Motorola suma y sigue tras una segunda mitad de año muy agitada: ha aterrizado la familia Edge 50, de la que analizamos el modelo base, y también varios integrantes de sus más populares Moto G. El año pasado tuvimos la oportunidad de probar el Moto G84 5G, un terminal con cierto espíritu al que sacamos de la caja en aquel 2013, pero actualizado con un diseño en cuero vegano y unos colores que vuelven a aparecer en su sucesor.
¿Sigue cumpliendo con la premisa de móvil con las tres ‘B’? Este Motorola Moto G85 mantiene las mismas bases que en la anterior generación, y quizá no tenga justificado el cambio si tienes el anterior. Sin embargo, ha conseguido sorprenderme en los pequeños detalles, que volverán a hacerlo muy recomendable para todo aquel que no quiera vaciar el bolsillo para tener un smartphone rápido, y cumplidor en cada apartado.
Índice de Contenidos (10)
- Ficha técnica del Motorola Moto G85 5G
- Un diseño conocido: lo mejor que le podía pasar
- Pantalla excelente para su rango de precio
- Biometría: sin sorpresas
- El audio como punto débil
- Con este Android no hace falta mucha potencia
- Autonomía a raudales
- Motorola se refugia en su software
- Una cámara acorde al resto del terminal
- Motorola Moto G85 5G, la opinión y nota de Xataka Android
Ficha técnica del Motorola Moto G85 5G
|
Motorola Moto G85 5G |
---|---|
PANTALLA |
pOLED de 6,7 pulgadas |
DIMENSIONES Y PESO |
161,91 × 73,06 × 7,59 mm 173 gramos |
PROCESADOR |
Snapdragon 6s Gen 3 Adreno 619 |
RAM |
Hasta 12 GB LPDDR4X |
ALMACENAMIENTO |
Hasta 256 GB (expandible a 1 TB) UFS 2.2 |
CÁMARA FRONTAL |
32 MP, ƒ/2.5 |
CÁMARA TRASERA |
Principal: 50 MP, ƒ/1.8, OIS |
BATERÍA |
5.000 mAh |
SISTEMA OPERATIVO |
Android 14 + Hello UX |
CONECTIVIDAD |
5G |
OTROS |
Altavoces estéreo con Hi-Res Audio |
PRECIO |
349 euros de salida. 219 euros |
Motorola Moto G85 5G 8GB/256GB Azul (Cobalt Blue) Dual SIM XT2427-3
Un diseño conocido: lo mejor que le podía pasar
Si tengo que señalar a Motorola por un elemento característico, ese es el diseño. El Motorola Moto G85 repite en el apartado estético. Al igual que su predecesor, apuesta por una trasera marcada por la presencia de cuero vegano, un material extremadamente agradable al tacto, y bueno en sensaciones.
Eso sí, en esta unidad concreta, la marca ‘Pantone’ no pone su sistema de definición cromática, para ser sincero tampoco se nota demasiado. He probado la unidad azul (Cobalt Blue según la firma) que destaca en elegancia y a la vez sencillez, le otorga un aspecto muy bonito y se agradece la consistencia de sus laterales, también teñidos del mismo tono.
Sí me parece que Motorola ha mejorado esta trasera, al menos en tacto. En resistencia, sigue siendo implacable con las huellas y arañazos: siempre soy muy cuidadoso, pero esta trasera parece que aguantará bien el paso del tiempo. Además de la inclusión de este material, el fabricante destaca -como en el resto de modelos- su logotipo, colocado en el centro. Claramente, se nota el diseño heredado de gamas superiores como los Edge, algo que le sienta genial.
El cuero vegano desaparece únicamente para hacer hueco a dos cámaras que conforman un módulo fotográfico separado por una pequeña protuberancia, que dicho sea, resalta los sensores sin añadir más elementos a la ecuación. Me ha gustado mucho ese detalle. Como también sus dimensiones y peso: comedido con 173 gramos (un poco más pesado que el Moto G84) y compacto a pesar de sus casi 7 pulgadas.
