A finales del año pasado, por fin llegó el momento de comprar un nuevo móvil. Tras años con fabricantes como Xiaomi, POCO, o Samsung, tenía claro que necesitaba un teléfono que se mantuviese actualizado durante el máximo tiempo posible.
En Android, no es tan fácil acertar con este propósito en mente, pues la mayoría de marcas actualizan sus modelos más top durante dos años (hablando de actualizaciones de software), aunque esta tendencia está cambiando y vemos como Samsung promete hasta cuatro años. Igual sucede con OnePlus, pero mis deseos de un software limpio me hicieron decantarme por el móvil económico por excelencia, el Pixel 6a. Estoy encantado con él, pero te cuento las cosas que no me han gustado tanto.
Conseguí lo que buscaba, pero no todo el oro reluce
Esas fueron algunas de las razones que tenía para lanzarme por el Pixel 6a. Tras recibirlo, no pude más que reafirmar que había hecho una buena elección. Encontré un sistema operativo muy limpio, fluido y ágil, actualizaciones continuas, una cámara excelente, en general un dispositivo cómodo y manejable.
El Pixel 6a cuenta con actualizaciones del sistema prometidas hasta julio de 2025, y parches de seguridad hasta el mismo mes del año 2027. Una gozada, la verdad, y en este sentido Google cumple, pero no tanto como pensaba.
Con el paso de los meses, he ido encontrando algunas objeciones a la política de la empresa de Mountain View. Que, ojo, no es nada mala, pero debería ser un ejemplo para el resto de fabricantes.
Google, ayer enseñabas al resto, hoy te enseñan a ti
Hace años, cuando los fabricantes apenas actualizaban un par de versiones de Android, Google era toda una referencia. No es que actualizara durante mucho más tiempo, pero los Nexus y posteriormente los Pixel, son los primeros en subir de versión. Y esto es una maravilla para todos aquellos que sufrimos un poco de 'versionitis' (permitidme la expresión).
Esto ha cambiado repentinamente, porque como hemos mencionado anteriormente, tenemos ejemplos de otras marcas que llegan a mantener el soporte hasta cuatro años después del lanzamiento. No sólo eso, sino que la misma Samsung ha demostrado más velocidad cuando se lanzan actualizaciones menores, como los parches de seguridad de Android.
Y aquí no hablamos de nuevas características que mejoran el rendimiento o corrigen errores, sino de fallos de seguridad que se cubren mediante la distribución de estos conocidos parches. Si Google los desarrolla, ¿Por qué llegan antes a algunos modelos de Samsung? Curioso cuanto menos.
Está claro que no podemos criticar las actualizaciones del sistema, pues los Google Pixel son los primeros en recibirlas (faltaría más), pero los terminales de la firma americana no son precisamente económicos, y un par de años más de soporte mejorarían la opinión pública.
Actualizaciones muy lentas
Actualización disponible, eso es lo que suelo ver cuando compruebo en los Ajustes de mi Pixel si ha aterrizado la nueva actualización trimestral. Aleluya, digo en voz baja, pero no todo es tan bonito como parecía en un principio. La última Feature Drop que se ha lanzado en marzo se ha demorado dos semanas con respecto a otros modelos como el Pixel 7 y Pixel 7 Pro.
Lo entiendo, habría algún problema y se postergó la actualización, pero es llamativo que la anuncien y hagan esperar a modelos más económicos. Pero lo realmente criticable es el tiempo que se toma el Pixel en actualizar.
Ya sea una actualización de sistema con cambios grandes o bien un simple parche de seguridad, el tiempo que tarda no tiene algún sentido. Mientras se descarga, se aplica, se optimiza y reinicia el móvil, ha dado tiempo a que tenga que salir de casa y no pueda completarla. Parece que esto cambiará con Android 14, porque de verdad, lo necesita.
Desigualdad en los 'Feature Drop'
Llegamos al último punto que menos me ha convencido de los Google Pixel: la desigualdad de características nuevas añadidas en las actualizaciones trimestrales. Me explico, en estas actualizaciones, Google pule la versión de su sistema operativo añadiendo nuevas funciones a los teléfonos de su portfolio.
Pues bien, más allá de que sean buenas o no (a mí me convence este modelo de actualizaciones), la realidad es que no son iguales para todos los modelos. Como ejemplo pongo la última de estas, la Feature Drop de marzo.
Tal y como podemos observar en la tabla superior, a la izquierda vemos las nuevas funciones. Estas no son compatibles con todos los smartphones de Google, y aunque tengan la excusa del hardware no compatible, en algunos casos no cuela. La empresa confirmó que la visión nocturna más rápida dependía de su propio procesador, el Tensor G. Por lo tanto, los móviles que no lo equipan no gozarían de dicha función, pero... ¿Qué pasa con el Pixel 6a?
Mi querido Pixel sí cuenta con la primera generación de procesadores de Google, así que no tienen motivo para haberlo dejado fuera. Parecerá una tontería, pero podríamos pensar mal creyendo que la misma Google ha querido beneficiar a los móviles que más beneficio le reportan, dejando en la estacada los "menos interesantes". Igual sucedió en la actualización de diciembre del año pasado: el audio espacial se reservó para los Pixel 6, Pixel 6 Pro, y la serie Pixel 7 sin ningún requisito indispensable que no tuviera el barato de la familia.
No por esto que he comentado, estoy menos fascinado con mi nuevo móvil, que me ha devuelto el gusto por Android stock. Sin embargo, con una política un poco más agresiva e igualitaria, los Google Pixel serían aún mejor.
En Xataka Android | Siete funciones que quiero ver en Android 14
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