Como cada año, el fabricante francés Wiko aprovechó el marco de la feria Mobile World Congress para anunciar sus nuevos dispositivos y, de entre todos ellos, sin duda el Wiko WIM es el que se llevó todo el protagonismo. Además de ser el más avanzado en términos de especificaciones, también es el primero de la marca en contar con cámara doble.
Wiko apuesta por la gama media 'premium' con este terminal. Lo notamos en su diseño, en su completo perfil técnico, pero sobre todo en esa configuración de cámara dual en la parte trasera, una característica que se está extendiendo rápidamente por el panorama móvil. Durante la feria tuvimos ocasión de probar el Wiko WIM, estas son nuestras primeras impresiones.
¿Quién dijo que el plástico no es premium?
Los diseños metálicos se han adueñado del panorama móvil, pero aunque es cierto que el aluminio bien trabajado transmite sensación de calidad, el plástico puede transmitir las mismas sensaciones. Lo hemos visto en numerosas ocasiones en equipos como los antiguos Lumia y ahora el Wiko WIM nos lo vuelve a recordar.
El Wiko WIM combina un marco de aluminio que rodea todo su perfil con una carcasa trasera realizada en policarbonato, mientras que la parte delantera está cubierta de una lámina de cristal 2,5D. Los acabados son excelentes y las juntas entre los materiales muy suavizadas, de forma que no notamos ninguna arista al sujetarlo en la mano.
Con un panel de 5,5 pulgadas, su tamaño no es precisamente compacto, pero estos detalles contribuye a un mejor agarre y hace que la sensación en mano sea muy buena. Otro detalle a destacar es la integración del lector de huellas en el botón de inicio frontal.
En cuanto a las conexiones, Wiko coloca el puerto de carga MicroUSB (nada de USB-C de momento) en la parte inferior del chasis, junto con el altavoz y el minijack de auriculares. Los botones físicos de inicio y volumen se reparten entre el lateral izquierdo y derecho respectivamente y también hay una ranura para tarjetas SIM.
Volviendo a la pantalla, el panel FullHD de 5,5 pulgadas nos dejó muy buenas sensaciones durante la prueba. La tecnología AMOLED da un nivel de contraste alto, con negros profundos y unos tonos ligeramente sobresaturados, lo habitual en este tipo de paneles. El brillo también es bastante alto, aunque esperamos a poder probarlo en exteriores para ver qué tal maneja los reflejos provocados por la luz solar.
Especificaciones equilibradas con lo último de Android
Decíamos al principio que el Wiko WIM se inscribe en esa gama media que quiere parecerse a la gama alta, pero a precios más ajustados, algo que se refleja en su hoja técnica. Aquí Wiko apuesta por un Snapdragon 626, acompañado de 4 GB de memoria RAM, una configuración que, sin ser la más avanzada, cumple con nota en los escenarios habituales.
Obviamente, durante el tiempo que estuvimos probando el Wiko WIM no pudimos someterlo a tests benchmarks o estresarlo con juegos más exigentes, pero sí comprobamos que el sistema se mueve muy fluido y esos 4 GB de RAM hacen un buen papel en multitarea.
Si seguimos repasando sus especificaciones, Wiko ofrece este smartphone en versiones de 32 o 64 GB, ambas ampliables con MicroSD hasta 128 GB extra, y su batería es de 3.200 mAh. De nuevo, quedamos a la espera de poder probarlo más a fondo, pero a priori parece una cifra adecuada a sus características. Además incluye carga rápida 3.0 de Qualcomm.
En cuanto al software, Wiko apuesta por Android 7.0 Nougat, respetando bastante la experiencia Android stock. Son pocos los apartados en los que encontramos personalización y las apps preinstaladas no son excesiva.
En general, el diseño mantiene la esencia Android Nougat con esos iconos redondos y el panel de notificaciones sin modificar. En cuanto a las funciones adicionales que pudimos probar está el modo niños, la opción de reducir la pantalla para usar el móvil con una sola mano, los gestos sobre el lector de huellas, Phone Assist y la aplicación de la cámara, que es específica de este modelo.
Wiko se sube al carro de las cámaras duales
Las cámaras duales se están extendiendo rápidamente por el panorama móvil y Wiko se ha sumado a esta tendencia con el Wiko WIM. Sobre el papel, tenemos dos sensores Sony de 13 megapíxeles, acompañados de un flash de doble tono, enfoque por detección de fase y lente f/2.0.
A diferencia de otras soluciones en las que la cámara dual sirve para tener un zoom óptico, aquí lo que conseguimos es una imagen en color y otra en blanco y negro que se unen para dar lugar a una foto de mayor calidad, una propuesta muy similar a la que incluye Huawei en sus gama alta.
¿Y qué tal se comporta en la práctica? Evidentemente al no poder sacar el terminal del stand, no fue posible probarlo en distintas condiciones, pero sí pudimos extraer alguna imagen para ver sus posibilidades. En un recorte al 100% como el que tenemos sobre estas líneas se aprecia un buen nivel de detalle.
La textura del pelo está bastante bien resuelta y en general el primer plano mantiene la nitidez. Sin embargo, si ampliamos las zonas más alejadas se aprecian las debilidades del procesado, pero nada insalvable. Ahora queda ver cómo se desenvuelve en condiciones de luz escasa o en exteriores, pero en general la primera impresión en cuanto a detalle es buena.
Además de las imágenes que tomamos en nuestra breve prueba, Wiko tenía habilitado un set fotográfico donde ponían a prueba la cámara en distintas condiciones de luz y, por supuesto, tuvimos que probarlo.
Sobre estas líneas, a la izquierda, se puede ver el resultado con una luz blanca abundante. Aquí el Wiko WIM hace un buen trabajo de detalle, reproducción del color y también profundidad. Por su parte, la toma de la derecha simulaba luz de velas y, aunque el detalle sufre un poco, las dominantes de color se mantienen bastante a raya.
Cuando disparamos con el modo cámara doble, además de conseguir mejores resultados (siempre según Wiko), tenemos acceso a una serie de opciones que nos permiten editar aspectos como el enfoque una vez realizada la foto.
En la foto superior se puede ver cómo funciona el efecto desenfoque o 'bokeh'. Basta con pulsar en la zona de la foto que queremos mantener enfocada y el software creará el efecto de profundidad de campo. La verdad es que consigue un efecto bastante bueno, pero eso sí, sólo si mantenemos el nivel de desenfoque al 50% como máximo. Si lo forzamos más el resultado es demasiado artificial y se nota mucho el recorte.
Otra posibilidad que ofrece el sistema de lente dual es la de hacer que parte de la imagen se mantenga a color y el resto salga en blanco y negro. Aquí no vemos una función tan interesante como el desenfoque, pero puede servir a modo de curiosidad.
Para competir hace falta algo más que una buena cámara
El estreno de Wiko en la liga de las cámaras duales nos ha dejado buen sabor de boca. Su diseño luce muy buenos acabados, el conjunto del hardware debería ofrecer una buena experiencia de uso con Android 7.0 como la guinda del pastel.
En general, el Wiko WIM es un smartphone muy interesante dentro de la gama media, el problema al que se enfrenta es que, con un precio de alrededor de 400 euros, es difícil recomendarlo sobre otras opciones como podría ser el OnePlus 3 o el Honor 8, también con cámara dual.
Lo decimos constantemente, pero es cierto que el escaparate está completamente saturado de alternativas y el segmento intermedio es el que más sufre. Con todo, el Wiko WIM es un equipo interesante y su cámara dual promete. Quedamos a la espera de poder probarlo más a fondo.
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