Lleva dando guerra desde hace casi once años, revolucionó la manera de ver televisión online y apenas costaba más de 30 euros: no hay duda de que el Google Chromecast original es el mejor dispositivo jamás creado por la empresa. Ha ido revisando aquel gadget hasta embutir todo un Android TV en el pincho HDMI, aunque la sencillez del primer accesorio sigue batiendo récords. Por eso sigo prefiriéndolo para mi tele.
Adquirí mi primer Google Chromecast importado de Estados Unidos al poco tiempo de estrenarse, todo un gadget que recorrió medio mundo para quedarse anclado a mis dos televisiones: la original de aquel momento y mi tele actual. Durante todos estos años el Chromecast original me dio un servicio espléndido. Incluso lo renové con un Chromecast Ultra aprovechando una oferta del ya extinto Stadia. Porque si un buen dispositivo es también sencillo, su utilidad se multiplica por dos.
Lo que más me gusta del Chromecast es que desaparece hasta que quieres usarlo
El gadget no es más que un pincho HDMI que se conecta detrás de la tele para quedar allí, latente, a la espera de recibir cualquier contenido vía inalámbrica para proyectarlo en la pantalla grande. ¿Que quiero ver un vídeo rápido de YouTube? Lo envío desde el móvil y lo lanzo a la tele aprovechando el Chromecast, es mucho más rápido que buscar dicho vídeo en mi tele LG con WebOS. Y más ágil que abrir YouTube, buscar el vídeo con la voz (o tecla a tecla, aún peor) y reproducirlo en un Chromecast con Google TV.
Entre un Chromecast normal y uno con Google TV todo depende del uso que se le vaya a dar al dispositivo. O quizá no, porque el primer tipo ya no se fabrica; algo que complica la elección: no tiene por qué sencillo encontrarlo. Además, hay otras diferencias clave que van a marcar claramente apuntar a uno u a otro.
- ¿No tienes una Smart TV o no te gusta su sistema operativo? Lo mejor es un Chromecast con Google TV, ya que ofrece un Android TV que se complementa perfectamente con una tele «tonta» o «no lo suficientemente lista».
- ¿La tele es barata y no tiene un buen hardware? Lo mismo, el Chromecast con Google TV es mejor elección gracias a ofrecer un SO completo en muy poco espacio.
- ¿Necesitas el dispositivo para momentos muy puntuales? El Chromecast a secas se muestra más ágil en todos los aspectos: elige el contenido que quieras en la tele desde el smartphone y compártelo en segundos.
- ¿Quieres usarlo para proyectar la pantalla del móvil? El Chromecast a secas es perfecto, ya que trae integrada la función de Google Cast. Cuidado, que el Chromecast con Google TV también la tiene, aunque, a cambio, incluye muchos añadidos que hacen más torpe la reproducción. Por no hablar de que el Chromecast integrado en Android TV no funciona tan bien como un Chromecast independiente.
Mi tele LG con WebOS tiene un sistema operativo que funciona bastante bien, sólo necesito el aparato para momentos puntuales en los que quiero ver en la tele los vídeos que ando reproduciendo en el móvil y no busco complicarme la vida con otro mando a distancia perdiéndose entre los cojines del sillón. El Chromecast a secas es perfecto para mí, sigo usando el original como lo hacía esa primera vez que lo conecté a uno de los puertos HDMI libres de mi tele no Smart TV.
El Chromecast normal es mejor para un uso simple, pero Google ya no tiene interés por él
El primer Chromecast ha perdido todo soporte por más que siga funcionando, el Chromecast Ultra va por el mismo camino, ninguno se vende oficialmente y Google no ha planteado ninguna revisión del dispositivo desde el último modelo, el Ultra de 2016. Está claro que tanto el presente como el futuro pasan por Google TV, no en vano este sistema, basado en Android TV, dispone de un marco más adecuado para ofrecer servicios añadidos, como publicidad. De hecho, Google lleva tiempo experimentando con varios formatos de anuncios en la parrilla de los Chromecast con Google TV.
Es una pena que el formato original haya desaparecido de la estrategia de Google, me parece que ofrecer una alternativa a aquellos que no quieren un sistema operativo completo supone una apertura tanto lógica como viable. Al fin y al cabo, y dado que todos usamos el smartphone para ver contenido, volcarlo en la tele aprovechando un simple Chromecast es cuestión de un solo paso. Y sí, el Chromecast con Google TV también ofrece el «casteo» del contenido, pero complica demasiado las opciones si sólo se necesita compartir un vídeo con la tele.
Yo seguiré usando mis Chromecast mientras se mantengan con vida: por suerte, son compatibles con los formatos de vídeo y de audio que imperan en Internet. Y no parece que vaya a cambiar en un futuro próximo: aún les queda bastante vida.
Imagen de portada | Iván Linares
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