Hoy, Android domina con claridad el mercado de los smartphones. Con una cuota mundial que tiende a rondar el 80%, ningún sistema operativo para móviles ha conseguido frenar el crecimiento del creado por Andy Rubin y comprado por Google, aunque de eso hace ya bastantes años. Trece, ateniéndonos a la historia, aunque Android no pondría el pie en el mercado hasta el año 2018. Diez años hacia el pasado a contar desde hoy, el 23 de septiembre de 2008.
Android estaba en marcha desde hacía ya algunos años. Andy Rubin, junto a sus socios Rich Miner, Nick Sears y Chris White, lo fundaron en el año 2003. En 2005 pasaron a formar parte de la familia de Google y fue en 2008 cuando llegó al mercado la primera versión oficial del sistema. Android 1.0, inicialmente sin nombre oficial pero que se ha dado en llamar Apple Pie. Desde entonces se han sucedido multitud de cambios y una evolución muy agresiva, conduciendo al sistema a lo que es hoy. Hagamos un rápido repaso.
2008: Apple Pie y cinco versiones en dos años
Hoy tenemos ya interiorizado que la evolución de Android, al menos en nombre y no en números, se produce año tras año. Un sistema que sigue también Apple con iOS, el principal sistema operativo que hace competencia al de Google. Pero en los inicios no era así. De hecho, los primeros años de vida de Android fueron bastante convulsos y las nuevas versiones se sucedían en cuestión de meses, a veces con saltos de un par de ellos.
Android 1.0 Apple Pie aterrizó el 23 de septiembre de 2008, y la evolución, Banana Bread, llegó cinco meses después, el 9 de febrero de 2009. Dos meses después llegaría Cupcake, con el número de versión Android 1.5 y otras dos más caerían en el mismo año. Donut en septiembre y Eclair en octubre, que supuse el salto de Android a su versión 2.0, y que repetiría nombre con la 2.1.
En aquellos primeros dos años, Android sufrió una importante revolución con respecto a la primera versión que tocó el mercado. Cupcake trajo el teclado virtual en pantalla, Donut estrenó nuevo sistema de gestos con interfaz multitáctil mejorada y las estadísticas de batería desglosadas por aplicación. Eclair, la 2.0, trajo el soporte HTML5 a su navegador, la mejora más notable de todas las introducidas en aquella versión de Android, aún muy primitiva en relación a las que tenemos a día de hoy.
2010: yogures helados y jengibre
Algo más calmado fue el año 2010, aunque aún dio tiempo a que Google liberase dos nuevas versiones de su sistema operativo. En el mes de mayo asistimos a la llegada de Froyo, la versión 2.2 cuyo nombre era la abreviatura de Frozen Yoghourt, o yogur helado. Para cerrar el año, el diciembre, Google volvió a evolucionar su sistema trayendo con sigo Gingerbread, el muñeco de pan de jengibre que casi todos recordamos de Shrek.
2010 fue un año importante en cuanto a la evolución del sistema. Se introdujeron los teclados multi-idioma, se añadió la posibilidad de convertir un teléfono Android en un punto WiFi echando mano de la conexión de datos y se habilitó la compatibilidad con los chips NFC. Un sistema que no explotaría hasta muchos años después, con la llegada de los pagos móviles, pero que ya estaba operativo en el 2010.
Otra característica que se añadió a Android, con Froyo, fue la posibilidad de realizar llamadas a través de dispositivos Bluetooth, además de permitirse al sistema gestionar cifras mayores de RAM, haciendo así que el ecosistema continuase creciendo a gran velocidad. En el año 2010, Android se encontraba ya a las puertas de la 'mayoría absoluta' en cuanto a cuota de mercado, pero ya era el sistema operativo más usado del planeta.
