La gama media se ha convertido en una de las principales armas de los fabricantes para conseguir un volumen de ventas importantes. Al fin y al cabo, muchas veces no es necesaria la potencia que ofrecen los buques insignias de las compañías para suplir tareas tan poco exigentes como la mensajería o las redes sociales.
Dentro de ese espectro, la competencia es bastante grande y empresas como ZTE intentan hacerse un hueco con terminales asequibles que no renuncian a tener unas especificaciones competentes. Este es el caso del ZTE Grand XM, que hoy analizamos en Xataka Android.
ZTE Grand XM, doble núcleo y pantalla de cuatro pulgadas para todos
Cuando cogemos el ZTE Grand XM por primera vez la sensación que da es la misma que transmite su precio: es un terminal económico. No pretende engañar a nadie desde el primer momento, el tacto nos dice que los acabados son modestos.
Es ergonómico, y sus 4,3 pulgadas de pantalla caen muy bien en la mano. Se coge bien, no es nada pesado pero si que transmite esa sensación de que por fuera el ZTE Grand XM no es ninguna joya. En este sentido es bastante pragmático y funcionalista. No es el más bonito pero sí el más práctico y aunque el plástico tiene muchos enemigos al César lo que es del César: es resistente.
Perfecto para utilizar con una sola mano, no se le puede pedir más en lo que respecta al diseño y la usabilidad. Es cómodo y la única pega que se le puede poner es el tacto del grip trasero. La distribución y el tamaño de los botones es correcto aunque la sensación que dan los botones de volumen es de tener una fabricación mejorable.
No es el más esbelto pero, de nuevo, no es algo preocupante. De hecho, tener un poco de grosor le ayuda a ser más cómodo de utilizar. Tampoco es especialmente grueso sólo que, como ocurre con la gama alta, no hay una obsesión por conseguir una delgadez que, en algunos casos, no termina de ser útil. ZTE Grand XM está construido para ser un móvil útil.
Pantalla, 4,3 pulgadas con una resolución notable
Mientras la gama alta parece irse, sin vuelta atrás, a las cinco pulgadas o más; algunos fabricantes están aprovechando para cubrir la gama media con smartphones de cuatro, para quienes las tres con algo ya empiezan a ser insuficientes.
En este sentido, el ZTE Grand XM cubre bien ese nicho de: quiero un móvil modesto pero también quiero una pantalla con un tamaño algo más grande. Cumple, y de hecho su TFT con una resolución de 540x960 píxeles ofrece un rendimiento bastante bueno.
No alcanza los ángulos de visiones casi completos, pero teniendo en cuenta que vamos a usar el móvil principalmente estando de frente a la pantalla no vamos a tener problema alguno. Con lo que si que vamos a tener que lidiar un poco más es con los brillos del cristal protector y las condiciones en las que hay mucha luz.
La primera es obvia: el cristal frontal no es el mejor del mercado. Protege la parte frontal pero en cuanto giramos un poco el móvil nos encontraremos con esos incómodos brillos que estropean la experiencia. Nada grave, pero está ahí. En condiciones de mucha luz, a veces le cuesta y tendremos que subir bastante el brillo para poder ver sin problemas.
Dejando de lado estos detalles, hay que destacar la resolución de la pantalla. En proporción con el tamaño, el conjunto es realmente bueno. Cómodo para leer, ver fotos y vídeos… Cumple con lo que comentábamos al principio de este apartado: quiero un móvil con una pantalla grande, que se vea bien y no sea caro.
Procesador, un rendimiento bastante correcto
Resulta curioso cómo hace un par de años los procesadores de doble núcleo eran el tope de gama y ahora han quedado relegados a la gama media. Todavía tienen mucha guerra que dar y lo cierto es que se han convertido en un componente bastante útil para unos smartphones que, hace un par de años también, ofrecían un rendimiento mediocre con procesadores que no daban la talla.
