Samsung hizo posible el sueño de muchos, al menos en teoría: la adopción de una pantalla flexible para adoptar un teléfono plegable (nada que ver con el ZTE Axon M). Ya conocemos el Samsung Galaxy Fold, un ejercicio de estilo, un indicativo de lo que puede hacer la empresa coreana para un futuro en el que todo apunta, estaremos rodeados por este tipo de pantallas que prometen llevar una mayor superficie usable en un menor espacio.
Una especie de prototipo a la venta en el que muchos ven un elemento con el que pulsar el ritmo del mercado: conocer la reacción del público ante este tipo de propuestas y determinar los aspectos a pulir y mejorar así cómo si es el momento oportuno para hacerlo realidad. Y sin embargo, pese a ser una propuesta a la que aún le hace falta consolidarse, vemos como otros fabricantes también quiere entrar en el campo de la experimentación con sus propios terminales. Es el caso de Huawei, que quiere demostrar también aquí, que puede hacerle sombra al gigante coreano con su _smartphone_ plegable, el Huawei Mate X.
Especificaciones
Samsung Galaxy Fold |
Huawei Mate X |
|
---|---|---|
Pantalla |
7,3 pulgadas QXGA+
Dynamic AMOLED (4.2:3) |
8 pulgadas a 2.480 x 2.200 píxeles |
Procesador |
Snapdragon 855 / Exynos 9820 (según mercado) |
Kirin 980 y Módem Balong 5000 |
RAM |
12 GB |
8 GB |
Almacenamiento |
512 GB UFS 3.0 |
512 GB con soporte para NMCards de 256GB |
Cámaras traseras |
Triple cámara trasera: gran angular, ultra gran angular y teleobjetivo |
Triple cámara trasera firmada por Leica |
Cámara frontal |
Una en la cubierta, dos frontales internas gran angular y profundidad |
Sin cámara |
Batería |
4.380 mAh |
4.500 mAh |
Peso |
200 gramos |
295 gramos |
Precio |
1.980 dólares |
2.299 euros |
Diseño: mismo final pero por distintos caminos
La idea en ambos modelos es la misma: haciendo uso de un panel flexible, ofrecer una mayor superficie de trabajo y ocio sin que ello penalice el tamaño. Ojo, que nadie habla de grosor. Y pese a que ambas marcas buscan lo mismo, en los dos casos se opta por caminos diferentes para lograrlo.
Así mientras en el Samsung Galaxy Fold se ha optado por un panel que cerrado, oculta la pantalla de 7,3 pulgadas Infinity Flex Display, dejando en el exterior un tercer panel con una llamativa relación de aspecto (21:9), en el caso del Mate X Huawei y su pantalla de XX pulgadas (con resolución FHD+ y 2.244 x 1.080 píxeles) la idea es que la pantalla esté siempre orientada al exterior. Aquí se abre hacia afuera y cuando se cierra, los dos paneles quedan siempre visibles, pero doblados.
Y si en el Samsung Galaxy Fold el aspecto llamativo o al menos, la crítica, venía dada por esa asimetría en la pantalla interior y por una relación de aspecto curiosa en la pantalla externa fruto de unos marcos muy gruesos, en el caso del Huawei Mate X y su pantalla de 7,1 pulgadas lo llamativo es esa especie de joroba. Un diseño al que han llamado Falcon Wing Design.
Cerrado no se aprecia, pues la pantalla dobla se encarga de nivelar el grosor al plegarse y formar un cuerpo compacto. Esa joroba se aprecia sólo cuando la pantalla está desplegada y aunque puede resultar llamativa hay que ver si una vez en la mano la existencia de dicha protuberancia facilita el agarre del terminal.
Un hardware a la última
Estamos ante teléfonos (no sabemos si habrá que inventar un concepto como en su día lo fue la palabra phablet) pensados para ser usados tanto para ocio como para el aprovechamiento en el día a día. Esas enormes pantallas están ahí para algo y aprovechar todo su potencial requiere de un _hardware_ a la altura.