2011: miel, tablets, helados y la mayoría del mercado
En 2010 Android se quedó a las puertas, pero en 2011 rebasó la línea. En mayo de dicho año, Android cosechó un 53% de cuota de mercado a nivel mundial, algo más de uno de cada dos teléfonos vendidos en el planeta fue Android. Una cifra impresionante que aún crecería mucho más en el futuro hasta llegar al 80% que el sistema disfruta hoy.
En cuanto a lanzamientos, 2011 fue un año importante por la llegada de Honeycomb. La versión 3.0 de Android, destinada única y exclusivamente para tablets, con una interfaz adaptada a éstos, con al fin widgets en el escritorio y, por fin, con soporte para procesadores multinúcleo. Android se ponía serio en tablets y propiciaba la fusión, que llegaría sólo unos meses más tarde. Si febrero dio a luz a Honeycomb, octubre hizo lo propio con Ice Cream Sandwich.
En Android 4.0 ICS, todas las funciones para tablets aterrizaban en móviles, y el sistema operativo volvía a convertirse en uno solo. Dos versiones fusionadas y que recorrerían el camino juntas desde entonces. ICS trajo también las carpetas a los escritorios, permitió redimensionar los widgets, crear accesos directos y trajo Android Beam, un sistema que hoy casi ha caído en el olvido.
2012: gominolas para un año clave
A nivel de evolución, la llegada de Jelly Bean en 2012 supuso un gran salto adelante para el sistema operativo. Android puso en circulación su versión 4.1 y con ella llegaron dos momentos clave en la historia del sistema. Llegó Project Butter. Project Butter supuso un importante salto en la fluidez del sistema, y aunque el nombre pasó pronto a un segundo plano, el código quedó insertado en el sistema. Butter aumentó el tiempo en los vsync del sistema, llevando el renderizado a los 16 milisegundos, reduciendo las esperas y mejorando la fluidez general de todo el sistema operativo.
También introdujo el triple buffer, una serie de modificaciones que hacían que la CPU, la GPU y la pantalla trabajasen en sincronía, mejorando así las animaciones y la tasa de fotogramas. Pero Butter hizo aún algo más, y es reducir la latencia táctil del sistema. Android comenzó a anticipar dónde íbamos a tocar la pantalla en base al anterior toque, haciendo todo el proceso más veloz al estar el sistema preparado para la siguiente acción.
Pero aún hubo algo más en 2012, pues llegó Google Now. El asistente pasivo de Google llegó de la mano de un Sergei Brin que se tiró en paracaídas hasta el escenario de presentación. Tras muchas evoluciones, siempre constantes, Now llegaría a convertirse en Assistant, el responsable de que hoy llamemos 'Ok Google' a casi todos los productos de la marca, móviles o no. Pero eso no fue todo, pues Jelly Bean también añadió las notificaciones enriquecidas, muy parecidas a las que ya disfrutamos hoy en la última versión.
2013: primer ciclo de un año y KitKat
Un año, o año y pico, pues entre Jelly Bean y KitKat transcurrieron 17 meses, aunque a partir de ahí se establecería el ciclo de un año entre grandes versiones del sistema. 2013 fue el año de KitKat, la primera versión "patrocinada" del sistema operativo de Google, pero también supuso la llegada del Nexus 5, posiblemente el Nexus mejor valorado de todos los que acompañaron a la línea hasta su defunción, dejando paso a los Pixel que disfrutamos hoy.
Se avecinaban importantes cambios gráficos en el sistema operativo de Google, pero KitKat ya puso en circulación algunas mejoras de gran calado. Como el modo inmersivo, que permitía esconder por completo la interfaz del sistema en las apps compatibles, además de llevar el widget de reproducción de música a la pantalla de bloqueo. Una versión aparentemente menor, sobre todo porque un año después llegaría Lollipop con su revolución interna y externa, con Material Design por bandera.
2014: Lollipop, Material y Volta
Otro año importante para Android, pues los responsables del sistema iban ya puliendo diversos aspectos que habían dado problemas en el pasado. Si Project Butter supuso un gran salto en la fluidez del sistema, la llegada de Project Volta de la mano de Lollipop puso el foco en la gestión energética del sistema operativo. Desde Google hablaron de ahorros de batería de hasta el 36% en dispositivos que ya estaban en circulación y que disfrutaban de Jelly Bean o KitKat.