De lado, también luce igual que el Moto Edge 50 que analicé hace poco: la trasera se funde con la parte delantera gracias a unos marcos ligeramente curvados. En la Motorola más reciente no tenemos las líneas rectas de los cantos como sí hemos visto en Google o Apple, y esto ayuda muchísimo a mejorar la ergonomía.
Sin sorpresas con los elementos que se reparten en estos laterales: en la derecha, la botonera en el orden clásico; un canto inferior que recoge la mayoría de estos (puerto USB-C, altavoz y bandeja para tarjeta SIM), dejando huérfano tanto el lado izquierdo como el superior (que solo hace hueco a un micrófono).
En el frontal, tampoco hay novedades: la pantalla ocupa la mayor parte gracias a unos biseles muy reducidos, sin llegar al 92% del Motorola Edge 50 Pro, aunque por suerte sus marcos superior e inferior se dan la mano con una simetría casi perfecta. No sé cómo le irá a Motorola con estas pantallas ligeramente curvadas, porque al decir que no había novedades, incluía este panel que pliega sus extremos, otra de las señas de identidad de sus últimos lanzamientos.
A mí, como digo siempre, me gustan las pantallas curvas, aunque en este caso perciba lo mismo que en el Edge 50: tiende a oscurecerse a ambos lados. No llega a ser molesto, pero sí a considerar si quieres la mejor reproducción de vídeo. La cámara frontal, se aloja en el recorte circular que tan instaurado está en el panorama Android, cayendo en una posición céntrica.
Pantalla excelente para su rango de precio
Motorola lo apuesta todo a la pantalla de la que he hablado: un panel nítido y claro, con las siglas pOLED como bandera. No le hace falta mucho para sorprender en el día a día, su saturación me agrada, eso sí dejando el ajuste correspondiente en «Natural»: Motorola permite personalizar al detalle la colorimetría de este Moto G85.
Un panel que por cierto, cuenta con tasa de refresco a 120 hercios. Por su precio, obviamente no hablamos de un panel LTPO, tampoco hace falta moviéndose la mayor parte del tiempo a esa alta tasa. Corning pone su Gorilla Glass 5 que lo protege ante caídas, útil para esta pantalla: durante mis pruebas, no ha sufrido ni un rasguño.
Buenos ángulos de visión con una evidente sombra en los extremos, contraste aceptable, unos negros puros y una pequeña pega: los blancos lucen con un tono cálido que tiende al amarillo. Aun así, es una buena pantalla con la que disfrutar de vídeo en streaming o simplemente navegar por las redes sociales.
En cuanto al nivel de brillo, no he podido ponerlo a prueba bajo el sol veraniego que hemos tenido por el sur, pero responde bien ante todas las situaciones del otoño: pocas veces he deslizado la barra hacia el máximo, de hecho, en casa apenas excedo el mínimo. Y eso es algo que se agradece por la noche y en entornos oscuros, no llega a destellar.
Biometría: sin sorpresas
En el apartado de desbloqueo biométrico, Motorola no escatima en opciones: un sensor de huella óptico bajo la pantalla, y un desbloqueo facial apoyado en la cámara frontal. Del primero, decir que no es el más rápido que he probado, aunque por el contrario, pocas veces me ha fallado. Espero que pronto comiencen a llegar los de tecnología ultrasónica a la gama media, les sentará ni que pintado.
El desbloqueo facial también funciona muy bien y sí, es bastante rápido. Cuestión de tocar el botón de desbloqueo para encender la pantalla y en menos de un segundo veremos la animación del candado que muestra un buen reconocimiento facial. Como suele decirse, no es el método más seguro, al no funcionar con sensores dedicados, puede ser más sencillo de evadir.
