Hay pocas cosas más frustrantes que estar viendo algo en la tele y que no pare de cortarse la reproducción o la aplicación degrade la calidad hasta que apenas distingas nada entre tantos píxeles gigantes.
La buena noticia es que hay principalmente dos motivos por los que te puede estar pasando esto y no te costará mucho descubrir cuál es la causa y tomar medidas para que no te pase más.
Comprueba la velocidad de la conexión
Si tu Chromecast o FireTV funcionaban bien hasta ahora, es posible que tengas un problema con tu conexión, ya sea de forma general (es decir, que afecte a todos los dispositivos conectados) o que la señal llegue bastante débil al propio Chromecast o FireTV.
Puedes comprobar si es el caso haciendo un test de velocidad desde la tele, y ni siquiera necesitas instalar nada. La aplicación de Netflix (que suele venir preinstalada) incluye un test de velocidad al cual puedes acceder desde el panel lateral, en Obtener ayuda y luego Comprobación de red.
El test de velocidad de Netflix en Android TV se encarga de comprobar la conexión con los distintos servidores de Netflix y hacer un test de velocidad sencillo. Lo mejor de todo es que ni siquiera necesitas interpretar los resultados de la velocidad del test, pues la aplicación se encarga de dictaminar si la velocidad es suficiente para Netflix o no, indicándolo con un símbolo de ✔️.
Si no tienes Netflix en tu Chromecast o FireTV, entonces puedes instalar una aplicación como Internet Speed Tester, compatible con Android TV. Esta aplicación te muestra datos detallados sobre la velocidad de descarga y subida, el ping y la fluctuación o jitter.
Puedes comparar la velocidad de estos tests de velocidad con los que obtienes con otros dispositivos conectados a la misma red Wi-Fi, para ver si el problema se encuentra en que la red Wi-Fi no llega con suficiente potencia a detrás de la tele.
¿Y si la conexión a Internet está bien pero sigue yendo fatal? Entonces puede darse el caso de que el Android de tu Chromecast con Google TV o tu Fire TV estén actualizando aplicaciones en segundo plano. Estos dispositivos van algo justos de potencia, por lo que suelen resentirse si intentas ver algo (especialmente si es a calidad alta) mientras se están haciendo tareas en segundo plano como actualizar aplicaciones o el sistema.
Esto es bastante habitual cuando tenemos el Chromecast o FireTV en un cajón y lo usamos muy de cuando en cuando, pues entonces se le acumulan actualizaciones y puede intentar aplicarlas tan pronto como lo queremos usar. En estos casos, lo que puedes hacer es encenderlo antes de que lo vayas a usar de verdad y dejarle que termine de actualizar lo que tenga que actualizar.
Posibles soluciones a la mala conexión
Si el problema es que la conexión a Internet no llega con suficiente intensidad a tu Fire TV o Chromecast, entonces tienes varias soluciones posibles. Entre las gratuitas -es decir, que no vas a necesitar nada adicional- pasan simplemente por conectarte a la red de 5 GHz del router (que ofrece más velocidad pero es peor si el router está lejos), para que las aplicaciones puedan usar un mayor ancho de banda y que no se produzcan los parones.
Si esto no es una opción (o ya estás conectado a la red de 5 GHz del Wi-Fi), otra opción que no te va a costar nada es cambiar la ubicación del router por una que sea más óptima, evitando obstáculos que no dejan pasar bien las ondas como metal, agua o muros macizos. Encontrarle un buen sitio al router es toda una ciencia, pero el esfuerzo merecerá la pena si logras que la red se distribuya de forma uniforme por toda tu casa.
Para cubrir grandes distancias vas a necesitar la ayuda de un repetidor Wi-Fi, un sistema Wi-Fi Mesh o PLC. Desgraciadamente esto implica un desembolso de dinero, a no ser que tengas un router viejo por casa que puedas reaprovechar como repetidor.
Una de las opciones más sencillas es usar un repetidor Wi-Fi, que básicamente lo que hace es tomar la conexión Wi-Fi y extenderla para que llegue más allá. Hay de todos los tipos y colores por un precio que parte de los 20 euros y en muchos casos son muy fáciles de configurar.
Un sistema Wi-Fi Mesh es algo más complejo y te costará algo más de dinero, partiendo de unos 70 euros. Te saldrá rentable si necesitas cubrir una gran zona de modo que necesitarías varios repetidores Wi-Fi convencionales.
Por último, no podemos desestimar la opción de usar PLC, que son adaptadores que llevan nuestra conexión de Internet a otros lugares de la casa a través de la instalación eléctrica. El precio empieza en unos 60 euros, aunque deberás asegurarte de que es un modelo que proporcione conectividad Wi-Fi y no sólo Ethernet, para poder conectar el Chromecast o FireTV.
Imagen de portada | Xataka
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