En Android hay mucho, pero mucho, sitio para innovar, ya sea a nivel de hardware o software, siempre hay algo que se puede hacer para sorprender al público. Varios fabricantes lo han intentado durante estos años, aunque varios de ellos se han rendido ya. No obstante, desde hace un tiempo, tenemos una constante: LG.
Con su LG G5, el fabricante coreano dio un mensaje al mundo de los móviles que todavía hay sitio para innovar. El hecho que esta vez no les haya salido bien puede que esta vez sí les haya supuesto un golpe, pero eso no significa que el terminal en sí sea malo. De esto hablaremos un poco más adelante en este artículo.
El mundo de la tecnología es un tanto caprichoso, y eso lo he aprendido con los años, y con los móviles pasa lo mismo, es un mundo muy caprichoso en el que alguien puede dar que hablar casi cada día o pasar desapercibido, como si sólo fuera uno más, sin ningún atractivo. En ambos extremos han estado muchísimos smartphones.
Un repaso por los "bichos raros" de LG
Aquellos que hayan leído muchos de mis artículos en los que haya mencionado a LG y su afición por innovar, me habrá leído medio bromear acerca del valor que le echa el fabricante coreano. Y es que, como más de una vez he oído, "si alguien le echa valor, tiene mi respeto" (la cita no es literal), y esto se aplica en mi caso.
A lo largo de su historia en el mundo de los móviles LG se las ha apañado para hacer siempre algo diferente. Uno de los primeros casos en Android fue el LG Optimus 3D, un móvil cuya principal característica era la de hacer fotos 3D... o algo así. Por entonces la tecnología no estaba preparada, así que pasó, en cierto modo, sin pena ni gloria.
En Asia se quedaba la familia** LG Vu**, una gama de móviles cuya pantalla tenía formato 4:3, es decir, móviles casi cuadrados. Cuando los vi por primera vez me dieron bastante curiosidad, pero también es cierto que el contenido (para Android al menos) no estaba hecho para semejante formato de pantalla. Al parecer esa familia ya ha desaparecido.
Al final llegó la familia G que, ya en su segunda generación, decidió cambiar de posición los botones de volumen y encendido porque sí, porque son unos rebeldes y, como tales, se revelan contra el sistema establecido. El otro día me pareció ver a un ejecutivo de LG haciendo un graffiti de un móvil con botonera trasera, pero me tenía que ir a casa, tenía la peligrosa tarea de emparejar mis calcetines.
El LG G2 provocó mucha división de opiniones, que se diluyó con el tiempo con una oleada de gente declarando su amor por los botones traseros. Viendo LG que la cosa funcionaba, siguieron todavía otras dos generaciones, hasta un LG G4 que tenía la opción de una tapa trasera de cuero vegetal que también generó división de opiniones.
Finalmente llegó el LG G5 que, además de deshacerse de la botonera trasera, decidió que la parte inferior se pudiera extraer para añadir accesorios modulares además de extraer la batería. No podemos olvidarnos de mencionar a los G Flex, con sus pantallas semi flexibles y trasera con capacidad de reparación, aunque un tanto limitada.
Tampoco debemos dejar de lado al gigante LG V10, con su curioso material en la parte trasera y su pantalla secundaria sobre la principal. Además, tiene el privilegio de ser el primer móvil de LG con sensor de huellas, por lo que no lo podemos dejar excluído de nuestra pequeña lista.
No siempre se puede acertar
Cuando un fabricante tiene que tomar decisiones arriesgadas cada vez que decide sacar un producto realmente diferente de los demás, a veces se acierta y a veces se falla. Y en el caso de LG, que es quien más se ha arriesgado estos años, es aún más evidente, sobre todo porque los demás siempre se han mantenido dentro de unos márgenes mucho más estrechos.
El LG G2 resultó ser, a pesar de la división de opiniones inicial, uno de los mayores aciertos de la compañía al situar los botones en la espalda. Por supuesto, había gente que seguía sin convencerle esta medida, pero con el tiempo muchos usuarios se acostumbraron tanto que les resultaría extraño usar un móvil con los botones en los lugares tradicionales.
El LG G5, por su parte, recibió bastantes críticas por la desaparición de los botones traseros y, sobre todo, por la forma de convertirse en una especie de móvil modular (que en realidad es un móvil que puede incorporar accesorios modulares, no un móvil modular, como el proyecto ARA).
¿Que el LG G5 ha sido una mala decisión? Es posible, pero como digo, no siempre se puede acertar. La razón por la que respeto a LG, por mucho que pueda criticar a este LG G5 (y sólo por el precio de los accesorios y su escasa batería) o el cuero del LG G4 (es un gusto personal, nada más), es que se atreve a hacer cosas diferentes, algo muy difícil de encontrar en los demás fabricantes.
Es posible que esta reestructuración de ejecutivos esta filosofía de LG a la que me había acostumbrado de hacer cosas diferentes, o puede que se diferencien aún más. Es muy difícil predecir qué es lo que pasará hasta que veamos qué nos ofrece en su próximo móvil de gama alta, sector en el que ponen toda la carne en el asador a la hora de introducir elementos diferenciales.
En fin, ahora te toca a tí dar tu opinión sobre lo que ha estado haciendo LG, lo que está pasando y lo que podría hacer en el futuro. Claramente no está en una situación como la de HTC o Sony, pero este año han recibido un duro golpe con las bajas ventas del LG G5.
En Xataka Android | LG toma medidas ante las malas ventas del G5: reestructuración de ejecutivos al canto
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