Android es un sistema operativo que no ha parado de evolucionar. Desde sus inicios, Google lo ha ido perfilando como una gran opción que se ha ganado millones de adeptos a lo largo del mundo. En su estado actual, Android 13 demuestra una madurez considerable, fruto de todos estos años de desarrollo. Con Android 14 en el horizonte (ya disponible en vista previa), es un buen momento para repasar una actualización que pasó desapercibida, pero a la vez fue una adelantada a su tiempo.
Hablamos de Android Honeycomb, unas versiones (porque sí, fueron varias) que trajeron varios cambios que a día de hoy forman parte de las funciones del sistema. Además viene como anillo al dedo porque ahora Google va camino de lanzar su Pixel Tablet y vuelve a dar importancia a las pantallas grandes, algo que esta versión ya hizo.
Honeycomb, contigo empezó todo
Esta cita no podía venir mejor para hablar de Android Honeycomb. En concreto, esta versión de Android no fue la tercera como su numeración indica, sino que fue la octava actualización de Android hasta ese momento.
Fue lanzada en febrero de 2011 en una tablet de la época: la Motorola Xoom, que tuvo una polémica por haber violado las patentes del iPad, e incluso se pensó que la producción se había detenido. Era un momento en el que Android venía de una de sus versiones más míticas, Android 2.3 Gingerbread, que curiosamente dio su último adiós en 2021.
En aquel entonces, Google tenía un frente abierto: las tablets y el aumento en las pantallas táctiles de los smartphones. El iPad ya era un producto que se iba asentando, y desde Mountain View no querían desaprovechar la oportunidad que tenían. De aquí nació Honeycomb, como versión especializada en dispositivos grandes.
Para hacer honor a las características que traía, se lanzó con la tablet de Motorola que hemos mencionado, desplegando así sus capacidades como una botonera virtual, un lenguaje de diseño nuevo llamado Holo, una vista de aplicaciones recientes y pantallas de inicio personalizables, entre otras funciones que fueron novedad en su tiempo.
No obstante, la vida de Android Honeycomb fue corta. Una señal más que nos adelantaba que en Google quieren versiones de transición, es decir, versiones con muchas novedades que luego son pulidas posteriormente en revisiones con menor cantidad de cambios. El ejemplo no puede ser más claro pues Android 4.0 Ice Cream Sandwich (que duró oficialmente hasta 2018) comenzó la tarea de refinamiento de lo visto en Honeycomb, empresa que acabaría con Android 4.1 Jelly Bean.
Una revolución en la experiencia de usuario
Como hemos comentado en el titular de este artículo, Android Honeycomb revolucionó la interfaz, porque no fueron pocos los cambios que se vieron con esta versión. Para empezar, debutó Holo, el diseño que cambió Android por completo. Incluso se podría decir, que este 'lenguaje de diseño' fue una versión primigenia de lo que hoy es Material You (y que previamente fue Material Design).
Aunque, obviamente los principios eran otros, Holo modificó el aspecto del sistema operativo de Google y se mantuvo sólido en Android 4 Ice Cream Sandwich. La experiencia tan heterogénea que Android proporcionaba hasta el momento era uno de sus puntos débiles más destacados. Esta fue una de las razones de la creación de Holo, cuyo nacimiento tiene la firma de uno de los personajes más destacados de la historia de Android: Matías Duarte, que en sus múltiples intervenciones, nos informaba sobre el estado de la interfaz.
Como decíamos, este no fue el único cambio que trajo Honeycomb, al contrario, fueron bastantes y variados. A modo de resumen, estas fueron las características más importantes que cambiaron cómo utilizábamos nuestros dispositivos móviles:
- Algunas aplicaciones, como la de correo electrónico o la de contactos sufrieron un rediseño que posibilitaba usar las pantallas grandes de las tablets en una interfaz dual. Como curiosidad, esta novedad sigue implementándose en aplicaciones de Google, como recientemente ha sucedido con Google Keep.
- En Android Honeycomb, la galería habilitó el visualizado a pantalla completa de álbumes y otras colecciones, con vistas en miniaturas de las imágenes.
- También el navegador sufrió varios cambios como el añadido de las pestañas, además del modo incógnito. De igual manera, debutaron los marcadores y el historial en un mismo lugar.
- El teclado comenzaría a parecerse a lo que es hoy en día: se rediseñó para hacerlo más fácil de usar en dispositivos con pantallas de gran tamaño como las tablets.
- Botonera virtual: los botones o barra de navegación, tan utilizados en Android y que se han visto reemplazados por los gestos, debutaron en Honeycomb. Esta botonera virtual añadió los botones de atrás, inicio y multitarea.
- La conocida función de vista de aplicaciones recientes fue una novedad en esta versión. Con la llegada de esta, los usuarios podían cambiar entre aplicaciones recientes de una manera más cómoda y directa.
- En la pantalla de inicio, vimos algún cambio como las pantallas personalizables, que nos permitían usar hasta cinco 'escritorios' donde alojar las aplicaciones y los widgets.
Como hemos visto en este nostálgico encuentro, Android Honeycomb supuso un gran cambio para los usuarios, que veían como el uso de las tablets se potenciaba con esta actualización. Esta construyó las bases de lo que es Android actualmente, tanto en diseño como en funciones. Y aunque estaba enfocada en dispositivos de gran tamaño, los móviles se vieron beneficiados en las siguientes versiones.
Precisamente ahora que parece que las tablets vuelven a ganar protagonismo con algunos lanzamientos importantes como el de OnePlus, Google vuelve al ruedo con las interfaces adaptadas a pantallas grandes y quiere impulsar este tipo de dispositivos. Android 14 mejorará este aspecto, pero lo que tenemos seguro es que no será tan rompedor como fue Honeycomb en su momento.
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