Todos estamos muy sorprendidos con la nueva estrategia de Sony de renovar su terminal bandera cada seis meses. Hace un año lanzaban su Xperia Z y a los pocos meses lo renovaban con el Z1. Esto podía ser una excepción, pero al presentar la semana pasada en el Mobile World Congress el Sony Xperia Z2 y al anunciar que después del verano tendremos el Z3 estamos ante una confirmación.
Hasta que Sony apostó por esta estrategia tan agresiva lo normal era renovar el terminal bandera cada año o año y poco, pero ahora tenemos a una compañía puntera cambiando completamente los esquemas. ¿Es esto bueno? ¿Malo? ¿Cómo afecta a sus usuarios?
Para los que se van a comprar un móvil, excelente idea
Lo primero, si te vas a comprar un móvil, esta es una excelente idea. El motivo es muy simple, si te compras un Sony de gama alta estás a la última. Sabes que tu terminal tiene como máximo seis meses y no un año de antigüedad, como si optas por una marca que lanza un terminal al año y tienes que adaptarte a sus fechas de lanzamiento.
Con Sony lo normal es que si quieres renovar el móvil sabes que o te compras el de ahora o te esperas máximo tres meses y tendrás un móvil que lleva menos de tres meses en el mercado. Para los usuarios que buscan estar a la última esto es un chollo.
También tenemos la parte contraria, si quieres un terminal que no esté a la última seguramente sea fácil encontrar un Sony de penúltima o antepenúltima generación por un precio muy atractivo (tanto nuevo como de segunda mano) y que en realidad sólo lleva seis meses o un año en el mercado.
Eso sí, está por ver si las novedades que van anunciando en los nuevos terminales son suficientes para atraer a los clientes o en algún momento se limitarán a pequeños cambios incrementales que no merezcan la pena y que sean percibidos como una obsolescencia programada por parte de la compañía asiática.
Los operadores y tiendas no siguen el ritmo
Esto nos lleva a otra consideración y es que a veces las tiendas no tiene tiempo de liquidar el stock y vemos anuncios de móviles de Sony desfasados una o dos generaciones como si estuvieran hablando de lo último.
De hecho me ha sorprendido ver a algún operador anunciar ahora que el Sony Xperia Z1 llega a su catálgo... cuando ya está el Z2. Algunos operadores y tiendas no están preparados para esta velocidad de actualización y eso puede estar bien para muchos usuarios que no quieren lo más puntero, pero para otros muchos sí es un problema.
Además siempre puede haber usuarios engañados que crean que están comprando lo último de lo último cuando en realidad le están vendiendo stock a precio alto.
¿Tu móvil de tres meses es antiguo?
Otra sensación rara que genera una estrategia como esta es que un usuario vea como su móvil de sólo tres meses de antigüedad se queda desfasado rápidamente. Incluso si la compra se realizó siendo consciente de la nueva estrategia de Sony estamos ante una sensación de frustración, sobre todo si quieres estar a la última.
Renovar de móvil una vez al año no está al alcance de cualquiera, está claro. Pero es muchísimo más complicado hacerlo cada seis meses. Y no sé si esta sensación de frustración por parte del cliente de Sony puede perjudicar a la marca a largo plazo. ¿Habrá quien compre otras marcas sólo por la sensación de tener el terminal puntero de la misma al menos durante un año?
Actualizaciones software
Otro problema que tiene la estrategia de Sony es si prestará tanta atención a los terminales antiguos (y ahora donde digo antiguos es un terminal con un año en el mercado). Todos sabemos que los fabricantes prestan poca atención a las actualizaciones, y menos aún si dichos terminales son de hace dos generaciones.
Teniendo una gama tan amplia en el mercado (pensemos que el Sony Xperia Z se lanzó a principios de 2013 y a mediados de 2014 habrá en el mercado el Z1, el Z2 y el Z3, aparte del Z) es complicado mantenerlos actualizados tal y como demandan los usuarios.
El riesgo es que el ciclo de actualizaciones sea aún menor del que estamos viendo y esto haga que los terminales apenas evolucionen. Es decir, el fabricante lance un terminal al mercado y prácticamente podemos asumir que tal y como se lanzó se quedará.
Esto no es nada positivo para los usuarios, pues les obliga a comprar nuevos terminales para evolucionar el software. No digo que vaya a ser así, Sony podría dedicar recursos al software y mantener varios terminales simultáneamente, pero el riesgo de que esto pase es alto.
Sony arriesga mucho, ¿alguien más se atreverá?
Desde luego la estrategia de Sony es muy arriesgada. Primero porque puede que los clientes se sientan decepcionados con un terminal que deja de ser bandera en poco tiempo y por otro porque el terminal se quede estancado en el pasado.
Pero también tendremos a clientes que siempre sabrán que el terminal que están comprando está a la última, sin necesidad de esperar al lanzamiento estrella dentro de bastantes meses. Esto puede tener tirón comercial y habrá que ver si los competidores se animan a copiar esta estrategia.
Realmente Samsung hace algo parecido, ya que tiene dos terminales bandera, la gama Galaxy S y la gama Galaxy Note, que lanza siempre con seis meses de diferencia. Pero al final son dos gamas distintas que tiene un público objetivo distinto, pues no todo el mundo está hecho para phablets.
Personalmente veo complicado mantener este ritmo de actualizaciones, más que nada porque si ya hemos visto pocas innovaciones en los terminales presentados en el MWC 2014, si se actualizan cada seis meses veremos aún menos (de hecho uno de los motivos para esta falta de innovación ha sido que Sony había lanzado el Z1 hace no mucho). Pero todo está por ver, quizá Sony está marcando una tendencia.
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