Ser catalogado como “el experto en móviles” de la familia, cosa que no me acaba de gustar, por cierto, hace que durante años hayan acudido a mí muchos familiares con problemas en sus móviles. Y he podido comprobar como no llevar una buena limpieza del móvil, especialmente del puerto de carga, puede derivar en que el móvil no funcione correctamente o que quede inutilizable por completo. Algo que además no tiene solución en algunos casos.
Una de mis conclusiones recientes, al hilo precisamente de un familiar, es que no solo basta con limpiarlo, sino que importa (y mucho) hacerlo bien. Mientras que la suciedad se puede quitar relativamente fácil, no atinar en la limpieza puede ser mortal para el móvil. Literalmente.
Problemas de pantalla, de carga e incluso dejar el móvil como un pisapapeles
Llevamos el móvil a todas partes y no siempre en las mejores condiciones. Por muy lavados que estén nuestros pantalones, bolsos y mochilas, que haya pelusas dentro es casi inevitable, por pequeñas que sean. De hecho, esas pequeñas pelusas y las motas de polvo pueden incrustarse con pasmosa facilidad en recobecos como el puerto de carga y con ello impedir que cargue o que lo haga de forma ininterrumpida.
Así, mantener limpio el puerto de carga es determinante. El último familiar que se me acercó era reincidente. En su día ya tuvo problemas de carga por culpa de la suciedad, pero fue limpiar el puerto y esfumarse todos los fallos. Nuevamente volvió a experimentar problemas y se le ocurrió ayudarse de un alfiler para limpiarlo. Error fatal.
Si bien no termino por desaconsejar su uso, los utensilios afilados no son lo más recomendable para efectuar la limpieza. A veces incluso siendo muy delicados en la tarea se pueden cometer errores. En el caso de este familiar no hay cura posible más allá que la de sustituir el puerto de carga por uno nuevo, reparación que ya comprobó que se eleva tanto de precio que le puede acabar saliendo más rentable comprarse un smartphone nuevo.
Quedarselo no es viable, ya que no tiene forma de cargarlo y al no es un móvil compatible con carga inalámbrica y mediante cable ya no puede hacerlo. En el momento en que se acabó la batería se acabó todo. El teléfono no tiene energía suficiente para encender, aunque la suerte es que tiene copia de sus datos, por lo que ahí si estuvo fino.
En otras ocasiones me he llegado a encontrar con otros problemas aún peores debido a los líquidos. Por un lado, los abrasivos que se acaban comiendo la pantalla y haciendo que pierda color. Por otro, cuando el líquido (sea o no abrasivo) acaba entrando en el terminal a través del ya citado puerto de carga o del conector de auriculares.
Porque sí, el líquido y la electrónica son enemigos mortales. Si en el interior entra cualquier elemento líquido, aunque sea en forma de humedad, puede acabar haciendo que los componentes se oxiden. En consecuencia, el móvil tenderá a fallar, si es que no se acaba quedando inutilizable y siendo poco más que un pisapapeles.
Por tanto, limpiar bien y elegir bien los utensilios es determinante. Como consejos para limpiar el móvil sin temor, diré que para la pantalla y chasis, cuanto menos líquido mejor. A veces un simple paño de microfibra que no suelte pelusas es suficiente, pero en caso de precisar un líquido, que este sea de alcohol isopropílico. Para los puertos, ahí sí que nada de líquidos y a poder ser usar elementos como bastoncillos duros, cepillos de dientes y similares. Nunca elementos afilados, ni líquidos abrasivos. Tu móvil lo agradecerá. Y tú también.
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