Hace unas horas hemos visto como Android Lollipop está presente únicamente en el 12,4% de los terminales activos de los últimos 7 días. Los datos siguen siendo preocupantes y ayer Yúbal nos explicó su visión de que Google debe hacer algo para poner fin al problema de la fragmentación (aunque hay quien piensa que no es un problema).
Yo estoy de acuerdo con Yúbal, Google debe hacer algo. Lleva tiempo con una estrategia pero quizá el camino elegido no es el correcto porque agrava el problema. Veamos qué puede hacer Google.
Google Play Services, actualizar sin actualizar
Hace tiempo que Google decidió dejar de ignorar la fragmentación y se decidió a sacar sus aplicaciones de las ROM de los terminales y a ponerlas en Google Play. Esto logra que los terminales antiguos sigan teniendo novedades desde la parte de servicios Google incluso si el fabricante se ha olvidado completamente del terminal.
Sin embargo esto tiene un efecto contraproducente: los fabricantes pueden olvidarse aún antes del terminal sin temer que los usuarios se cabreen en exceso ya que siguen teniendo novedades. Eso sí, las novedades son desde la parte de los servicios de Google y no obtienen las mejoras que hemos visto en las últimas versiones de Android.
Para Google la estrategia pareció acertada. Logran retener a clientes con las últimas novedades de los servicios sin tener que tomar acciones más drásticas con los fabricantes. Pero la consecuencia ya se ha visto, Lollipop es la versión con un despliegue más lento de la historia, básicamente tenemos un puñado de terminales que lo tienen y el crecimiento importante viene de nuevas ventas que ya vienen con esta versión de fábrica.
Esto puede hacer que muchos usuarios de Android, no los que siguen más de cerca las novedades sino el público en general, vean a Android como algo estancado y se pasen a otras plataformas. Creo que la estrategia de Google respecto a las actualizaciones de los terminales es insuficiente.
Posibilidades de Google para la actualización de los terminales
Ante este problema Google puede hacer tres cosas. La primera es no hacer nada, es decir, seguir presionando a los fabricantes por un lado y por otro seguir metiendo actualizaciones de sus aplicaciones a través de Google Play. Para mi es una opción perdedora.
La segunda es tomar el control de Android. Al igual que actualiza sus aplicaciones, actualizar el sistema operativo. Esto, que ya lo comentó Yúbal, requiere cambios profundos en Android. Quizá se podría separar claramente la parte más ligada al hardware (drivers, firmware, kernel) para que lo actualice el fabricante y el resto ligado a Google. El problema es que esto chocaría contra las modificaciones de los fabricantes y habría que ver si funciona bien con un abanico tan grande de terminales.
La tercera vía es llevar un poco más allá la presión. Es bastante fácil, de hecho. Los fabricantes tienen que homologar sus ROM para poder lanzar preinstaladas las aplicaciones de Google. La más importante, creo yo, es Google Play, que permite a los usuarios instalar las aplicaciones que quieran. Pues bien, Google podría obligar a los fabricantes, por contrato, a actualizar sus terminales durante los siguientes 24 o 36 meses. Y poner un tiempo máximo para que esta actualización esté lista. Si un fabricante no quiere firmar ya que no tiene recursos, siempre podría irse al programa Android One y que Google se encargue de todo.
Google tiene toda la información de los terminales y actualizaciones, ya que homologa las ROMs antes de ser desplegadas. Y los fabricantes necesitan a Google, de momento no hay una alternativa a sus aplicaciones (sobre todo, como digo, Google Play, y también Google Play Services). Realmente tiene la sarten por el mango y podría forzar a los fabricantes si quisiera: o actualizas o actualizo yo (Android One) o te quedas sin nada.
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