El audio como punto débil
Completa el apartado multimedia unos altavoces estéreo que no son sorpresa, ni en su ubicación ni tampoco por una calidad fuera de lo normal. Es más, quizá sea uno de los puntos más flojos de este Motorola, esos dos altavoces que a pesar de devolver un audio de dos canales, no es de gran nivel: los altos suenan muy enlatados y la presencia de graves es casi inexistente. No fallan en volumen, por lo que cumplirán en las tareas más básicas de teléfono (oír las llamadas y notificaciones).
Motorola cuenta con la aplicación Dolby Atmos que probé en el Edge 50 y peca en lo mismo: es una aplicación poco intuitiva, en este Moto G cumple su propósito sin que eso mejore significativamente los altavoces. Al final, lo he dejado en «Audio espacial» por ser la configuración que más me convencía.
Muy distinta es la experiencia con auriculares. Como es natural, aquí recae todo sobre el propio accesorio. Sin problemas tanto con unos Pixel Buds Pro como con unos Elite Jabra 10, y no le faltan códecs como las variantes aptX de Qualcomm, estamos ante un móvil con chip Snapdragon como veremos después.
Con este Android no hace falta mucha potencia
Siempre que pienso en los Moto G, pienso en un sistema fluido y rápido, similar al que llevan los Pixel. Son las bases de una Motorola que ha cambiado bastante, sin separarse de estos pilares fundamentales. Y esto mismo se ha trasladado a las sensaciones que he tenido durante estas semanas, a pesar de que los extras y el bloatware hacen mella en el Android de la firma propiedad de Lenovo.
Dejando de lado el software que lo tocaré más adelante, me centro en el rendimiento. Este Android ayuda a que las animaciones fluyan, vayan y vengan, aunque he notado, quizá demasiado, que estamos ante un Snapdragon 6s Gen 3. No es un chip lento, es más, es suficiente para la mayoría de usos. Sin embargo, no devuelve esa sensación de fluidez en todas las circunstancias, menos aun cuando se le exige un poco más en la multitarea.
Me da la sensación de que la interfaz debería fluir de mejor manera. De todas formas, siendo justo, y sobre todo viendo cuánto cuesta, no se le puede pedir mucho más. En la multitarea no me ha dado mayores problemas más allá de lo comentado: con 12 GB de memoria RAM, no se produce “cuello de botella”.
Ahora veamos cómo se comporta esta combinación en los tests sintéticos que solemos aplicar: adelanto que muestran las debilidades de este chip, y a pesar de ello no quedan tan mal parado frente a competidores directos:
|
Motorola moto g85 5g |
honor 200 lite |
SAMSUNG GALAXY A35 |
poco x6 5g |
REALME 11 PRO |
---|---|---|---|---|---|
procesador |
Qualcomm Snapdragon 6s Gen 3 |
MediaTek Dimensity 6080 |
Samsung Exynos 1380 |
Qualcomm Snapdragon 7s Gen 2 |
Mediatek Dimensity 7050 |
ram |
12 GB |
8 GB |
8 GB |
12 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 6.0 (SINGLE / MULTI) |
933 / 2.109 |
786 / 1.969 |
1.019 / 2.900 |
1.025 / 2.949 |
937 / 2.370 |
3D MARK (WILD LIFE UNLIMITED) |
1.567 |
1.301 |
2.809 |
3.050 |
2.253 |
PCMARK WORK 3.0 |
12.087 |
9.325 |
13.303 |
12.791 |
13.952 |
En juego, se le empiezan a ver las costuras a la GPU Adreno de este procesador de Qualcomm. Siempre que hablemos de título de gran portento gráfico, claro está. Por ejemplo, ‘Genshin Impact’ o ‘Fortnite’ son muy disfrutables con la calidad gráfica en niveles medios/bajos, llegando a una tasa de fotogramas bastante constante. Del resto con menor demanda de potenca gráfica, sin problemas: con esta pantalla AMOLED se disfrutan a gusto algunos como ‘Pokémon Pocket JCC’ o ‘Clash Royale’.