Volta, aseguraba Google, tenía también impacto sobre la durabilidad de las baterías, reduciendo su esfuerzo en momentos como el de la carga de la misma. En Lollipop, la que sería la versión 5.0 del sistema, también se introdujo el aprendizaje del sistema sobre nuestro comportamiento con él, lo que le permitía mejorar el funcionamiento de las notificaciones. Pero sin duda, el gran salto de Android aquel año se produjo en materia gráfica.
En el año 2014 llegó Material Design. El nuevo diseño dejó atrás la interfaz Holo y se centró en colores planos, un sistema de capas con sombras y supuso la llegada de las tarjetas a Google Now. Google lo describió como un sistema de materiales que se suponían, y cuyo diseño y situación nos ayudaba a entender el funcionamiento de las capas superpuestas, ofreciendo una visión más clara de la composición de cada ventana. Los botones de acción se hicieron flotantes y la apariencia del sistema se unificó aún más.
En cuanto a cuota de mercado, 2014 vio cómo Android superaba el 80% de cuota a nivel mundial. Un 81,1%, concretamente, en el primer trimestre del año. Un peldaño del que ya no se bajaría, al menos hasta el día de hoy. Por cierto, con 2014 también llegó la diversificación del sistema, que ya había hecho sus pruebas antes. En 2014 nació Android Wear, el sistema para relojes inteligentes que hoy ya conocemos como Wear OS.
2015: Marshmallow y nuevo énfasis en la batería
La versión 6.0 de Android, Marshmallow, introdujo bastantes cambios en el sistema, aunque algunos brillaron por encima de otros que pasaron desapercibidos. Pero si Project Volta se centró en la mejora de la experiencia energética, Doze aterrizó como una evolución de los anteriores modos de ahorro de energía para llevar la autonomía de los teléfonos y tablets Android un paso más allá.
Doze se encargó de traer a Android un estado avanzado de hibernación, que permitía, y sigue permitiendo, congelar distintas partes del sistema cuando no se están utilizando, de forma que se consigue un ahorro de energía más agresivo. Funciona, eso sí, con la pantalla apagada y el teléfono inmóvil, pues en caso contrario los teléfonos Android mantienen activos distintos sensores como el giroscopio.
Con Marshmallow también debutó en Android el administrador de permisos, que nos permitía controlar con mayor precisión y seguridad hasta dónde podía llegar cada aplicación instalada en el teléfono. Google Now estrenó, por su parte, Now on tap, con información contextual en tiempo real, y a Android llegó la seguridad con huellas dactilares.
No fueron los únicos grandes cambios, pues se estrenaron las copias de seguridad automáticas para las apps, la compartición directa o la compatibilidad con puertos de carga USB tipo C. Ah, y el modo No Molestar tal y como lo conocemos a día de hoy. También, los ajustes de apps de Google pasaron de ser una app independiente a integrarse en el sistema. Todo esto, y mucho más, llegó en 2015 de la mano de Marshmallow.
2016: turrón a pantalla partida y DayDream
Android 7.0 Nougat llegó al mercado el 22 de agosto del año 2016. Google jubilaba el mes de octubre para el lanzamiento de sus nuevas versiones del sistema, reservando el mes únicamente para el hardware, y liberaba una de sus grandes versiones hasta ahora. La versión del Android de turrón que trajo consigo no pocos cambios, aunque no todos fueron de gran calado.
Android Nougat estrenó las apps a pantalla partida, ya estrenadas por algún fabricante en sus capas propietarias pero ahora recogidas de forma nativa en el sistema. Ya era posible tener una app en la parte superior del teléfono y otra en la parte inferior, aunque a día de hoy sigue siendo una funcionalidad que no todas permiten.
