El devenir de Google en el terreno del hardware ha traído dispositivos reconocibles por cualquiera, también algunos que no cosecharon demasiado éxito. Y un producto en concreto atesora una historia particular: el Nexus Q. Planteaba revolucionar el ámbito multimedia y al final terminó sin venderse. Y sirvió como germen de lo que hoy es el Google Chromecast.
No es que Google haya sido demasiado prolífico en el terreno del hardware, pero sí que atesora distintas líneas de producto que fueron evolucionando hasta el variado catálogo que existe hoy en día. Desarrolló móviles, tablets, posee relojes, una línea de domótica que se apoyó en la compra de Nest y también dispone de reproductores multimedia. De hecho, los Google Chromcast son el gran éxito en hardware de la empresa. Y dicho éxito partió de un dispositivo que no cuajó.
Nexus Q, un avanzado a su época. Demasiado avanzado
Recuerdo el primer móvil de Google, el Nexus One, en el escaparate de una tienda de electrónica ante el que yo pasaba varias veces cada semana. Me fijaba en las líneas del teléfono, en el logotipo de Google, me sorprendía por el hecho de que la empresa, bien conocida por el buscador, se adentrase por fin en el terreno del hardware (aunque aún con HTC detrás). Dicho Nexus One fue el inicio de una saga que nos trajo hasta los Pixel 7 de nuestros días. Una saga que se diversificó en multitud de tipos de producto, incluidos los dispositivos multimedia.
Corría junio de 2012, Google se encontraba en su evento clave de desarrolladores y desveló no sólo novedades de Android (4.1 Jelly Bean), también la que sería su tablet superventas: la Nexus 7. 2012 también fue el año de la presentación de las Google Glass, uno de los experimentos de Google más ambiciosos en el terreno del hardware. La Nexus Q se reservó gran parte del interés de aquel Google I/O 2012.
El reproductor multimedia se ofrecía como un dispositivo para el hogar con un curioso diseño esférico. Partía con Android 4.1 Jelly Bean e incluía acceso a Google Play para instalar en él las apps y juegos de la tienda. Por detrás, el Nexus Q se reservaba espacio para las conexiones con el televisor y así trasladar el audio y el vídeo a la pantalla grande. Técnicamente, Google construyó un «set top box» basado en Android al que decidió darle cierto aire de exclusividad en el diseño y, sobre todo, en el precio.
El Nexus Q era bastante caro en 2012: su precio de venta marcaba una etiqueta de 299 dólares en el mercado estadounidense. Google planteó complementos para el aparato a un precio también alto; como los cables de conexión o unos altavoces especialmente diseñados para el Nexus Q (y que costaban más que el propio reproductor). Cuando todo estaba listo para que los consumidores pudieran adquirirlo, Google decidió cancelar la venta tras varias prórrogas que acabaron en fracaso.
El «set top box» de Google prometía ser revolucionario gracias a sus funciones de reproducción sociales. Podían cargarse en el Nexus Q listas de música o de vídeos para que fueran reproduciéndose en la tele y/o los altavoces, todo desde el móvil. Y dichas listas podían compartirse con amigos, incluso ellos podían acceder a la reproducción para aportar sus propias sugerencias. ¿A que esta comunión entre tele y teléfono resulta conocida? Es precisamente lo que inició el Google Chromecast, dispositivo que la empresa presentó en el I/O de 2013, un año después a la presentación del Nexus Q.
Resurgir de las cenizas, la clave del Chromecast
Nunca pude tener un Nexus One, evidentemente, tampoco un Nexus Q. Sí me hice con el primer Google Chromecast, el dispositivo que marcó la senda de Google en el terreno del hardware. Me pareció revolucionario en su momento y todo un ejemplo de que la potencia no lo es todo: el software que gestiona los aparatos termina marcando la diferencia. Cuanto más sencillo, mejor. Y si encima es barato la combinación es ganadora.
El Nexus Q partía muy avanzado para la época, Google no supo encajarlo en su catálogo. Según las pruebas que realizó entre los usuarios que pudieron acceder al dispositivo, la empresa no terminó de afinar las características y su desempeño global. Con otro detalle que marcó su muerte prematura: el precio del Nexus Q era demasiado alto. A ello contribuía su fabricación, enteramente en Estados Unidos.
Pese al revés, Google aprendió de sus errores para crear el mejor dispositivo que ha fabricado jamás. Y terminó evolucionándolo hacia el concepto primigenio: los Chromecast con Google TV son bastante parecidos al Nexus Q. Como suele ocurrir en las sagas generacionales, los rasgos dominantes tarde o temprano salen de nuevo a la luz.