Ayer nos levantábamos con una de las noticias que más nos han chocado. Nokia decidía vender su división de dispositivos a Microsoft, con quien había decidido ser un partner prioritario a la hora de ofrecer Windows Phone, a pesar de que una parte importante del sector no estaba nada de acuerdo con esta actitud de quedarse con un solo sistema operativo que no le da tantos beneficios como se esperaba.
Esto puede ser tomado de muchas formas, auqnue la principal es esperar un modelo Apple, donde es una sola empresa la que da el software y los dispositivos, cosa que también hace Google con Motorola, aunque en este caso lo hace con bastante más modestia para no entorpecer al resto de fabricantes. La gran diferencia es que Windows Phone tampoco es que tenga especial relevancia fuera de Nokia, con lo que el cambio es más bien anecdótico.
Aún así, esto va a ser malo para el panorama de la telefonía móvil en general. A corto plazo muchos fabricantes van a ver con mucho recelo esta adquisición y van a dejar de apoyar Windows Phone, dejando como única opción factible para conseguir beneficios a Android. Esto puede parecer bueno, pero a la larga puede suponer un punto donde los perjudicados acabamos siendo los usuarios
La competencia, ese factor de evolución
Cualquiera que haya dedicado un poco de su vida a leer algo de economía y empresariales a nivel simplemente de curiosidad sabrá que una de las cuestiones más básicas para que haya una mejora en los productos es la competencia. No lo neguemos, la existencia de Apple y de un cauteloso Windows Phone con potencial han hecho que Android no se durmiese en los laureles y mejorase el producto a pasos agigantados.
Imaginad por un momento que Apple decide dejar de comercializar iPhones y iPads porque ya no es tendencia, que Windows Phone da tantas pérdidas y se van a dedicar a la doma de hurones y Blackberry cierra porque sus servidores han sido desconectados por el gobierno, dejad volar vuestra imaginación. Solamente Android quedaría como un sistema para todo tipo de dispositivos, pues a día de hoy Firefox OS aún está en una fase que no es muy atractiva y Ubuntu Phone requiere demasiado.
La respuesta es que Google dejaría de innovar en Android. Dejaría que funcionase y solamente se quedarían a solventar los fallos de seguridad. Ya no podríamos disfrutar de gráficos que se comparasen a las videoconsolas domésticas y de nuevas funciones que harían parecer nuestro smartphones propios de una nave intergaláctica. Por el simple motivo de que no les compensa invertir si saben que no van a perder nada ni ganar más.
Aunque seamos grandes admiradores de una marca, no debemos olvidar que el que haya diversidad de opciones hace que todos mejoren. Si algún día Apple decide dejar de ponérselo difícil a Android, realmente nos sentiremos muy dolidos, pues bebemos el uno del otro a la hora de mejorar.
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