Llegaron las respuestas rápidas desde la barra de notificaciones, notificaciones que ahora se agrupaban por aplicación, y desde ellas podíamos acceder a sus propios ajustes. Aterrizaron los ajustes rápidos, e hizo lo propio DayDream, el framework oficial de Google para aplicaciones y juegos con realidad virtual. El paso previo al lanzamiento de las DayDream VR de la propia Google.
Por cierto, en Nougat se produjo un importante cambio en el sistema. Google decidió prescindir de Java Apache Harmony y pasó a OpenJDK, la versión libre de Oracle que hizo avanzar el sistema hasta la versión de Java 8.0, disponible para los programadores.
2017: galletas Oreo para mejorar las actualizaciones
21 de agosto de 2017. Google liberaba la versión 8.0 de su sistema operativo, la que sigue a día de hoy llegando a bordo de muchos nuevos lanzamientos, así como la 8.1. Android se oscurecía con sabor a galletas y a merienda con la llegada de Oreo. Versiones previas aparte, el nuevo número supuso un salto no muy destacable en la evolución general del sistema operativo, pero aún así introdujo algunas mejoras notables, como Treble.
En su intento por atacar otro de los defectos de Android desde sus orígenes, la fragmentación de versiones, Google colocó Treble en el núcleo del sistema. Un cambio en la arquitectura de todo el sistema operativo para separar la capa de los drivers del resto, facilitando así, al menos de forma teórica, la llegada de actualizaciones. Un sistema que debía no sólo facilitar las actualizaciones, sino acelerarlas.
Con Oreo, Android recibió el PiP nativo, o Picture in Picture. La posibilidad de ver vídeos en ventanas flotantes del sistema, con otras apps de fondo. Hubo otros cambios menores, como los iconos adaptativos, una pequeña evolución en las notificaciones o la posibilidad de añadir nuestros tonos y sonidos al sistema. Sin aplicaciones de terceros, todo de forma nativa.
2018: Pie y los límites de uso del móvil
Finalmente, el 6 de agosto de 2018 llegó al mercado la versión 9.0 de Android. 10 años después de Apple Pie, el sistema retomaba el nombre para estrenar Android Pie. Una tarta con no pocas novedades debajo del brazo como la batería inteligente, el selector de texto mejorado o los slices, porciones de información extra para complementar la información con los datos de la propia aplicación.
Aunque tal vez la mayor novedad de Pie llegue en forma de dos nuevos sistemas internos para fomentar que controlemos más nuestro uso del dispositivo, que nos "desenganchemos". Con Pie llega Wind Down, un modo que activa la Luz Nocturna, oscureciendo la pantalla y llevando el móvil al modo No Molestar, para preparar el sueño de la noche. Y también las herramientas de Bienestar digital, que hemos visto llegar también en apps independientes del sistema como Instagram.
Con Bienestar Digital, Android estrena hasta tres nuevas herramientas. El tablero de control para mostrarnos cuánto tiempo usamos el dispositivo, el temporizador de apps para que fijemos nuestros propios límites de uso y el nuevo modo No Molestar, que permite silenciar todas las interrupciones visuales. Se acabaron las notificaciones flotantes en pantalla cuando lo activemos, ahora será un modo No Molestar real, aislándonos de todo.
Diez años de evolución de un sistema operativo al que aún le queda mucho por avanzar y que ya pone el ojo en otros dispositivos de forma más seria. Android Auto para vehículos, TV para televisores inteligentes, Wear OS para relojes y una posible fusión futura con Chrome OS en portátiles. Veremos qué ocurre en los próximos diez años de vida de un sistema que, a día de hoy, reina con claridad en el mundo móvil. ¿Lo conseguirá en otros sectores? Y una pregunta que también cabe hacerse es, ¿dentro de diez años seguirá siendo el móvil nuestro dispositivo principal? Porque tal vez entonces hayamos dejado de hablar de Android y hablemos de otras cosas. Tal vez de Fuchsia, tal vez no.
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