No vamos a descubrir América en un vaso de agua, y tampoco queremos ilustrar compañías que mueven cifras multimillonarias, quizás porque si pudiéramos hacer eso no estaríamos aquí. Lo que sí queremos hacer es traer una reflexión sosegada en un tema tan de moda como la distribución de terminales, y como nadie nos impide que analicemos un aspecto clave como este en la estrategia de los principales fabricantes, vamos a darle una vuelta.
Seguro que a todos se nos ha pasado alguna vez por la cabeza en estos últimos meses cómo Google puede encontrar tantos problemas para distribuir terminales, y es que el esperpento vivido con el Nexus 4, último capítulo de hoy mismo, nos trae a la memoria la primera incursión de Google en la venta directa de dispositivos y su fracaso con la tienda "google.com/phone" que lanzaron para vender el Nexus One.
Estamos ante una de las mayores compañías del mundo, con sedes en muchos países y con una infraestructura enorme, pero incapaz de distribuir directamente sus propios dispositivos de una manera aceptable. Los motivos pueden ser demasiados, aunque el principal seguramente está en torno a un fabricante externo, que no siempre puede aceptar una demanda de fabricación tan enorme como la que el Nexus 4 ha requerido.
Además, también tenemos un motivo más económico, donde entran en juego los otros fabricantes, que a buen seguro no estarán contentos con el precio que Google ha definido para sus Nexus, y que verán sí o sí lastradas sus ventas si un dispositivo tan atractivo como el Nexus 4 se vende como los churros en las ferias.
Difícil es no buscar similitudes y diferencias con Apple, principal competidor, pero éstas son excesivamente evidentes, pues Apple controla completamente el proceso de diseño, producción y distribución de sus dispositivos, asegurándose disponibilidad suficiente para el lanzamiento y pudiendo controlar los tiempos de envíos hasta los almacenes para situar la fecha de inicio de las ventas.
En este sentido, podemos afirmar que nunca se debe lanzar un dispositivo sin stock suficiente para satisfacer la demanda, pues ganarás muchos clientes descontentos y perderás infinidad de ventas. Tampoco puedes convertir una tienda en un caos, donde algunos compran por error 10 unidades y otros se quedan sin ninguna, y esto es fácilmente solucionable con un plazo de reservas, que te asegura tiempo para procesar pedidos y controlar los stocks.
Google, pues, tiene mucho que aprender para próximos lanzamientos, aunque no somos nosotros quien debemos hablar sobre cómo y dónde mejorar. Lo que sí tenemos de nuestra mano es la inexistente comunicación desde un gigante con un departamento de prensa enorme, que por recursos podría tener una vía comunicativa con la prensa y, por ende, con los clientes, mucho más cordial y amigable.
Fastuosas presentaciones con plazos de lanzamiento kilométricos
Aún así, no sólo de Google vamos a hablar, pues este tema está en boca de todos y preferimos que el debate lo guiéis vosotros en los comentarios.
Los demás fabricantes también necesitan replantear algunas de sus estrategias, y es que últimamente, y de nuevo entrando en comparaciones absurdas con Apple, algunas se afanan en realizar principescas presentaciones para sus últimos dispositivos cuando lo más importante es reducir al máximo el tiempo de espera desde éstas hasta el comienzo de las ventas.
Hemos asistido al afán de Samsung en este sentido, pues los coreanos ya no aprovechan el Mobile World Congress para presentar al mejor de sus smartphones, el Galaxy S en la versión que corresponda, sino que se van a presentaciones en solitario donde mostrar con más hype las bondades de sus dispositivos.
Apple cuenta en este sentido con una maquinaria mediática excesivamente grande, que se agolpa para ver los nuevos iPhone y todas sus mejoras, aunque la empresa norteamericana puede presumir de que sus presentaciones no se adelantan excesivamente al lanzamiento, dando mayor empaque a dichas presentaciones.
En Android, sin embargo, todos los fabricantes muestran en las presentaciones dispositivos muy atractivos, pero que demoran meses su lanzamiento volviendo el revuelo el mediático en su contra. Ya hemos visto al Xperia Z en la primera semana de enero, pero esperaremos hasta la primera de marzo para poder comprarlo, y eso es perjudicial para las ventas a los clientes que, en caliente, no se pensarían ni un segundo la compra.
La necesidad de una maquinaria bien engrasada
Lejos de hablar de Apple en este sentido, que cuenta con la ventaja de vender sólo un dispositivo cada año y contar con el control de todos los procesos desde el diseño hasta la venta, hablaremos de un fabricante como Samsung, el mayor del mundo, que es capaz de lanzar 37 dispositivos diferentes durante el 2012 y tenerlos en el mercado en plazos de tiempo aceptables y con stock suficiente para satisfacer la demanda.
Es evidente que también tiene problemas, aunque no hablamos ahora de servicio postventa sino de distribución. Sin ir más lejos ya sufrimos los retrasos con la llegada al mercado del Galaxy SIII en azul durante un par de semanas por un fallo en el color de la carcasa, pero el gigante coreano es un mostruo de la fabricación.
Para muestra un botón, fue capaz de presentar el Galaxy SIII el día 3 de mayo y ponerlo a la venta el 29 del mismo mes en un buen montón de países, para haber vendido en seis meses unos 40 millones de unidades alrededor del mundo.
Está claro que esto se cimenta en que Samsung fabrica la mayoría de sus componentes y que ensambla terminales a una velocidad pasmosa, sino esas cifras serían imposibles. Sin embargo, también existen los tiempos de envíos desde las fábricas a los almacenes, las negociaciones con distribuidoras, y eso no lastra a la firma coreana.
Muchos fabricantes deberían apuntarse esto, y planear mejor sus estrategias para próximos lanzamientos. Ahora abramos el debate, ¿qué haríais vosotros para mejorar en el proceso de presentación, distribución y lanzamiento de terminales?
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