Puede que Android sea la plataforma móvil más usada en todo el mundo, pero no es la más adecuada para cargos de gran responsabilidad, y si no que se lo digan a Trump. En el día de la inauguración, el nuevo presidente de Estados Unidos ha tenido que deshacerse del smartphone que hasta ahora venía usando, un Samsung Galaxy, y a partir de ahora tendrá que conformarse con un dispositivo encriptado mucho más capado.
Era una de las preocupaciones durante la campaña a la presidencia, y es que el entonces candidato era muy accesible, respondiendo al llamadas de periodistas y otros políticos incluso aunque no conociera el número, eso por no hablar de su soltura a la hora de escribir tweets. Aunque no hay detalles concretos sobre el terminal que usará (Obama usó Blackberry y más tarde un Galaxy S4 modificado), lo que está claro es que Android en su versión "comercial", no es un sistema lo suficientemente sólido para las altas esferas.
Los expertos ya lo advertían
La presencia de Trump en redes sociales fue clave en su campaña electoral, pero al mismo tiempo suponía una preocupación a nivel de seguridad. En noviembre, The Telegraph publicó información sobre un análisis realizado sobre la actividad del ahora presidente en distintas redes que concluyó que, aunque algunos de los tweets publicados por Trump provenían de un iPhone, su principal dispositivo era un Android, concretamente un Samsung Galaxy (el modelo se desconoce).
Los expertos advirtieron que el móvil de Trump podría ser fácilmente hackeado y sus comunicaciones intervenidas, incluyendo su ubicación, acceso a la cámara o el micrófono. Es un peligro al que todos estamos expuestos, pero evidentemente las consecuencias serían mucho más graves al tratarse de cargos públicos de este nivel.
Martin Alderson, co-fundador de la empresa de seguridad móvil Codified Security, advertía en noviembre que "Trump va a descubrir que no hay posibilidad de seguir usando su móvil de la misma forma que lo hace cualquier otro ciudadano americano. La cantidad de vulnerabilidades críticas en Android, como Stagefright, TowelRoot y QuadRooter evidencian que usar Android supone un elevado riesgo para alguien en su posición".
Aunque Trump era reacio a la idea de deshacerse de su smartphone personal ante la posibilidad de quedar mucho más aislado del mundo, parece que finalmente no le ha quedado más opción que dar su brazo a torcer.
No es un problema de Android
Es cierto que Android suele ser objeto de malware y vulnerabilidades varias, pero en este caso otras plataformas no se libran. El problema no es la plataforma en sí misma, el problema para un cargo del nivel del presidente de los Estados Unidos es el hecho de usar un móvil básico, sin modificar.
Obama consiguió conservar su BlackBerry cuando entró en la Casa Blanca en 2008, pero tuvo que seguir una serie de reglas muy estrictas. El dispositivo recibió una serie de medidas de seguridad adicionales, es decir, que no era una BlackBerry normal, era una BlackBerry modificada. Además, sólo podía comunicarse con un círculo muy reducido, tanto vía llamada como por correo.
A mediados de este mismo año Obama confirmó que finalmente había abandonado su BlackBerry en favor de un dispositivo mucho más moderno, pero no fue un iPhone (el ex-presidente dijo hace tiempo que no le permitían usar iPhone por razones de seguridad) si no un Samsung Galaxy S4, pero de nuevo era un dispositivo limitado. Muy limitado.
El ex-presidente bromeó en el programa de Jimmy Fallon con que su nuevo móvil no podía hacer fotos, tampoco le permitía enviar mensajes o reproducir música, ni siquiera podía hacer llamadas. En este sentido, no parece que ninguna plataforma sea lo suficientemente segura para el presidente de los Estados Unidos.
De momento no hay detalles acerca del dispositivo que ha recibido Donald Trump al convertirse en presidente, pero probablemente se trate de un terminal basado en Android similar al de Obama. Algunos de los terminales más seguros como el Blackphone de Silent Circle están basados en Android, aunque poco tienen de la plataforma tal y como la conocemos.
Eso sí, Obama tenía en su poder uno de los pocos dispositivos con acceso a la cuenta oficial de Twitter del presidente (@POTUS), algo que seguro gustará al nuevo presidente. Sin embargo, según AP, "Obama rara vez pulsaba en 'enviar' un tweet él mismo y nunca sin haberse coordinado antes con su equipo". Parece que Trump va a tener bastantes obstáculos para mantener su actividad en redes sociales.
Vía | The Verge
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Imagen | Pexels
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