Google ya ha hecho oficial el Pixel 5, un móvil a caballo entre la gama alta y la gama media, con una cámara bastante ambiciosa pero un hardware algo ajustado. Una de las características que más han llamado la atención en el Pixel 5 es la carga inalámbrica. Son muchos los teléfonos con esta tecnología, pero esta es la primera vez que una compañía logra incorporar carga inalámbrica en un móvil construido en aluminio.
Sobre el papel, un móvil de aluminio no puede lograr esta función. ¿Por qué el Pixel 5 sí? Vamos a explicarlo para demostrar que es técnicamente posible hacerlo, siempre y cuando se tenga el ingenio suficiente.
Comprendiendo cómo funciona la carga inalámbrica
A día de hoy, la carga inalámbrica más extendida es la carga inalámbrica por contacto. Se trata de un sistema de transmision de electricidad por inducción electromagnética, capaz de funcionar a distancias de 40 milímetros. Para que la carga inalámbrica funcione hacen falta dos dispositivos: un móvil con un receptor Qi y una base conectada a una fuente de energía.
Ambos dispositivos cuentan con una bobina, transmisora en el caso del cargador y receptora en el caso del smartphone y, cuando entran en contacto, la corriente alterna se induce para cargar el móvil. ¿Y qué tiene que ver el aluminio en todo esto?
Esto se debe a las propiedades de los materiales metálicos, que son grandes conductores de la electricidad. Si la superficie de carga del móvil fuera de metal, la energía que transmite la bobina de la base de carga se induciría por todo el cuerpo metálico del móvil (el cual hemos dicho que es un gran conductor), generando bastante calor y llegando a bloquear el proceso de carga. Es por esto que todos los móviles con carga inalámbrica tienen acabado plástico o en cristal.
Cómo ha logrado Google saltarse esta limitación
El Google Pixel 5, como es habitual en la compañía, está construido con varias capas. Encima del aluminio que encontramos a simple vista, en la parte trasera del Pixel 5 hay una capa de un material que Google denomina bio-resina. Básicamente, se trata de un nombre que Google le ha puesto a su capa de plástico, muy delgado. Es decir, el Pixel 5 es de aluminio, pero tiene una capa plástica por encima.
Esto ha permitido a Google perforar el aluminio para crear un agujero en el que se ha introducido la bobina transmisora de carga. De esta forma, al entrar en contacto con la base de carga, la corriente no se transmite por el cuerpo metálico, ya que el material plástico lo impide. No obstante, la perforación en el aluminio bajo el plástico permite que el móvil pueda tener carga inalámbrica.
Se trata de una solución bastante llamativa y curiosa, ya que es la primera vez que se implanta, demostrando que el ingenio puede llegar a estar incluso por encima de las leyes del electromagnetismo.
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