Estamos ya más que acostumbrados a usar a diario aplicaciones como Google Maps, ya sea para conocer la ruta más rápida hacia un lugar o simplemente para visitar lugares de forma virtual. ¿Y qué pensarías si te dijésemos que tanto esta como otras apps similares nos están engañando? Los mapas que muestran no son reales. O no al menos al 100%.
Y lejos de ser un complot mundial que esconda una oscura trama digna de teorías de la conspiración, lo hacen por un motivo justificado. De hecho no es algo nuevo, pero actualizaciones de mapas como los de Engaging Data han vuelto a poner de manifiesto la diferencia entre los mapas y la realidad del planeta.
Por qué los mapas que vemos no son reales al 100%
Por mucho que se empeñen algunos en intentar convencer y demostrar que la Tierra es plana, lo cierto es que no es así. Nuestro planeta tiene forma de esfera -realmente es una elipse- y de ahí que su representación en un mapa plano no solo resulte una tarea altamente complicada, sino que es también poco práctica de cara a crear un mapa que sea proporcionalmente práctico para su uso.
Y como no hay mejor muestra que una imagen, a continuación te dejamos una fotografía sacada de los mapas de la citada Engaging Data en la que se puede observar que existe una diferencia de tamaño considerable entre lo que nos muestran los mapas y la realidad, siendo el color azul lo que vemos en apps como Google Maps y lo rojo la proporción real.
Como habrás podido observar en la imagen, los países del hemisferio sur, y otros como España, tienen unas proporciones reales que en apariencia se ven bastante cercanas a las que vemos en los mapas, pese a que en el caso de nuestro país se vea un 23,7% más pequeño. Sin embargo, hay diferencias asombrosas con territorios del hemisferio norte. Véase si no Groelandia, Canadá, Alaska o Rusia.
Los mapas que usamos habitualmente vienen de la conocida Proyección de Mercator, llamada así en honor al geógrafo y cartógrafo flamenco del siglo XVI que "puso de moda" este tipo de vista. Y la razón, como ya decíamos anteriormente, no es otra que la de ofrecer una vista que a efectos prácticos resulte más sencilla de manejar.
No obstante, debes saber que la de Mercator no es la única representación distorsionada que hemos visto, ya que hay otras igual de interesantes. Véase si no el Mapa de Peters, el cual trata de crear una cuadrícula en la que cada área sea idéntica en proporciones a las demás.
Si quisiéramos tener un mapa plano lo más realista posible tendríamos que recurrir a alguno como el de la anterior imagen. Seguiría sin ser algo exactamente certero por aquello de la complejidad de representar en 2D las áreas, pero sería más realista. No obstante, somos capaces de augurar un completo desastre si este fuese el utilizado por Google Maps y compañía.
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