Durante el WWDC de ayer, Apple nos sorprendió con lo que ha denominado la nueva generación de CarPlay, la interfaz para coches de Apple que compite con Android Auto. Este nuevo CarPlay, del cual conoceremos todos los detalles más adelante, promete más personalización y una integración sin precedentes en el propio coche.
Apple quiere invadir el coche con su sistema CarPlay de un modo similar al de Android Automotive, pero siguiendo una estrategia distinta que, sin embargo, es la misma de CarPlay y Android Auto: funcionando en el móvil y proyectándose a las pantallas del coche.
Apple quiere invadir el coche, desde el iPhone
La personalización ha tenido un peso importante en las novedades de iOS 16 y también la tendrá en la nueva versión renovada de CarPlay a la cual Apple aún no ha puesto un nombre o versión específica. Simplemente sabemos que será nueva y que llegará más tarde a un número sin especificar de coches.
Apple nos promete que este CarPlay del futuro tiene puestas las miras más allá de la radio o el sistema de infotenimiento: quiere tener una presencia privilegiada en todas las pantallas del coche, sirviendo incluso para reemplazar el cuadro de mandos detrás del volante y ser el medio para enterarte del velocímetro, si es hora de repostar y resto de mandos.
Este CarPlay quiere ir más allá de ser una forma de usar las aplicaciones del iPhone en el coche (y, de paso, cambiar el velocímetro de tu coche por widgets con diseños personalizables) sino que básicamente quiere ser el panel de mandos de tu coche, ofreciéndote botones en su interfaz para realizar tareas como controlar el aire acondicionado o abrir las puertas.
Básicamente, Apple quiere que los fabricantes de coches le den "la llave" para meterse dentro de sus coches, mientras el propio sistema sigue funcionando en el iPhone, en lugar de ser el sistema operativo del propio coche, como sucede con Android Automotive. En cierto modo, es una buena forma de seguir vendiendo iPhone, mientras se evita la complicación de crear una versión de iOS específica para coches.
Google no es ajeno a las complicaciones, y en su lugar ha optado por ambos caminos. Por un lado, Android Auto ya está preparado para interactuar con varias pantallas desde Android 10, como pudieran ser la pantalla en el cuadro de mandos o pantallas secundarias, para pasajeros, detrás de los asientos, gracias a la API de integración de instrumentos en la que Apple parece haber tomado alguna que otra inspiración.
La posibilidad está ahí, pero la tecnología sigue dependiendo de los fabricantes de coches y sus ganas de invertir los esfuerzos en soportarla. A Android Auto, de momento, le está costando: solo lo encontraremos en la gran pantalla curvada del BMW IX. Apple ha mencionado estar en conversaciones con empresas como Land Rover, Mercedes, Porsche, Nissan, Ford, Audi, Honda, Volvo, Renault para que este nuevo CarPlay llegue a buen cauce, aunque habrá que ver en qué termina la cosa.
Para una integración absoluta con el coche, Google comenzó a virar en 2019 de la proyección del móvil a la pantalla del coche de Android Auto a directamente ser el sistema operativo del sistema de entretenimiento del coche, con Android Automotive. Android Automotive también puede interactuar con nuestros móviles, pero todo el procesado se lleva a cabo en el propio coche.
Android Automotive sigue siendo minoritario hoy en día, pero los últimos cambios de Google -como el cierre de la versión de Android Auto para teléfonos- parecen indicar que los esfuerzos de Google van a centrarse por ahí más que en revitalizar la versión proyectada, basada en el coche. Mientras tanto, Apple sigue apostando por el funcionamiento basado en el iPhone. El tiempo dirá cuál era la opción ganadora.
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