Parece que Google está empezando a tomarse más en serio su papel en mantener su tienda de aplicaciones limpia y segura. Recientemente hemos visto como obligaba a los desarrolladores a incluir la política de privacidad, se ponía duro con las aplicaciones con permisos de accesibilidad y prohibía a las aplicaciones modificar la pantalla de bloqueo (a no ser que fuera una aplicación para eso) o la grabación de llamadas.
Todas estas medidas son un inicio, pero cualquier persona que haya pasado más de cinco minutos en Google Play sabe que la basura abunda, y en grandes cantidades. Con esto en mente, hemos sacado la libreta de los deseos para redactar otras normas que Google debería aplicar a Google Play para hacerlo grande de nuevo.
1. Ponerle límite a la publicidad
Google Adsense tiene una política más o menos clara de tres bloques de anuncio por página web, pero en Android realmente no hay ningún límite. Algunas aplicaciones muestran anuncio tras anuncio, cada vez que pulsas un botón. Anuncios arriba, anuncios abajo, vídeos que no se pueden pausar y que se descargan usando tus datos, quieras o no.
Si alguien quiere poner una tonelada y media de publicidad en su aplicación, es libre de hacerlo, pero no deberían encontrar una plataforma de distribución en Google Play. La política de contenido en Google Play tiene varias estimaciones sobre anuncios, pero ninguna habla de la cantidad de anuncios o su periodicidad.
Vale, los desarrolladores necesitan y merecen monetizar sus aplicaciones, pero aquí estamos hablando de la diferencia entre uso y abuso. Estoy seguro de que los ingenieros de Google podrán ponerse de acuerdo para acordar una cifra de cuántos anuncios y cada cuánta frecuencia son asumibles y cuántos son excesivos.
2. Controlar las recompensas por instalar apps / hacer tareas
Hace unos años abundaban las aplicaciones, especialmente juegos, donde podías ganar puntos / dinero / gemas / etc por instalar aplicaciones o realizar tareas. Este sistema sigue existiendo hoy en día y Google Play no tiene ninguna política al respecto más allá de prohibir a las aplicaciones descargar APK desde fuera de Google Play. El sistema no está mal por sí, es un modo de ganar cosas "premium" haciendo cosas en vez de pagando, pero el problema está en esas tareas.
Del "instala una aplicación para ganar créditos" hemos pasado a instala una aplicación, ábrela, llega al nivel 57 y luego sal a la calle y haz el pino puente con doble tirabuzón para atrás. El problema no es tanto ese sino otras tareas como "ve a cierta página web y juega a un juego web" que tienen toda la pinta de ser páginas web maliciosas.
3. No más peticiones de puntuación
¿Cuántas veces has recibido el aviso de "si te gusta esta aplicación, puntúala en Google Play"? Algunos desarrolladores siguen la buena práctica de darte la opción de no volver a recordar, pero en otros el aviso puede saltar en cualquier momento. Igual que cuando vas a un hotel no llaman incesantemente desde recepción para que lo puntúes en TripAdvisor, podríamos esperar lo mismo de las aplicaciones y Google Play. Si la quiero puntuar, ya la puntuaré por mi mismo, gracias.
Es una batalla perdida pues hasta Google lo hace en sus aplicaciones (aunque diré en su defensa que al menos el recordatorio es muy de vez en cuando), así que no tengo mucha esperanza de que le digamos adiós a esta evolución móvil de las viejas ventanas pop-up. Por lo menos debería ser obligatorio dar la opción de no volver a recordar.
4. Acabar con las aplicaciones falsas
Una broma es cuando alguien pretende ser una estatua de bronce y de repente se mueve y asusta a los transeuntes. Una aplicación que dice que hace una cosa y luego no la hace, poniendo que es una broma en pequeñito y para evitar técnicamente tener una descripción engañosa (sí penalizado en las normas de Google Play), no es una broma, es un engaño.
Admitámoslo, casi nadie lee las descripciones de las aplicaciones. Cada día miles de personas se descargan cargadores de batería solares, hackeadores de WiFi, detectores de mentiras y tantas otras aplicaciones falsas escondidas bajo la máscara de la broma. No es solo una pérdida de tiempo, pues algunas de estas aplicaciones están además llenas de publicidad hasta arriba.
En resumen, bromas sí, aplicaciones falsas no. Igual que en este año la humanidad se ha echado las manos a la cabeza por culpa de las fake news, va siendo hora de que hagamos lo mismo con las fake apps.
5. Aplicaciones malísimas
Todo lo anterior casi podría resumirse en un punto. Las aplicaciones malísimas no deberían estar disponibles en Google Play, o al menos deberían encontrarse semiocultas, lejos de los dedos de los usuarios novatos dispuestos a instalar cualquier cosa. El problema es, por supuesto, quién va a determinar que una aplicación es malísima o no.
Mientras que en la App Store las aplicaciones pasan por una revisión previa a su publicación, Google sigue aferrado a sus algoritmos e IA antes que contar con seres humanos de carne y hueso. De acuerdo, pero estoy seguro de que los ingenieros de Google son capaces de determinar un sistema de karma basado en instalaciones, puntuaciones y desinstalaciones para asignar visibilidad a una aplicación. Aquellas que obtienen una baja puntuación, podían directamente ocultarse o mostrarse con un aviso. "Oye, nuestros datos indican que esta aplicación puede ser bastante mala. Un saludo, Google".
Técnicamente existen ya algunas reglas al respecto en las políticas de Google Play, pero a estas alturas debería resultar obvio que no se están cumpliendo. Por cada aplicación exitosa hay 30 con un nombre e icono similar, tres apps de "guías" que tienen cuatro obviedades y diez anuncios y alguna que otra estafa.
Google ha tenido una actitud un tanto pasiva en Google Play, dejando que cada cual haga y deshaga dentro de las normas, y que sea lo que Dios quiera. Sin embargo, es responsabilidad del dueño de la tienda velar por la calidad de lo que se vende y expone en ella. Igual que pensarías mal de la charcutería de la esquina si tuvieran productos podridos, lo mismo pasa con Google Play. Si no lo quieres, no lo compres, sí, pero igual me lo pienso dos veces antes de ir a dicha charcutería.
6. Déjanos ayudarte, Google
Por último, sería de agradecer que Google Play nos permitiera denunciar aplicaciones de una forma más fácil. Aquellos que, como yo, tenemos que sumergirnos en las profundidades de Google Play y hemos visto cosas que no creeríais no tendríamos problemas en ayudar a mantener Google Play limpio... si fuera más fácil.
Hoy en día el proceso para denunciar una aplicación en Google Play por ser falsa, engañosa o peligrosa es tan tedioso como hacer la declaración de la renta. Se trata de un aburrido formulario web que te tomará unos minutos rellenar. Una vez lo envías, nunca más recibes noticias y te queda siempre la duda de si estos informes no acaban directamente en la basura.
Mientras que Google se aprovecha del crowdsourcing en Google Maps con los Local Guide, en Google Play se desaprovecha la inteligencia colectiva y no hay opción fácil, rápida e indolora de dar feedback sobre aplicaciones. Ni Google vela por la calidad de su tienda ni deja que los usuarios lo hagan, una receta que solo nos traerá más y más basura y spam a no ser que Google cambie el chip.
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