Xiaomi ha presentado hoy su modelo Max, un terminal con una pantalla de 6,44 pulgadas, casi alcanzando el tamaño tablet. Lo que parecía que estban haciendo algunos fabricantes, volver a terminales algo más pequeños, se rompe por completo en este Android.
¿Está Xiaomi enfocandose correctamente? ¿Es lo que busca el mercado, un móvil gigantesco que es casi como un tablet? Como siempre es complicado contestar a estas preguntas y más cuando el mercado al que se enfoca la marca es China, pero vamos a intentarlo.
Xiaomi Max, tamaño sin descuidar especificaciones
El Xiaomi Max no es solo una pantalla grande. Trae muchas más cosas. Lo primero es que es un terminal con unos marcos muy pequeños, sobre todo en el lateral. El ratio pantalla a frontal es del un 76%, una barbaridad. Para que nos hagamos una idea, en los móviles de 5 pulgadas normalmente el porcentaje de pantalla está alrededor del 65%.
Además no es un terminal muy grueso y pesado sino todo lo contrario: estamos ante un móvil con un grosor de 7,5 milímetros de ancho y 203 gramos de peso. Por tanto no estamos ante un tablet al que han lanzado como móvil, sino que han intentado meter la pantalla de un tablet pequeño en un móvil.
En la parte del SoC el terminal cuenta con dos anternativas: el Snapdragon 650 y el 652. Las diferencias son pequeñas, quizá lo más interesante es que el primero lleva 3 GB de RAM y 32/64 GB de almacenamiento y el segundo 4 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento. Los precios son, al cambio, 200, 229 y 270 euros.
El Xiaomi Max viene no descuida la cámara, la frontal es de 16 Mpx con f/2.0 y flash dual. Tiene lector de huellas, carga rápida, dual SIM y conectividad LTE (aunque se queda fuera la banda 20, una de las de Europa).
Y por supuesto, un móvil tan grande no podía descuidar un aspecto fundamental: la batería. Aquí el terminal trae 4.850 mAh, una cifra nada despreciable que por supuesto habrá que probar para poder extraer conclusiones.
¿Hay una demanda para móviles tan grandes?
La demanda de móviles tan grandes no puede ser muy elevada. Al final se han impuesto los móviles de 5 pulgadas para el público en general y para cierto público los terminales de 5,5 a 5,8 pulgadas (phablets) y los terminales de 4-4,7 pulgadas (normalmente gente que se siente cómoda con los iPhone).
Sin embargo algo de demanda debe haber pues no es el único terminal que tiene un tamaño elevado. Recientemente hemos visto el lanzamiento del Samsung Galaxy A9, de 6 pulgadas de tamaño. Tiene menos pantalla que el Xiaomi y menos dimensiones (11,4 milímetros menos de altura, 7,4 milímetros menos de anchura y 0,1 milímetro menos de grosor), pero pesa lo mismo (bueno, cuatro gramos menos) y la batería se queda en 4000 mA. Es un móvil también muy enfocado a China.
Otros terminales de 6 pulgadas son por ejemplo el Oppo R9 Plus, Huawei Mate 8, el ZTE Axon Max, el Sony Xperia C5 Ultra o el Motorola Nexus 6. También su día hubo fabricantes españoles que probaron este tamaño, por ejemplo bq Aquaris E6, MyWigo Titan y Primux Beta 3
En un tamaño más parecido al de Xiaomi también tenemos el Huawei P8 Max, con sus increíbles 6,8 pulgadas y que superan al terminal presentado por Xiaomi. En esta ocasión es un terminal más grande (9,6 milímetros más de alto, 4,3 milímetros más de ancho aunque 0,7 milímetros menos de grosor), con una batería inferior al Xiaomi (4.360 mAh). No es el único de este tamaño, claro. Tenemos también el Lenovo Phab Plus o el Leeco Le Max.
Es en China donde parece situarse la demanda de estos terminales gigantes, pues es donde los fabricantes centran sus esfuerzos de promoción. También puede ser el campo de experimentos de las marcas para ver si funcionan antes de lanzarse al resto del mundo. Lo que está claro es que si hay varios terminales en este segmento Xiaomi no ha errado lanzándolo, por muy escandaloso que nos pueda parecer.
¿Funcionará?
Estoy convencido de que este terminal funcionará bien. Por un lado en China Xiaomi tiene un buen mercado, con millones de clientes que siguen con atención lo que presentan. Por otro es precisamente allí donde parece haber demanda para terminales más grandes. Esto no quita que Xiaomi esté sufriendo como muchos otros fabricantes y quizá las ventas no vayan todo lo bien que les gustaría. En mi opinión esto no sería por equivocar el tiro sino porque la competencia de nuevas y viejas marcas es feroz.
Como estrategia ante los problemas Xiaomi se enfoca de forma correcta: diferenciarse de otros, acudir a una zona donde la competencia es menor, y tratar de convencer a los usuarios de que necesitan un móvil tan grande. Si lo logran, arrasarán, puesto que apenas hay alternativas y los precios de estas como poco rondan el doble.
¿Es un terminal tan grande algo para todos los públicos? No lo creo. Primero, cuanto más grande más incómodo de llevar. Y segundo, el manejo con una mano empieza a ser complicado, pues los dedos no alcanzan todos los lugares de la pantalla (ahí el límite está en las 5-5,5 pulgadas, depende de cada mano). Pero tiene algunas ventajas, como es la gran batería y que para jugar o leer de forma intensiva, cuanto más grande es la pantalla mejor. Así que los que valoren más estos aspectos tienen aquí una alternativa buena y barata de terminal gigante.
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