Quizás no sea lo más adecuado, pero parece que los taiwaneses de HTC lo tenían claro cuando decidieron jugarse todo a una carta con su nuevo HTC One. Los números de febrero de 2013 han sido los peores de los últimos tres años, y en medio de una debacle continuada ha aparecido un nuevo terminal con el que la compañía pretende alcanzar el punto de inflexión que les ayude a volver a una senda positiva.
Analizados más en profundidad por nuestros compañeros de El Blog Salmón, los resultados financieros del último mes para HTC han sido los peores desde enero de 2010, con unos ingresos que han caído un 44% respecto al mismo período del año anterior.
Por si esto fuera poco, con respecto a enero de este mismo año, la entrada de dinero en las arcas de la compañía taiwanesa se ha reducido un 28%, y lo peor es que trimestre a trimestre HTC parece continuar arrastrándose por el fango lentamente.
Ya han reconocido no saber vender bien sus productos, aunque en realidad los terminales de HTC tienen gran calidad y poco que envidiar a su competencia, tanto en Android como en Windows Phone.
Con el nuevo One, HTC ha vuelto a sorprender por su innovación en el software, además de dotarlo de unos acabados dignos de un terminal superventas, con un ejercicio de ingeniería en un chasis realizado en aluminio anodizado de una pieza. Es posiblemente el mejor teléfono fabricado por los taiwaneses, aunque habrá que esperar para ver si los resultados acompañan.
De los acuerdos con operadoras, del precio, y de una buena campaña de márketing dependerá que el One alcance su objetivo de devolver a HTC a la vanguardia.
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