Mis móviles cambian pero mis iconos se mantienen en el mismo sitio desde hace más de una década
Android ha cambiado mucho desde sus inicios, pero volviendo la vista atrás, lo que no ha cambiado demasiado es la pantalla de inicio de mi móvil, que tiene los iconos en los mismos lugares desde hace una década. Parece una excentricidad de alguien con demasiado tiempo libre, pero todo tiene su sentido. Más o menos.
Mi primer móvil con Android fue un Sony Xperia Mini Pro, una miniatura hasta para su época, con pantalla de 3 pulgadas. Poco o nada tiene que ver con el OnePlus 9R que tengo ahora y su pantalla de 6,55 pulgadas y, sin embargo, la esencia es básicamente la misma, ¿por qué?
Todo empezó con el Xperia Mini Pro
Llegué algo tarde al mundo de Android, en 2012, con un Xperia Mini Pro con teclado QWERTY y desde un Nokia XpressMusic 5800 que cada vez parecía menos "smart". La idea era intentar evitar lo máximo posible el teclado virtual del móvil (el Nokia tenía stylus), y el móvil era sencillamente adorable.
El Xperia Mini Pro traía una capa de personalización tremendamente cargada, como era habitual en la época, con todo tipo de personalizaciones, integraciones con Facebook y un launcher con atajos en las cuatro esquinas. Cada esquina, una carpeta en la que colocar accesos directos.
Teniendo en cuenta que el Xperia Mini Pro tenía una diminuta pantalla de 3 pulgadas, el uso de carpetas era una forma ingeniosa de tener más atajos en el mismo lugar. Por supuesto, no es que Sony inventara las carpetas, pero esta primera interfaz me condicionó a pensar en cuatro grupos de iconos, cada uno en una esquina. Y, a ser posible, que siguieran algún patrón, para no volverme loco.
Tras mucho ensayo y error, las cuatro carpetas fueron tomando forma: una para llamadas, otra para mensajería, otra para fotos y otra para ajustes del móvil. Poco me imaginaba entonces que, diez años más tarde, esas cuatro carpetas seguirían, a su forma, en mi móvil.
Lo malo del Xperia Mini Pro es que apenas tenía memoria (512 MB de RAM y 400 MB de almacenamiento) por lo que no pasó mucho hasta que tuve que rootearlo sí o sí, eliminar apps, hacer hueco e instalar ROMs varias. Lograr abrir -y mantener abiertas- apps como WhatsApp y Facebook era toda una odisea, y con el cambio de ROM, cayó la capa de Sony, reemplazada por un launcher más parecido al de stock de Android.
Con este launcher se acabaron las esquinas con carpetas: en su lugar llegaba el dock de toda la vida, con cinco iconos, aunque uno de ellos era fijo, para abrir el cajón de aplicaciones. La transformación fue sencilla: cuatro huecos para mis cuatro carpetas de siempre, pero unificando las apps de llamadas con mensajería (al fin y al cabo ¿quién llama por teléfono hoy en día?).
Me quedaba por tanto una carpeta para llamadas y chat, otra para fotos y música, un atajo sin carpeta para una app que abra con frecuencia (Facebook, por ejemplo) y una última carpeta con accesos directos a ajustes, Gmail y Google Play. Nótese que el Xperia Mini Pro tiene un botón físico para la cámara, de modo que dicho acceso directo era opcional tenerlo como icono.
Pronto llegó Nova para facilitarme la vida
El Xperia Mini Pro es uno de los móviles con los que más he disfrutado, pero no tardó en quedarse corto y su teclado QWERTY resultó ser su talón de Aquiles: algunas de sus teclas se despegaban sin previo aviso y, de hecho, perdí la letra N. Si te encontraste una letra N de unos milimetros de tamaño en Madrid en 2013, por favor, todavía la estoy buscando.
Ya en 2013, los móviles con teclado QWERTY estaban desapareciendo, pero yo todavía no estaba preparado para el teclado virtual, así que me hice con un Samsung Galaxy S Relay 4G, un modelo para operadoras estadounidenses: allí los móviles con teclado todavía tenían algo de tirón. Era algo así como el Xperia Mini Pro, pero en grande, si es que se puede usar ese adjetivo al hablar de una pantalla de 4 pulgadas.