Además apenas se calienta este Moto G85 5G, que monte un chip enfocado más en la eficiencia ayuda, y esto solo es positivo para la experiencia aun considerando la falta de potencia. No todo es jugar a 60 fps con los settings al máximo, a veces se agradece menos potencia y algo más control del calor.
La Inteligencia Artificial ha llegado a Motorola. De forma tímida, eso sí: Motorola surte a los integrantes de la gama Edge de algunas funciones de IA como los fondos de pantalla generativos, que no pude probar en el Edge 50 (fallo con los servidores). Aquí, en la familia más conocida, de momento ni rastro. Es algo a penalizar, sin que fuese a cambiar la experiencia del teléfono: Google salva con su Gemini la falta de IA, aunque tampoco es compatible con funciones como ‘Rodea para buscar’.
Autonomía a raudales
A falta de potencia, buena es autonomía. Eso es lo que sucede en este Moto G85 5G, que devuelve una autonomía sensacional, capaz de superar las dos jornadas con un uso medio: redes sociales, navegación, streaming, un ratito de juegos… puede con todo lo que le echemos encima. Evidentemente, como siempre digo, es posible agotarla en medio día si así nos lo proponemos.
Fuera de usos artificiales, este nuevo Moto ha cumplido mis expectativas, en parte gracias al chip Snapdragon del que he hablado. Sin ser mala, la batería del Edge 50 podría haber sido mejor, y aquí he visto una buena relación miliamperios-rendimiento, porque partimos de una pila interna de 5.000 mAh, la misma que en el último Edge y también repite respecto al año pasado.
Sin embargo, a diferencia de los mencionados, las 7 horas de pantalla están aseguradas, incluso en unas 48 horas de uso continuado. Me ha costado ver el porcentaje decrecer, como menos de costumbre, y eso desde el principio me indicó que estaría ante una autonomía de gran nivel. En ciclos de usos algo más cortos (día y medio aproximadamente) es posible llegar a las 6 horas de pantalla activa, más de eso me parece un tanto artificial y exclusivo de un entorno de pruebas.
Ya digo que quedarse corto es complicado, y en casos de despiste, que alguno he tenido, su carga rápida me ha permitido estirar la autonomía por unas cuantas horas más. No es la más rápida, de hecho está muy lejos, pero los 30 vatios son suficientes para mí. Y eso que le podría pedir algo más, pues de manera un tanto extraña se pierden 3 W respecto a la generación pasada.
Cabe mencionar que este Moto G tampoco trae cargador en su caja original, algo a lo que me he acostumbrado y comprendo en cierta manera, aunque como punto a mejorar mencionaré al cable USB-C que viene y no transmite demasiadas buenas sensaciones. Quizá se eche en falta un cable personalizado, uno que de identidad al teléfono que lo utilizará.
Volviendo a la carga, estos son los porcentajes alcanzados en distintos periodos de tiempo, que dan una visión general de la velocidad de la carga rápida:
- 5 minutos de carga: 7 % de batería.
- 10 minutos de carga: 15 % de batería.
- 20 minutos de carga: 27 % de batería.
- 30 minutos de carga: 43 % de batería.
- 50 minutos de carga: 65 % de batería.
- Total: 92 minutos de carga.
Motorola se refugia en su software
Ahora sí me dilato sobre este software de Motorola: sus raíces siguen cerca de las líneas Material You de Google, por lo que estéticamente luce parecido al de los móviles de la firma americana. Las aplicaciones del fabricante añaden funciones interesantes: conexión con PC, Moto Secure para el mantenimiento y Unplugged con la que dosificar nuestra adicción al móvil. Nada mal la suite de Motorola, por más que no utilice demasiado a sus aplicaciones. Sí he visto más utilidad en Smart Connect, que permite proyectar la pantalla del móvil y algunas acciones más.
Sí le daría un pequeño lavado de cara a estas aplicaciones, para que luciesen más consistentes en este sabor Android de Motorola. Que, por cierto, parte “desactualizado”: lo entrecomillo porque Android 15 acaba de llegar al mercado y es muy complicado preparar un smartphone que lleva meses “en el horno”. Android 14 se esconde, no demasiado, debajo del capó que supone el launcher de Motorola.