Samsung ha optado por la vía clásica en sus lanzamientos más potentes. Una dualidad entre la que elegir según mercados. Por un lado el Qualcomm Snapdragon 855 o el Exynos 9820 de Samsung, lo que vienen a ser los procesadores más potentes de cada casa: con ocho núcleos y unidades de procesamiento neural (NPU). Y por memoria que no quede: 12 GB de RAM que acompañan a un almacenamiento de 512 GB que estrena el UFS 3.0.
Un conjunto potente que requiere de una batería acorde. Separada en dos partes, en el interior se refleja el aspecto exterior, ofreciendo 4.380 miliamperios con Wireless Power Charging, lo que permite cargar otros dispositivos compatibles.
A esta combinación, Huawei responde siguiendo su línea. Un procesador de la casa, el Kirin 980, un procesador basado en dos núcleos Cortex-A76 a 2.6 GHz, otros dos Cortex-A76 a 1.92 GHz y otros cuatro Cortex-A55 1.8 GHz. De nuevo un procesador de ocho núcleos para que no sea por potencia. Un procesador que se apoya en un modem Módem Balong 5000 que le permite obtener, como en el de Samsung, capacidad 5G.
Esta combinación de completa con una memoria RAM de 8 GB (menos que su competidor) con un almacenamiento que ofrece 512 GB. Por lo tanto más diferencias. Se cae por el camino la memoria UFS 3.0 pero gana al contar con soporte para NMCards de hasta 256 GB.
Donde sí que Huawei ha echado el resto es en la batería. 4.500 mAh superan ligeramente la capacidad del Samsung Galaxy Fold. Busca la firma china que los usuarios de este teléfono no tengan que tener el cargador siempre a mano antes de finalizar el día y habrá que ver si lo consiguen. Además cuenta con una carga rápida de hasta 55 vatios, la más potente del mercado según anuncian, lo que permite cargar la batería al 85% en 30 minutos si bien tendremos que contar con un cargador especial.
Fotografía: con las espadas en todo lo alto
Hemos visto como las cámaras traseras del Galaxy S10 lo daban todo y han logrado una excelente puntuación en DxOMark, pero no han llegado a superar la excelencia que mostraba el Huawei Mate 20 Pro (en la frontal, Samsung sí que ha salido ganador). Y esta batalla se transfiere también a estos modelos.
El Galaxy Fold monta hasta seis cámaras contando las frontales, las traseras y las internas. Divididas, encontramos por un lado un módulo de tres cámaras para la parte trasera que repite en parte la propuesta de los Galaxy S10 y S10+ (un ultra gran angular, un gran angular y un teleobjetivo) y dos cámaras frontales en el interior (un gran angular y una secundaria con un sensor para la profundidad). Y a todas se suma una frontal en el exterior en el caso de ser usado a modo tradicional.
Una combinación rompedora a falta de poder probarla, a la que Huawei responde en el Mate X siguiendo también la línea habitual. Apuesta por Leica como base para sus sensores y el nuevo smartphone integra una triple cámara en la zona trasera. Una combinación de una lente con gran angular, otra lente ultra gran angular con apertura y completada con otra de otra telefoto.
Eso sí, en un frontal sin bordes se pierde la opción de usar cámara frontal, una solución que el fabricante suple al poder usar la pantalla plegada y así disponer de visor y pantalla previa a la hora de hacer una foto.
Precio y disponibilidad
Estamos hablando de modelos top y por lo tanto el precio a pagar está acorde con las prestaciones que ofrecen. En el caso del Galaxy Fold encontramos una disponibilidad a partir del 26 de abril en cuatro colores disponibles: negro, plata, verde y azul. Parte de un precio de salida de 1.980 dólares y de dos posibles versiones, una LTE y otra 5G.
Por su parte el Huawei Mate X llegará en el acabado Interstellar Blue tendrá un precio de salida de 2.299 euros en el modelo de 8 GB de RAM y 512 de almacenamiento cuando llegue al mercado en abril de 2019. Si el Galaxy Fold parecía caro, Huawei ha decidido superar a Samsung también en el precio.
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