Ya siempre me fijo en esto en un móvil de gama media. Y no es ni la cámara, ni el procesador

Ya siempre me fijo en esto en un móvil de gama media. Y no es ni la cámara, ni el procesador

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Ya siempre me fijo en esto en un móvil de gama media. Y no es ni la cámara, ni el procesador

Elegir un móvil de gama alta, por norma general, depende siempre de pequeños detalles. La elección no tiene demasiados dispositivos en disputa y fallar es complicado. Sin embargo, al comprar un smartphone de gama media hay mucha más variedad y hay factores importantes que siempre se han de tener en cuenta. Evidentemente, hay muchos elementos importantes a observar, pero hay uno que últimamente doy una importancia alta por cuestiones de comodidad.

Por mi profesión, pasan por mis manos diferentes móviles de gama media y algo que he aprendido en este tiempo es la importancia de fijarse mucho en el lector de huellas. Sobre todo, en su posición. Y es que puede parecer algo secundario, pero creeme que en el día a día es de agradecer acertar en la elección.

El sensor de huellas en pantalla no suele dar muchas alegrías en gama media

Sensor Huellas Android

Los sensores de huellas como método de desbloqueo del móvil surgieron hace ya bastantes años, siendo el botón principal del móvil en la parte inferior su ubicación por excelencia. Sin embargo, con la tendencia de las pantallas a ir ocupando más parte del frontal, estos sensores se tuvieron que trasladar.

Hoy en día nos podemos encontrar diferentes ubicaciones para el lector de huellas. En un botón lateral, en la parte trasera o en la pantalla. Y precisamente esta última ubicación apunta a ser, como norma general, la posición más cómoda y rápida. Y es que al fin y al cabo siempre tenemos el dedo preparado para usar el móvil y apenas hay que hacer desplazamiento del mismo para ponerlo sobre el lector.

Sin entrar a analizar de forma muy técnica y detallada el asunto, debemos decir que existen diferentes tipos de sensores de huellas en pantalla. Por un lado tenemos los ultrasónicos y por otro los ópticos. Los primeros son los de más reciente adopción y que incorpora la gama alta en su mayoría, teniendo una gama media copada por sensores ópticos (salvo alguna rara excepción).

De base, debemos decir que un sensor de huellas óptico no es malo. O al menos, no tiene por qué serlo. Sin embargo, tiende a ser algo más lento e incluso errático. Y es aquí donde más problemas he encontrado.

Prefiero renunciar a la comodidad y tener sensor en un lateral. Son un poco más rápidos y mucho menos erráticos.

Debo reconocer que de los móviles que he probado (salvo alguno todavía en fase previa a lanzamiento) no me he encontrado con uno que suponga un drama por su lentitud. Sin embargo, sí se nota mucho la diferencia con un sensor ultrasónico. Es cuestión de unas milésimas de segundo o 1 o 2 segundos a lo sumo. Insisto, no es un drama, pero se nota.

Si a esto le sumamos que en ocasiones los fabricantes optan por sensores de segunda categoría para ahorrar costes (o reinvertirlos en otra característica), se añade un nuevo problema: falla en el reconocimiento. Nuevamente no generalizaré aquí al afirmar que todos los gama media tengan sensores malos, pero por desgracia una mayoría fallan.

¿Cuál es pues mi conclusión a este respecto? Pues que en la medida de lo posible, trato siempre de fijar más mi atención en aquellos móviles que incluyen ‌el sensor en un lateral. Incluso podría decir que en la trasera, aunque es menos frecuente y menos cómodo que en el lateral. En este, sin llegar a ser tan práctico como en pantalla, tengo comprobado que suelen ser algo más rápidos y, sobre todo, mucho más precisos y sin tantos fallos de reconocimiento.

¿Cuál es la alternativa si nos toca un sensor errático?

Evidentemente, y por mucha importancia que podamos darle a este factor, lo cierto es que puede que no encontremos un móvil que cumpla con lo que le pedimos en todos los ámbitos y que justamente tenga un sensor de huellas lateral. Más si ya tenemos ese móvil y estamos sufriendo de lentitud y errores en el reconocimiento.

La opción que aconsejo a este respecto es la más clásica: configurar dos veces la misma huella. Vale que ni así se vaya a llegar al nivel de fiabilidad de un sensor ultrasónico, ya que al final en sensor es cómo es. Sin embargo, puedo dar plena fe de que en todas las ocasiones he notado una considerable mejoría y reducción de errores.

Otra opción es la de usar otros métodos de desbloqueo como el reconocimiento facial. Aunque en este caso, y nuevamente en mi opinión, creo que supone peor remedio. Y es que al final el reconocimiento facial en la mayoría de Android es más bien básico y carente de sensores que lo hagan seguro y funcional, fallando mucho en condiciones de baja luz. Y si encima es un gama media, peor.

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