¿Qué pasa cuando se te rompe tu móvil fuera del periodo de garantía? ¿Lo usas como excusa divina para hacerte con una nueva versión, lo arrojas por la ventana con furia o lo intentas reparar por ti mismo o en una tienda especializada? Si haces esto último, con unos móviles te será más fácil que con otros.
Cómo de difícil o fácil es de reparar un teléfono depende de muchos factores, pero afortunadamente la comunidad de iFixit está dedicada a estandarizar los resultados en su puntuación de reparabilidad. Ahora que estamos acabando el año es momento de hacer balance: ¿cuáles son los móviles Android más fáciles y difíciles de reparar de este año?
El más fácil, el LG G5
El teléfono con módulos intercambiables de LG quiza no ha sido el éxito de ventas que sus creadores habrían deseado, pero si tienes uno en tu poder al menos te aseguras de que, si algo va mal no debería costarte mucho repararlo. Es el teléfono con una puntuación mayor del año, un 8 en reparabilidad.
En su teardown, iFixit resalta el poco uso de pegamento y de tornillos estándar, que unidos a la facilidad de extraer directamente la batería como módulo facilita mucho las cosas en caso de que algo vaya mal.
El segundo mejor, Google Pixel / XL
Aunque no es modular, el teléfono de Google y by Google se acerca al LG G5 con una nota de reparabilidad de 7 sobre 10. El teardown de iFixit es concretamente para el Google Pixel XL, aunque previsiblemente la puntuación es igual para su hermano menor.
iFixit resalta en este caso también el uso moderado de pegamento, de tornillos TorX T5 y la inclusión de algunos componentes modulares. Por otro lado, la nota se queda en un siete y no más al ser algo complicado abrirlo sin dañarlo.
El más difícil de reparar, Samsung Galaxy S7
Los dos farolillos rojos del ranking están acaparados por Samsung. Los teléfonos más difíciles de reparar del año según iFixit son el Samsung Galaxy Note7, que recibe un 4 de nota y el Samsung Galaxy S7, que se queda en un 3 sobre 10.
Habiendo destripado tanto el S7 como el S7 Edge, tanto la nota como las conclusiones son las mismas: es poco menos que un infierno repararlo. Para reparar un puerto USB necesitas reemplazar la pantalla, y hacer esto sin destruirla es poco menos que una misión imposible, y un pegamento muy fuerte une el cristal posterior, haciendo muy díficil abrir el dispositivo.
Por supuesto, esto no quiere decir que estos hayan sido en concreto los teléfonos lanzados durante el año más difíciles de reparar, sino solo aquellos que han sido destripados por iFixit. Por otro lado, la influencia de este ranking en tus decisiones de compra dependerá de otros muchos factores y de tus preferencias.
Más información | iFixit
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