Como comenté hace poco en la anterior review, no se echa en falta la personalización de Google: Motorola ha imitado el apartado de diseño, añadiendo unos «Temas» que modifican cada aspecto de la interfaz (colores de acento, forma de los iconos, etcétera). Es curioso que en este firmware sí he encontrado un área de notificaciones y ajustes rápidos al estilo de los Pixel, que al contrario que en el Edge 50, no goza de efecto bokeh ni transparencias, un detallito que me gustó mucho.
Desde que lo saqué de la caja, ha recibido al menos tres o cuatro actualizaciones, corrigiendo pequeños defectos y que incluyen los parches de seguridad más recientes. Eso sí, se ha quedado en el de septiembre (el penúltimo), y por otro lado, espero que Motorola le brinde un buen servicio postventa a través de las actualizaciones del sistema: lástima que a lo sumo obtenga dos actualizaciones mayores de Android.
La última pega que le pongo al Android de este Moto es la cantidad de bloatware preinstalada. Que no hablo de las muchas ‘Google Apps’ que deberían ser opcionales, sino también de juegos y apps de compras/sociales de diversa índole. La pantalla de inicio se me llenó de apps al eliminar el cajón de aplicaciones (suelo hacerlo siempre que tengo la posibilidad). Una imagen vale más que mil palabras.
Aparte de lo comentado, pienso que Motorola ha labrado una buena base, no exenta de problemas (consistencia en el diseño, pocas actualizaciones, aplicaciones propias que no descubren nada nuevo…) pero suficiente para sus teléfonos. Veremos el año que viene si mejora con la inclusión de IA o por el contrario los Moto G siguen sin muchas florituras.
Una cámara acorde al resto del terminal
Las dos grandes circunferencias de la trasera de este Moto G no dejan lugar a dudas sobre el número de cámaras. En un momento en los que tres sensores parecen el mínimo, se agradece que una firma no apueste por el “caballo grande, ande o no ande”, y en esto Motorola se desnuda sin tapujos.
Dos cámaras, dos sensores, dedicados a fotografías distintas. Empecemos repasando las especificaciones completas de ambos:
- Cámara principal. Sensor de 50 megapíxeles Sony Lytia-600 con anchura de 1,6 µm para cada píxel, apertura f/1.7 con distancia focal de 4,7 mm (equivalente a 25,8 mm), estabilización de imagen OIS/EIS y ángulo de visión de 69,9º. Quad Pixel.
- Cámara gran angular. Sensor de 8 megapíxeles, anchura de 1,12 µm para cada píxel, apertura f/2.2, ángulo de visión de 118,6º con corrección de lente y autoenfoque. Macro vision.
Por lo tanto, a este Moto G85 5G le queda una cámara principal de alta resolución y un ultra gran angular menos sorpresivo. Tal y como se prevé sobre el papel, me quedo mayoritariamente con la cámara principal, con unos resultados por encima de las tímidas fotos de 8 megapíxeles del ultra gran angular, socorrido para captar una imagen más amplia y ya.
Antes de entrar en materia, hay que darle una vuelta a la cámara de Motorola, una app de cámara con muchas vibes de la Pixel Camera. Empezando por la interfaz, similar a otras firmas pero más similar a la de Google en apariencia. Navegación por pestañas, personalización de las mismas… las posibilidades de la app cumplen las expectativas.
No le falta ni un detalle: fotos panorámicas, modo «Pro» (guarda en RAW), «Retrato», «Ultra-Res» (captura a máxima resolución, 50 MP), «Cámara lenta» y otros muchos que se esconden en la última pestaña. Me volvió a llamar la atención uno exclusivo de Motorola, el modo «Maqueta», aplica un bokeh lineal para crear cierta ilusión óptica.
