La carga rápida está disponible en una gran cantidad de móviles del mercado, aunque no es igual en todos los casos: los smartphones con carga rápida de 30 W son muy habituales y no es raro encontrar modelos que soporten 100 W o 120 W. También tenemos casos más extremos, como el del Realme GT 3: cuenta con carga rápida de 240 W, por lo que podemos cargar el móvil al 100% en algo menos de 10 minutos.
Lo más normal es que la carga rápida funcione sin ningún tipo de problemas, pero hay ocasiones en las que el móvil no carga tan rápido como debería. Aunque pueda parecer que hay un problema con el dispositivo, lo más habitual es que no haya ningún problema grave. A continuación repasamos los principales motivos por los que un móvil puede no cargar tan rápido como debería.
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Comprueba la velocidad real de la carga
Lo primero que deberíamos hacer en caso de pensar que el móvil no esté cargando tan rápido como debería es comprobar la velocidad real a la que está cargando. Se trata de algo que podemos hacer de forma sencilla con Ampere, una aplicación gratuita disponible en Google Play.
Nada más abrir la aplicación (con el cargador enchufado al móvil) veremos los mA a los que que estamos cargando el dispositivo. Eso sí, conviene realizar la prueba cuando la batería esté casi agotada, ya que es en ese momento cuando el móvil usa la máxima potencia para cargar la batería.
En caso de no tener clara la potencia soportada por tu dispositivo es recomendable averiguar la cifra, algo que podremos hacer revisando el manual del móvil o accediendo a la web del fabricante. Una vez confirmado que el móvil cuenta con tecnología de carga rápida y que no está cargando tan rápido como debería podremos empezar a barajar otras opciones.
Asegúrate de utilizar el cargador correcto
Uno de los errores más habituales es pensar que podemos utilizar cualquier cargador que tengamos por casa para aprovechar las ventajas de la carga rápida: es importante tener en cuenta que la tecnología de carga rápida requiere el uso de un cargador y de un cable compatibles, ya que de lo contrario estaremos cargando el móvil a la velocidad normal.
Si has comprobado que el móvil no está cargando a la velocidad máxima soportada es muy probable que el cargador que estás utilizando no cuente con potencia necesaria para cargar la batería. Si tu móvil cuenta con carga rápida de 30 W y con Ampere ves que la carga rápida se aleja mucho de esa cifra, deberías probar con otro cargador (puedes encontrar la carga máxima soportada en el propio cargador).
Algo que también conviene tener en cuenta es que hay diferentes tecnologías de carga rápida, como Quick Charge de Qualcomm o Power Delivery, un estándar soportado por un gran número de fabricantes. Por tanto, debemos asegurarnos de que la tecnología de carga es compatible con el teléfono (lo más recomendable es hacernos con el cargador oficial comercializado por el fabricante).
Comprueba que la opción de carga rápida está activada
Si estás utilizando un cargador y un cable adecuados y el móvil no carga a la velocidad máxima soportada, conviene revisar los ajustes del dispositivo para asegurarnos de no haber desactivado la función de carga rápida (en caso de haberla). Los pasos pueden variar dependiendo del dispositivo y de la capa de Android que utilicemos, pero revisando la sección de batería en los ajustes del dispositivo deberíamos poder confirmar que no hemos desactivado la opción correspondiente.
Revisa que el puerto de carga esté limpio
Es un problema menos habitual, pero un puerto de carga sucio puede dar lugar a que el móvil no cargue correctamente (tanto con carga rápida como con carga normal). Esto es algo que me ocurrió hace unos meses: la carga de la batería se detenía por completo al mover ligeramente el cable y en ocasiones ni siquiera empezaba a cargar.
A pesar de que el puerto de carga parecía estar limpio a simple vista, con ayuda un palillo y mucho cuidado logré limpiar algo de suciedad y el móvil volvió a cargar como de costumbre. Si has revisado las opciones anteriores y el móvil sigue sin cargar como debería, conviene revisar que no hay ninguna pelusa en el puerto de carga (especialmente si el móvil tiene ya un tiempo).
De la misma forma, es importante asegurarnos de que tanto el cable como el cargador se encuentran en buen estado y no presentan ningún desperfecto, ya que esto es algo que podría afectar a su rendimiento.
Si estás usando la carga rápida inalámbrica, prueba a quitar la funda
En caso de que solo tengas problemas al utilizar la carga rápida inalámbrica, algo que conviene tener en cuenta es que la funda puede dar problemas. No significa que ocurra con todas las fundas, pero dependiendo de los materiales utilizados o del grosor de la funda es probable que la carga inalámbrica no funcione como es debido.
Si después de revisar con detenimiento los puntos anteriores has comprobado que el dispositivo sigue sin cargar a la velocidad máxima soportada y el problema no se soluciona reiniciando el móvil, conviene ponerse en contacto con el fabricante.
Imagen de portada | Image Creator de Microsoft Designer
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