Ayer Samsung presentó su flagship de 2015, exceptuando el Note que seguramente lanzará en otoño, el Samsung Galaxy S6 (y S6 Edge). Y en esta ocasión ha dado un giro bastante importante a lo que nos tenía acostumbrados en cuanto a diseño y algunas funcionalidades.
Quizá este giro viene motivado por la pérdida de empuje de la división móvil. Y es que existe cierta decadencia de Samsung como fabricante de móviles, lo cual requiere un giro, giro que se produce en este 2015. Veremos si les funciona.
Materiales, Samsung rompe los límites que se autoimpuso
Siempre que hablamos de Samsung su nombre va asociado al pástico. Los terminales de Samsung, al menos los de gama alta, siempre tenido mucho de este material, incluso últimamente cuando han jugueteado con acabados en cuero sintético.
Y después de muchas quejas y miles de líneas escritas sobre el tema del plástico y Samsung, por fin se han decidido a sacar sus gama alta en acabados más punteros. En esta ocasión bordes metálicos y cristal en la parte trasera.
Estéticamente es una gran diferencia. Los terminales, a pesar de tener un diseño muy parecido a los de la anterior generación, son más elegantes. Si en algo estaban logrando ganar Sony y HTC frente a Samsung era en acabados premium y aquí Samsung, por fin, no tiene nada en lo que perder en las comparativas. Sus terminales premium tienen acabados premium y punto.
¿Qué se ha dejado en el camino? Lo primero y más importante para los que llevan tanto tiempo defendiendo los acabados de Samsung: la resistencia a los golpes, pues el plástico siempre aguanta más. Lo segundo que se ha caído es la resistencia a la humedad y el polvo, cosa que se puede hacer en estos acabados como Sony demuestra en cada generación de sus Xperia, incluso en las gamas medias.
Tarjeta SD y batería fija, las grandes pegas
Pero donde se ven las mayores críticas a este nuevo terminal de Samsung no es la périda de protección IP67, sino dos características que han acompañado siempre a Samsung: la posibilidad de ampliar la memoria por tarjeta microSD y la posibilidad de cambiar la batería.
Samsung argumenta que con este diseño no podía poner una ranura microSD, algo dificil de sostener ya que Sony lo logra con un diseño unibody y de cristal muy parecido. Y dentro de la comunidad Android hay mucha gente fan de la expansión por tarjeta.
Google viene desde hace tiempo empujando por terminales sin tarjeta SD, su gama Nexus no las lleva desde el Nexus S. Las tarjetas SD están muy bien para guardar fotos y multimedia pero el objetivo inicial que tenía en Android, expandir la capacidad, da problemas. Los fabricantes en su día incluían terminales con poca memoria y expandibles por SD pero esto daba problemas: siempre hay que tener algo de espacio interno; la memoria SD es lenta; si se quita la tarjeta muchas aplicaciones no se pueden lanzar... y Google decidió empezar a empujar por mayor memoria interna. De hecho hacen cambios de vez en cuando que hacen que no en todos los terminales se puedan mover las aplicaciones a la SD.
Samsung siempre ha tenido sus terminales expandibles pero en esta ocasión ha decidido no hacerlo. Y muchos usuarios se quejarán. Para ello ofrece modelos de hasta 128 GB, lo cual es suficiente creo yo, pero claro, a unos precios mucho más altos que los de una simple tarjeta microSD. La polémica está servida.
Respecto a la batería, está claro que si la parte trasera es de cristal que la batería sea extraíble muy difícil. Otros fabricantes llevan mucho tiempo con terminales unibody sin mayores problemas y aunque es cierto que hay un nicho de usuarios que quieren tener encima varias baterías con los cargadores portátiles esto no es tan popular. Las críticas serán menores, pero ahí estarán.
¿Valorarán los usuarios estos cambios?
La pregunta clave de estos cambios es si serán valorados por los usuarios. No es fácil saber por qué Samsung ha sido líder todos estos años y por qué ahora está en decadencia. ¿Es únicamente por el diseño? ¿O fue porque al principio de Android fue el que más fuerte pegó y ahora hay mucha competencia? Y si fue por el diseño, ¿quiere ahora la gente terminales con un diseño más cuidado, con materiales más premium que hace unos años y por eso están perdiendo cuota? Es díficil de saber.
Veremos cómo se comportan las ventas de Samsung en los próximos trimestres, sólo así sabremos si el giro que han dado ha servido para algo. Y no olvidemos que han presentado una innovación interesante, el Samsung Galaxy S6 Edge, que comparte diseño pero con los bordes redondeados, dando un aspecto novedoso y que pocos fabricantes podrán imitar.
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