El doble núcleo ha revitalizado la gama media y en el caso del ZTE Grand XM hace que Android Ice Cream Sandwich 4.0 se mueva con bastante fluidez. A veces notaremos pequeños retardos pero en principio el rendimiento es bastante bueno.
El terminal es capaz de abrir sin problemas cualquier aplicación sin problemas y aunque el catálogo de juegos es un poco más limitado, por las compatibilidades de hardware de Google Play, no tendremos problema con los principales títulos y apps más populares.
Hablando de rendimiento, no podemos olvidarnos de la batería. Sus 1650 mAh saben a poco y, si tenemos pensado darle un uso algo exhaustivo más nos vale llevar el cargador encima porque puede que no llegue al final del día. Resulta difícil definir qué es un uso normal pero, si sois de los que miráis la pantalla cada diez minutos para contestar mensajes o ver las redes sociales, seguid mi consejo.
Cámara, cumple el expediente
Una de las asignaturas pendientes de muchos smartphones de gama media es ofrecer una cámara que marque un poco la diferencia. El ZTE Grand XM, en este sentido, no es una excepción y sus cinco megapíxeles saben a poco. Es cierto que cumple pero no esperemos ninguna maravilla.
En exteriores ofrece un buen rendimiento y podremos hacer buenas fotos pero en interiores o en condiciones con poca luz empezaremos a notar rápido el ruido y que, enfocando, es algo lenta. Para ahorrar en costes, se ha prescindido de la cámara frontal. Personalmente no es algo que eche mucho en falta pero habrá quienes sí, ya sea para autorretratos o videoconferencias.
Software, poca personalización aunque un poco desfasado
Acabamos hablando sobre el software. Con Android Ice Cream Sandwich 4.0 como versión de base, nos encontramos con una capa de personalización que no introduce demasiadas modificaciones. Algo que personalmente agradezco: le da un toque de diferenciación pero no emborrona mucho la experiencia de usar Android.
La personalización se caracteriza por los iconos de algunas aplicaciones, el launcher y una barra de notificaciones que incluye de forma bastante acertada los controles de energía. La única pega: el teclado que viene por defecto. A la hora de usarlo es bastante más incómodo que el que trae Android aunque mi recomendación es instalar alguno como SwiftKey.
En este sentido creo que ZTE lo ha hecho bastante bien. No viene con muchos cambios y hace que, independientemente de si hemos tenido experiencia con smartphones Android o no, todo sea bastante sencillo y claro para que no nos sintamos perdidos y también podamos personalizarlo a nuestro gusto.
La única duda que queda respecto al software es si habrá actualizaciones. Aunque con Ice Cream Sandwich funciona bien, Jelly Bean le vendría como anillo al dedo. Project Butter mejoraría bastante la velocidad de las transiciones y le daría un toque de rapidez que, de momento, no es capaz de ofrecer por sí mismo. Tiempo al tiempo.
ZTE Grand XM, conclusiones
Siempre que hablamos de un smartphone, no podemos olvidarnos de a quién quiere dirigirse, sus especificaciones y sobre todo el precio. Haciendo un baremo con las tres variables, el ZTE Grand XM es una opción que en relación calidad precio cumple bastante bien.
Hay que tener en cuenta que estamos ante un terminal de 4,3 pulgadas. Es cierto que algunos smartphones con un precio similar ofrecen pantallas de mejor calidad, como el Xperia U, pero son más pequeños y si lo que queremos es algo más grande en este sentido es una opción a tener en cuenta.
No es el más rápido, pero funciona bien. La única pega es la batería que, aun siendo un gama media, se antoja insuficiente. Depende del uso que le demos, por supuesto, por lo que si no vamos a darle un uso muy intenso podemos pasar por alto la autonomía.
Económico, sencillo, quizá le falta un poco de personalidad para destacar más frente a otros smartphones pero, si nos ceñimos al aspecto más práctico, es un terminal recomendable para quien quiere introducirse por primera vez en este mundillo o quiere dar el salto de un terminal de gama de entrada de hace un par de años.
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