Hace un par de días os hablábamos de cómo evolucionarían los smartphones de aquí a un par de años. Lo hicimos utilizando ciertas dosis de imaginación y sin sacar la bola de cristal, porque a veces está bien pensar en cómo será el futuro para luego terminar sorprendiéndonos con que la realidad puede acabar superando a la ficción.
Al menos eso es lo que cree Turing Robotic Industries, un fabricante conocido por vender humo fabricar smartphones ultrarresistentes y ultraseguros que nos indica en un roadmap la llegada del Turing Monolith Chaconne para 2018, con nada menos que tres SoC Qualcomm Snapdragon 830.
Lo cierto del cuento es que Turing trabaja todavía con su primer dispositivo, un Turing Phone que nos sorprendía con su chasis de 'liquidmorphium', un material que promete ser más duro que el titanio para un smartphone de aspecto tosco e industrial que finalmente optaría por Sailfish OS en lugar de Android, y que también promete a su vez seguridad y privacidad por encima de la media.
Tras muchos retrasos el dispositivo está llegando a sus primeros probadores, y Turing promete que sustituirá las unidades de pre-serie por otras finales en cuanto consigan terminar el desarrollo de Swordfish OS, donde integrarán Turing Imitation Key ya que Sailfish OS no soporta lectores de huellas dactilares.
Pues bien, hasta aquí nada raro. Las sorpresas con Turing empiezan hace unos días en el anuncio de su segundo dispositivo, el Turing Phone Cadenza, que estaría listo para 2017 manteniendo el uso del 'liquidmorphium' y de las capacidades de resistencia y seguridad avanzadas, pero sumando nada menos que dos chipsets Snapdragon 830 de los que Qualcomm ni siquiera ha hablado todavía.
El resto de especificaciones son de escándalo: un sistema de cuatro cámaras traseras para capturar escenas en 60 megapíxeles y grabar vídeo iMAX 6K, otro sistema de doble sensor con resolución de 20 megapíxeles para el frontal, 12 GB de memoria RAM, 1 TB de almacenamiento -sí, un terabyte en el móvil-, 4 slots para nano-SIM con conectividad LTE activa, etc.
Turing Monolith Chaconne, ponedme otros dos sorbos de imaginación mezclados y sin agitar
A Turing le gusta asustarnos, o es eso o su imaginario no tiene límites, porque si ya el Phone Cadenza parece un smartphone más propio del mejor agente secreto de Hollywood, este nuevo Turing Monolith Chaconne que nos traerían en 2018 aparecería seguro con la chica de la lejía.
El hardware del terminal lo tenéis justo en la imagen superior, y más de uno está ya con la abierta y preguntándose seguramente lo mismo que yo: ¡¡va a ser un smartphone enorme, ¿o dónde sino meterán tantas cosas?!!
Obviamente es enorme, con un panel de 6.4 pulgadas que subiría por primera vez a la barrera de los 3.840 x 2.160 píxeles, una resolución UHD -que no 4K (4.096x2.160px)- para un smartphone. Nada menos que 690 píxeles por pulgada de densidad.
Para mover semejante matriz no se corta un pelo Turing, colocando en este caso tres SoCs Qualcomm Snapdragon 830 de los que todavía no sabemos nada, Turing afirma que juntarán 24 núcleos Kyro, acompañados de 18 GB de memoria RAM LPDDR4X.
La construcción sería idéntica, confiando en el resistente 'liquidmorphium' y en materiales compuestos, y el software daría protagonismo a Swordfish OS con capacidades de seguridad avanzada.
No se quedan ahí las sorpresas, con 1.2 TB de almacenamiento interno (3 chips de 256 GB internos y otros dos para tarjetas microSD externas de hasta 256 GB cada uno), y mucha batería, ojo a los datos: 120 Wh a cargo de un pila de hidrógeno, otra de litio con 2.400 mAh de capacidad y una de grafeno de 3.600 mAh -¡¡¡grafeeeeeno!!!, estará exclamando alguno-.
Las cámaras repiten del Cadenza, con los cuatro sensores traseros capaces de capturar imágenes en 60 megapíxeles y grabar vídeo iMAX 6K, además de los dos sensores frontales de hasta 20 megapíxeles, sin olvidar tampoco los cuatro slots nano-SIM para la conectividad LTE quad-stand-by.
Además, contará con múltiples tecnologías del futuro como WiGig, VoiceON, un sistema de mapeo similar al de Google Project Tango y una suerte de tecnología sorpresa llamada A.L.A.N. que será anunciada más adelante -¿un radar de Pokémons?-.
Lejos ya de bromas, Turing afirma haberse quedado con las instalaciones que Nokia y Microsoft utilizaban en Salo, Finlandia. De ahí deberían salir todos los nuevos dispositivos de la compañía, aunque seguramente en su llegada al mercado rebajarán muy mucho sus pretensiones o costarán un riñón y será muy muy grandes.
No dudamos que algún día los smartphones lleguen a potencias similares, pero seguramente no será con 3 chipsets, así que yo hasta que no lo vea... no me lo creo. ¿Y vosotros?
En Xataka Android | ¿Sabemos cómo evolucionarán los smartphones de aquí al 2018?
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