Para aquel entonces, los móviles Samsung tenían el infame TouchWiz, con varias opciones añadidas que no estaban en stock, sí, pero bastante feo, las cosas como son, y no todo lo ágil que nos gustaría. El launcher de Touchwiz nunca me convenció, de modo que acabé reemplazándolo por Nova Launcher, que me permitía dejarlo todo exactamente igual a como lo tenía configurado en mi móvil anterior, y más.
Mis cuatro carpetas e iconos del dock volvían a la carga. El único cambio es que las apps para destruir tus fotos con 200 efectos y marcos como Pixlr-o-matic ya no estaban tan de moda, de modo que la carpeta multimedia se convirtió en el icono de la cámara -más accesible- y la galería se fue a la carpeta de llamadas y chat.
Cuando el Samsung Galaxy S Relay 4G comenzó a tener problemas para cargar, mis siguientes móviles fueron un Samsung Galaxy A5 y un Samsung Galaxy A5 2017. No tenían ya TouchWiz, sino lo que se denominaba Samsung Experience, el abuelo de One UI. Era un sistema menos feo, y su lanzador era decente, pero una vez pruebas Nova, todo lo demás sabe a poco.
Usando Nova, pude replicar mi configuración de forma exacta en estos tres móviles separados por cuatro años de distancia, sin esfuerzo. La única novedad fue que, con la llegada del deslizar para abrir el cajón de aplicaciones, los antiguos cuatro accesos directos podían ser cinco. Los cinco magníficos.
La ventaja de repetir la plantilla es que los móviles cambian, los iconos permanecen en el mismo sitio, de modo que cada vez que quiero abrir cierta app, mi dedo sabe perfectamente a dónde ir: lleva haciendo lo mismo desde hace años. Menos tiempo navegando arriba y abajo, izquierda y derecha, en búsqueda de un botón.
Esto hace que cambiar de móvil sea mucho menos traumático, sin necesidad de reaprender dónde están las cosas. Desde el primer día, todo está donde siempre ha estado. Así da gusto. Además, si alguna vez necesito usar un móvil viejo para probar algo, todo sigue donde estaba. Manías mías, lo admito.
Los widgets también se vienen conmigo
Tras los móviles Samsung decidí cambiar de bando y me hice con un Huawei P30 Lite, en el cual tardé aproximadamente cero segundos en reemplazar su launcher por Nova y poner mis iconos en el mismo sitio de siempre. Con las versiones recientes de Nova, es facilísimo exportar tu configuración y cargarla en el nuevo móvil.
Huawei no permite desbloquear el bootloader, de modo que sin poder instalar ROM para cambiar su aspecto al haberme aburrido de él, me entretuve creando widgets personalizados con KWGT, algo que no es difícil, pero que requiere de bastante paciencia. Estos widgets han acabado convirtiéndose en parte de mi móvil y de mi pantalla de inicio, no tanto por su capacidad decorativa, sino por su funcionalidad (varios de ellos incluyen atajos para abrir esto o aquello).
Con widgets propios cada vez más elaborados, sucedió lo inevitable: ahora además de llevarme conmigo los iconos de un móvil a otro, se vienen conmigo también mis widgets. KWGT también te permite exportar e importar tus diseños de forma relativamente fácil, de modo que no cuesta mucho reausar tus widgets al cambiar de móvil.
Llegamos así al presente, al OnePlus 9R, donde están los mismos widgets que en el móvil anterior, además de los mismos iconos en el dock, exactamente la misma configuración que en el móvil anterior. Y probablemente siga así por mucho tiempo.
Los atajos han ido evolucionando ligeramente, la app de música local del móvil ha dado paso a Spotify, los atajos a ajustes que tenía en el Xperia Mini Pro ya no son necesarios (pues a la mayoría se acceden desde los Ajustes rápidos) y la app de Google Talk es ahora WhatsApp, Messenger, LINE, Telegram y otras tantas más, pero en esencia, todo está igual. Y seguirá así por mucho tiempo más. Probablemente no sea la mejor configuración posible, pero es la mía.
En Xataka Android | Cómo cambiar los iconos en un móvil Android
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