Un smartphone está constantemente emitiendo radiación electromagnética, al menos mientras se encuentre encendido. Incluso cuando se apaga, que móviles como los iPhone permiten la localización estando apagados. Pero ¿y si quisiéramos asegurarnos de que el teléfono deja de transmitir por completo? Forrarlo con papel de aluminio es 100 % efectivo, pudimos comprobarlo de primera mano, pero hay un accesorio menos conocido que funciona mejor: la funda de Faraday.
La funda es un accesorio casi imprescindible para un móvil, incluso aunque dicha funda no sea permanente: hay quien introduce el teléfono de forma temporal en un calcetín, en una bolsita de tela o, como en el caso que nos ocupa, en una bolsa de Faraday. Parece un accesorio poco común, pero lo cierto es que son más populares de lo que parecen. Y permiten una gran cantidad de usos.
La funda de Faraday corta de raíz la comunicación inalámbrica
Michael Faraday fue un investigador y científico británico que se especializó en los estudios de la electricidad y del electromagnetismo. Fruto de dichas investigaciones, Faraday creó la jaula que lleva su nombre, una demostración de que una cubierta metálica puede aislar de un campo electromagnético a lo que permanezca escondido en su interior. Y también sirve para la radiación electromagnética que emite y recibe un smartphone.
Las fundas de Faraday utilizan el mismo principio de la jaula para crear un aislante que evita la transmisión y recepción de datos de cualquier dispositivo electrónico que se encuentre en su interior. Por lo general, son una especie de sobres de tela compuestos por varias capas que, una vez albergan el móvil, hacen que desaparezca literalmente del mapa.
Existen diversos tipos de fundas de Faraday, todas prometiendo la misma ventaja: cortar las comunicaciones de un smartphone (u otro gadget electrónico). Hay fundas de estilo sobre, con forma de carpeta, para móviles, aptas para albergar hasta una tablet e, incluso, existen fundas de Faraday con ventana transparente para así comprobar que el dispositivo perdió la cobertura una vez se metió dentro.
Las fundas de Faraday tienen diferentes usos. Como por ejemplo:
- Para actividades donde deba garantizarse la confidencialidad. Basta con repartir una funda de Faraday para que, una vez el visitante coloque el móvil dentro, la empresa se asegure de que no podrá compartir ningún secreto.
- Para evitar distracciones sin necesidad de poner el modo avión. Poner el móvil en su funda puede resultar más cómodo que andar quitando y poniendo el modo avión.
- Para obligar a la desconexión. ¿Que no hay manera de que presten atención a la hora de la cena? Que cada uno meta el móvil en la funda de Faraday y listo.
Puede parecer un accesorio poco corriente, incluso delicado dada la facilidad para hacer anónimo cualquier smartphone, pero lo cierto es que es muy utilizado. Tiene un precio bastante accesible que no esconde algunos de los usos para los que se utiliza: es habitual ver cómo se promocionan las fundas para bloquear el acceso a los teléfonos por NFC y RFID; evitando así el supuesto robo de datos por contacto, como los de la tarjeta de crédito. Algo tan absurdo como poco útil: basta con desconectar las conexiones inalámbricas o poner el móvil en modo avión. O, directamente, usar un móvil que no sea smartphone, mucho más seguro.
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