Google Play permite a los desarrolladores indicar si su aplicación es incompatible con algunos dispositivos. Es más, cuando se publica una nueva versión, podemos ampliar la lista de dispositivos en los que nuestra app funciona. Pero hay un matiz: también podemos añadir nuevos equipos incompatibles, y aquí puede haber problemas.
Es lógico que podamos reducir el rango de equipos compatibles. Tan sólo hay que pensar que podemos añadir una nueva funcionalidad a nuestra aplicación que aporte un gran valor, pero que por desgracia haya dispositivos que no la soporten. ¿Pero qué sucede con la aplicación que ya está instalada en los dispositivos que han dejado de ser compatibles?
Podría usar como ejemplo cualquier aplicación, pero la inspiración para este artículo llegó con un juego concreto, Magic the Gathering. Para una de las pruebas de la reseña lo instalé en varios móviles y tablets. Por las características del juego se necesita una pantalla grande para disfrutarlo, aunque era posible instalarlo en casi cualquier dispositivo.
Esta semana se ha lanzado una nueva versión en Google Play, y en ella se ha reducido el rango de dispositivos compatibles. Por mi extensa lista de dispositivos, veo que ahora sólo permite instalarlo en tablets que, como he dicho, es donde mejor se disfruta del juego.
De esta forma, entiendo que evitan comentarios negativos en Google Play, de gente que compre el juego para su móvil, y luego se den cuenta de que no es nada cómodo porque los textos son demasiado pequeños. Si alguien lo intenta, le aparecerá como incompatible.
Al margen de las actualizaciones
Y aquí es donde está el problema: ¿y los que ya han instalado el juego? El sistema automático de actualizaciones de Google Play no deja lugar a dudas: la aplicación sólo se actualiza en los tablets compatibles, mientras que los móviles mantienen la versión instalada, y ahí se quedarán. Claro, es que tendría gracia que nos plantara una versión que no nos sirva.
Lo curioso es que en este caso se trata de una incompatibilidad ficticia. En el móvil el juego funciona, pese a no ser demasiado jugable. Mientras tanto en uno de los tablets la aplicación no llegaba a arrancar, pero recibió la nueva versión.
Así que si compras una aplicación y las nuevas versiones no son compatibles, al menos mantendrás la versión que ya tienes. Los desarrolladores tienen que tener gran cuidado al manejar esto, especialmente en aplicaciones de pago, porque puedes dejar colgados a tus clientes en una versión anticuada.
Es más, tus usuarios "incompatibles" ni siquiera se enterarán de que has lanzado una nueva versión, acostumbrados a que Google Play se encargue de esas menudencias. Qué risas si desinstalan la aplicación por despiste, y luego pretendan reinstalarla...
La solución es sencilla
Por suerte, Google Play ofrece desde hace mucho tiempo la posibilidad de ofrecer diferentes apk para una misma aplicación, de forma que estén optimizados para diferentes dispositivos. Así podemos seguir ofreciendo la aplicación a dispositivos antiguos y nuevos. Eso sí, el coste adicional es mantener dos versiones diferentes del código, pero compensa.
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