La escasez y encarecimiento del litio, principal componente de las baterías de los smartphones y otros dispositivos electrónicos de consumo, hacen que buscar un material sustituto sea más urgente que nunca. Y quién nos iba a decir que la solución podría pasar por un carbohidrato que, entre otros, tienen los cangrejos y otros moluscos.
Se trata del polímero de la quitina, presente en los citados moluscos, pero también en hongos, insectos o levaduras. Según ha revelado un estudio de la Universidad de Maryland, podría ser el mejor sustituto del litio. Aunque, como ya advertimos de hace tiempo, no es el único.
Silicio, carbono, calcio, azufre y ahora también quitina para decir adiós al litio
Hace sólo unos meses conocimos el Honor Magic5 Pro, el flasgship más reciente de Honor y que venía con la particularidad de ofrecer un nuevo componente para la batería. O mejor dicho, dos, ya que es una mezcla de silicio y carbono. Y estos materiales traen muchas ventajas en relación a costes, durabilidad, eficiencia energética e incluso arroja la posibilidad de añadir pantallas de mayor capacidad en menos espacio.
También este año se ha hablado de sustituir las baterías de iones de litio por calcio y azufre. No se han llegado todavía a plasmar en un dispositivo como en el caso anterior, pero hay estudios que avalan su implementación. Además permitirían paliar los puntos débiles de las de litio, aunque también entrañan ciertos riesgos de incendio y un mayor impacto ambiental del que ya tienen las anteriores.
Ahora aparece una tercera combinación de materiales para las baterías de la mano de la quitina. Este carbohidrato se combinaría con el zinc para adquirir propiedades que sirvan como elementos adecuados para las baterías. Y en este caso, como es evidente, traería también varias ventajas.
El carácter biodegradable de esta combinación de materiales, que tarda menos de medio año en descomponerse, se antoja como algo muy tentador en comparación con el alto efecto contaminante del litio. Pero también hay ventajas de cara a su uso propiamente dicho en baterías, entre ellos, superar las 400 horas de uso aplicándose en smartphones.
No obstante, está aún lejos de ser tomado en cuenta como una alternativa real. Y es que la obtención de la quitina se antoja mucho más compleja a pesar de que su abundancia es sólo superada por la celulosa. A falta de estudios que demuestren su viabilidad de forma más exacta, se antoja un camino duro si se desea cubrir la desorbitada demanda que requeriría aplicarlo en baterías de productos como los móviles.
En cualquier caso, no deja de ser al final una prueba más de que se están buscando alternativas a lo que ya se presenta como un problema en la actualidad con el litio. También hace unos meses conocíamos una investigación con la que unos jovenes estudiantes desarrollaron un prototipo de batería capaz de aguantar hasta 200.000 ciclos de carga. Dejemos pues que la ciencia avance.
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