Ahora, pasando a la “acción”, veamos cuáles son las fortalezas y debilidades de estas cámaras. Empezando de día, no hay sorpresas, ni para lo bueno ni para lo malo: en este rango de precios ya obtenemos resultados más que decentes. Este Moto G85 lo vuelve a demostrar, con un correcto balance de blancos y una nitidez más que suficiente. En ocasiones acusa de cierto sharpening con el HDR activo, aunque no supone demasiado problema.
No obstante, sí es una pega la sobreexposición del cielo: habitual en las fotos diurnas, parece que Motorola no consigue afinar su procesado en este detalle. Lo hemos visto en móviles más capaces (donde es un pecado mayor) y se repite en este gama media. Por lo demás, está en la media, y sin grandes faltas, más allá de que no es la cámara más rápida.
Respecto al ultra gran angular, he visto la típica pérdida de calidad respecto a la cámara principal. Se traduce en menos detalle, en parte culpa de la baja resolución. No esperemos rascar mucho con este sensor, que sí será de utilidad para llevarnos un recuerdo puntual de una escena con más campo de visión.
Aprovechando el "botoncito" del zoom x2, podemos acercarnos más a nuestro objetivo, con la consiguiente pérdida de detalle. Sin embargo, durante mis pruebas, he comprobado que es preferible usar el modo de alta resolución y realizar el recorte a posteriori. De lo contrario, obtendremos imágenes bastante “acuareladas”.
Cuando cae la luz, las costuras de las cámaras de este Moto G aparecen: el ISO sube sobremanera con el consiguiente ruido, y cuidado, hay que mantener el teléfono bien sujeto o aparecerán trepidaciones naturales del movimiento. Es más evidente con la «Visión Nocturna», su procesado tarda algo más en devolver la foto.
Para retratos, se defiende bastante bien en condiciones favorables de luz. Un recorte más que aceptable, alguna confusión con los contornos, perdonable en este rango de precio. En este ejemplo vemos cómo aplica el efecto bokeh sin mayores problemas, en la escena con poca luz.
Lo mismo sucede usando la cámara frontal: de día muestra un gran nivel de detalle, una iluminación bastante ajustada a la escena y un recorte muy, muy preciso.
En grabación de vídeo, sin sorpresas: su procesador limita la grabación a 1080p/60fps que saca a relucir la estabilización. No destaca en calidad de imagen, por más que sea suficiente para obtener recuerdos puntuales en movimiento.
Motorola Moto G85 5G, la opinión y nota de Xataka Android
Motorola mantiene las líneas vistas en la anterior generación, con leves cambios que no justifican dar el salto si todavía tienes el Moto G84. En cambio, si buscas un smartphone equilibrado, con un software ligerito y batería para todo el día, es una de las apuestas más seguras. Y sobre todo de las que menos duelen en el bolsillo.
Quizá por su precio podría ofrecer algo más de potencia, que tiene rivales directos con procesadores más capaces. No obstante, elegir un Moto G sigue siendo sinónimo de buena relación calidad-precio, muy notable en este nuevo integrante. Iba a decir que se pondrá más a tono con las ofertas, pero estas ya están llegando, ahora sí a un precio que lo vuelve casi irresistible.
Lo malo para Motorola es la competencia. Una competencia mejor asentada en cuanto a ventas que sigue ofreciendo más por menos. Creo que los Moto G deben volver a lo más alto, pero que les falta un empujón para volver a ser populares en nuestro país. Quizá su Android “puro” sea un gran punto de partida, aunque en mi opinión necesita un poco más de personalidad.
7,3
A favor
- Duración de la batería
- Buena cámara principal trasera
- Su diseño en cuero vegano por este precio
En contra
- Motorola sigue con los mismos problemas de procesado fotográfico
- El software Android sufre algunos tirones no esperables por el hardware
- Altavoces estéreo sin mucha calidad
Motorola Moto G85 5G 8GB/256GB Azul (Cobalt Blue) Dual SIM XT2427-3
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Motorola. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas y cómo hacemos estas reviews.
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