A finales del año pasado, le llegó la hora a mi querido Poco F1. Después de casi cinco años rindiendo al máximo nivel, no encontraba ningún sustituto perfecto. Buscaba algo parecido en concepto, una gama alta a precio reducido, algo difícil en estos días que corren. Al final, me decanté por el pequeñín Pixel 6A, algo de lo que no me arrepiento para nada, a pesar de que tiene algunas pegas.
Todo fluye como la seda, llevo siempre la última versión de Android y es lo suficientemente potente en hardware para cumplir mis expectativas. Sigo disfrutando de mi nuevo teléfono, pero algo ha cambiado en mí: he descubierto las bondades de los teléfonos de Google. Por esto, tengo claro que mi próximo móvil volverá a ser un Pixel y no otro, y te cuento los motivos de esta decisión.
Siempre a la última en software y no me refiero sólo a actualizaciones Android
Lo reconozco, sufro de versionitis, por eso siempre he tirado de Custom ROMs en mis anteriores teléfonos. Llevo muchos años en Android, y disfruto cuando puedo aprovechar las funciones avanzadas que incluyen las nuevas actualizaciones. En este sentido, los Google Pixel no tienen rival, con permiso de Samsung y Apple.
Si el Pixel 6A es un buen teléfono, su sucesor cubre los huecos que tenía
Google es el principal desarrollador de Android, y los primeros móviles en recibir una nueva iteración del sistema operativo son los Pixel. Tal cual, nueva versión, disponible ipso facto. Y no sólo de actualizaciones de Android se vive, no, porque los móviles de Google también obtienen las llamadas Pixel Feature Drop.
Estas actualizaciones trimestrales añaden funciones de lo más variopintas, a la vez que refinan el funcionamiento del dispositivo. Por otro lado, los importantes parches de seguridad también llegan rápido, aunque es cierto que Samsung suele ser más rápida en el soporte de estos elementos.
En los Pixel, los componentes pasan a un segundo plano
Algo que todos hacemos cuando vamos a adquirir un nuevo terminal es ojear su plantel de especificaciones, buscando algo en concreto: ya sea una cámara con zoom, un procesador ultra potente de Qualcomm o X cantidad de memoria RAM. Lo sigo haciendo, es cierto, pero me he dado cuenta que el hardware pasa a un segundo plano cuando se trata de los Pixel.
Al comprar uno, sabes que nos llevamos una cámara de calidad, sin importar tanto la lente ni el sensor (el procesado de Google es una salvajada). Y lo mismo sucede con el rendimiento. Podrá tener un mejor procesador y GPU, pero el Android de Google destaca por su fluidez, y se ha mantenido incluso con procesadores modestos como el de los Pixel 4A.
Los Google Pixel son los iPhone de Android, y en cierto modo esta afirmación es verdadera. Por lo tanto, a no ser que tengamos una necesidad muy específica que conlleve un requisito de hardware, estos móviles lo tienen todo para funcionar bien sin preocuparnos por nada más.
El ecosistema Pixel ya se diferencia del resto
Cuando el gigante del buscador confiaba todo a los Nexus, veíamos un sistema limpio que servía de guía para el resto de fabricantes y desarrolladores. Porque sí, el Android que equipaban los Nexus iba de la mano de su versión libre, conocida como AOSP. En esos momentos, no podían presumir de características exclusivas, porque todo venía del código fuente.
Sin embargo, con el adiós de los Nexus y la bienvenida a los Pixel, Google cambió completamente su estrategia. Ahora, son móviles hechos por y para el consumidor, no para un grupo de aficionados a la tecnología.
Y esto ha hecho que además de las citadas Pixel Feature Drop, tengamos una serie de características exclusivas (teniendo en cuenta que algunas se han vuelto globales con el paso de los años): Now Playing, la cámara de Google, el widget "de un vistazo", el Pixel Launcher, el borrador Mágico de Google Fotos, los fondos de pantalla cinemáticos, el taller de emojis...
En definitiva, toda una suite de herramientas que aparte de útiles, son diferenciales. Por si fuera poco, la relación con otros equipos de Google se hace más sencilla: Chromecast, dispositivos Nest, Chromebook, entre otros muchos.
Todos estos rasgos de los Pixel van a hacer que permanezca en la familia durante un buen tiempo. Me cautivaron con el precio de mi Pixel 6A y finalmente me han atrapado con sus bondades. Seguiré con este móvil compacto al menos unos años más, pase lo que pase en el futuro con los Pixel 8.
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