El giro de Nokia hacia la sostenibilidad logró un nuevo hito con el Nokia G22: la marca afirma que el teléfono puede ser desmontado por cualquiera para cambiarle las partes principales, incluida la batería. Y había que comprobarlo: tuve la oportunidad de ponerme manos a la obra, destornilladores incluidos.
Desmontar un smartphone no es precisamente sencillo, al menos en teoría: liberar cada una de las capas implica cierta habilidad, conocimientos y herramientas especializadas. Y digo en teoría porque todo puede ser mucho más sencillo, marcas como FairPhone demuestran que se puede construir un teléfono haciéndolo fácilmente reparable. Nokia toma buena nota con su reciente Nokia G22.
No sólo es fácil de reparar, también divertido
Aprovechando un evento en el que Nokia mostraba las cualidades reparables de sus smartphones, tuve que acercarme para ver en primera persona todo el proceso. Y no sólo lo vi, también me invitaron a participar en el desmontaje de un Nokia G22 para cambiarle la batería, montarlo de nuevo y comprobar si no había roto el móvil durante el proceso.
Salió bien, no tuve que pagarlo.
El Nokia G22 es un móvil de gama media construido en plástico que posee un exterior de tacto agradable, suave y que no deja entrever que pueda ser desmontado por cualquiera en menos de cinco minutos. No posee tornillos a la vista, carece de más orificios aparte de los habituales, tampoco tiene pestañas que anticipen una reparación sencilla. Pero lo es, pude comprobarlo.
Armado con un kit de herramientas de iFixit consistente en púas de plástico, punzones de metal y destornilladores de estrella (Philips), comencé quitando la carcasa trasera haciendo palanca con una púa en el área de la bandeja SIM ya retirada para, tras desplazar la herramienta de plástico a lo largo de todo el contorno trasero, lograr que saltase la carcasa del móvil sin dificultad. Dicha tapa se encontraba unida a la placa por un cable flexible (flex) mucho más largo de lo habitual para evitar que el usuario lo rompa durante el desmontaje. Evidentemente, hay que ir con cuidado, pero todo me pareció pensado a la décima de milímetro para facilitar la tarea sin dañar los componentes. iFixit y Nokia ofrecen una guía de desmontaje paso a paso, también las herramientas y los recambios.
El proceso de cambio de batería no se demoró ni cinco minutos:
- Tras quitar la carcasa, y desconectar el flex del lector de huellas quitando un tornillo, retiré otro tornillo para liberar el espacio donde está enganchado el cable flex de la batería.
- Liberé el enganche del flex haciendo palanca con el punzón.
- Estiré de la lengüeta de la batería hasta quitarla. Este punto no me costó mucho porque el Nokia G22 de prueba ya se había desmontado varias veces: el especialista de iFixit me comentó que hay que hacer algo de fuerza de manera habitual.
- Coloqué la nueva batería y enganché su flex en la placa.
- Atornillé la sujeción, puse el cable del lector de huellas (el que está unido a la carcasa) y apreté su respectivo tornillo.
- Coloqué la tapa, apreté hasta que encajó en el teléfono y puse la bandeja SIM. Listo.
He reparado numerosos teléfonos a lo largo de mi vida, también he roto más de uno durante el proceso. Y jamás había visto tanta sencillez a la hora de facilitar las reparaciones: realmente cualquiera puede hacerlo. Ni ventosas ni pistolas de aire caliente ni peleas con los adhesivos que siempre quedan a medio despegar: el Nokia G22 no ofrece dificultades. Y mantiene la protección contra salpicaduras IP52, que no está nada mal.
En hardware es bastante justo, no todo es bonito. A cambio, ofrece componentes sostenibles y suma facilidad para las reparaciones: quien valore este último aspecto le encontrará mayor atractivo al Nokia G22. Yo disfruté cambiándole la batería.
Imagen de portada | Iván Linares
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