Carl Pei donde confirmó que pronto llegaría el Nothing Phone (1). Y supe que debía caer en mis manos.
El Nothing Phone (1) no es para todo el mundo. Literalmente
Levantar las expectativas, lo que comúnmente se conoce con el anglicismo de "hype", tiene su reverso tenebroso: puede que el producto final termine decepcionando. A la espera de probar a fondo el teléfono, creo que Nothing lo ha hecho bastante bien con los recursos de marketing que posee: lograron mover la marca, y su futuro teléfono, con suma maestría. A ello hemos colaborado los medios, claro: el Nothing Phone (1) aspiraba a ser diferente.
Analizando fríamente el diseño de cualquier teléfono, éste no se diferencia en exceso de ningún otro. Un móvil debe tener una pantalla enorme con un cuerpo lo más reducido posible en comparación con el panel; sin que el resultado pierda resistencia ni dureza, no sea que se termine doblando (y no porque sea plegable).
Por detrás tampoco existe demasiado espacio para la imaginación: ahí cada marca debe integrar un conjunto cámaras y mantener lo más limpia posible la cara trasera. Entre todos estos límites toca destacar con lo poco que queda para jugar.
Precisamente, Nothing ha sabido jugar con el diseño del teléfono, sus funcionalidades únicas y con el tempo a la hora de ir desgranando poco a poco las características del Nothing Phone (1). Ignoro si esa trasera "transparente" con luces mostraré cierta utilidad en el uso diario, pero admito que ha llamado notablemente mi atención (objetivo cumplido).
No es un móvil con lo máximo en potencia, me parece perfecto que una marca primeriza se quede en un terreno seguro. Y sin que por ello deje de arriesgar en construcción y materiales, todo pese a la inspiración: lo que menos me gustan son esos cantos rectos a lo iPhone. Veremos si se clavan mucho en el día a día.
Las invitaciones han sido ese envoltorio de exclusividad con el que Nothing se retrotrajo a los mejores tiempos de OnePlus: ¿quieres tener primero el teléfono? Pues has de currártelo. Y vaya si lo hice: conseguí mi invitación para adquirir el Nothing Phone (1). Ahora sólo falta terminar de comprarlo y que llegue a mi casa.
Un sector tan aburrido que se revitaliza con unas luces
Los últimos años han arrojado excesiva continuidad al panorama móvil, ya no existe apenas innovación, ni en el hardware ni en el software. Es cierto que no se puede reinventar la rueda ya que no hay apenas margen para cambiar lo que hace a un smartphone ser un smartphone, pero tengo la impresión de que la mayoría de fabricantes de Android se contenta con engrosar sus catálogos con nuevas generaciones que parecen clónicas a las anteriores.
Cada nueva familia de teléfonos es algo mejor que la anterior, ofrece un procesador de mayor potencia, incluso quizá haya crecido en almacenamiento o memoria RAM. Pero, sin embargo, apenas se diferencia de un teléfono con uno o dos años de antigüedad. Y aquí se da una gran paradoja: a la hora de comprar un teléfono, resulta más recomendable adquirir uno con un tiempo en el mercado que uno más nuevo; lástima que las actualizaciones de Android no ayuden. Los móviles con cierta antigüedad cayeron precio, mantienen una potencia similar y tampoco se diferencian en exceso por fuera de sus hermanos recientes. Ni siquiera existe un gran salto en fotografía, uno de los aspectos que más potencian las marcas.
Sí, Nothing ha sabido llamar la atención con las invitaciones, también con ese halo de exclusividad que hace al Phone (1) mucho más llamativo. Pero lo que más me sorprende es que lo destacado del teléfono sea su juego de luces traseras. ¿El panorama móvil era tan aburrido que bastaba con iluminar una bombilla? Parece ser que sí.
No ha reinventado nada, pero tampoco hace falta
Me resulta curioso que busquemos cosas nuevas en un dispositivo que tampoco deja excesivo espacio para el riesgo. De hecho, cuando un fabricante incluye algún detalle que no hemos visto anteriormente lo más habitual es ponerlo en duda con la idea de que resulta más llamativo que útil, yo el primero. Así que la industria ha perpetuado las iteraciones sin más novedad que un mejor procesador o más cámaras en la trasera. Así año tras otro. Hasta que llegan marcas que arriesgan, como Nothing.
Creo que la apuesta de Nothing es sólida, diferente, fresca y muy llamativa. El problema es que le va a costar hacer frente a las comparativas de hardware: llamar la atención con luces seguramente no sea suficiente. Aun así, creo que el el Nothing Phone (1) es un gran punto de partida: creo que se convertirá en uno de los móviles más destacados de este 2022. Al menos, destacará en mi colección: estoy deseando echarle el guante para comprobar si en vivo mantiene las expectativas.
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