Sony con la gama Compact siempre ha sabido entender muy bien el formato de “versión mini”. Especificaciones igual de potentes que en el modelo base con la única diferencia de un cuerpo más pequeño. Lo han hecho bien y a raíz de eso han logrado que todos los años (o cada seis meses) tengamos un tope de gama con tamaño reducido, para los que no quieren llevar una pantalla de cinco pulgadas en el bolsillo.
En los días previos a IFA se filtraron algunas imágenes de los nuevos modelos de Sony Xperia. Estaban en lo cierto, vuelve con el nombre de Xperia Z5 Compact (un dato curioso: todos los Compact son impares) y nosotros ya hemos podido probarlo. A continuación, nuestras primeras impresiones con él.
Misma filosofía, mismas virtudes...
Sony, como decíamos, ha entendido muy bien lo de móvil pequeño pero potente y con esta tercera generación de Compact vuelve a calcar la misma filosofía: nos traemos toda la tecnología del Xperia Z de turno (en este caso Z5) y le ponemos un cuerpo y una pantalla más pequeñas.
OmniBalance, la base de diseño de los Xperia Z, sigue evolucionando. Cada vez menos compromisos estéticos: marcos completamente lisos, menos muescas y USB al aire, sin compuerta que le proteja del agua. Sí, sigue siendo sumergible pero en Sony han logrado que podamos usarlo sin tapar este conector.
Este año el Z5 Compact ha ganado un poco de grosor y cuando lo tenemos en mano notamos que es un terminal algo grueso. Aquí Sony no ha querido entrar en la guerra de los milímetros y nos trae un smartphone “gordito” donde puede que en nuestro análisis futuro se traduzca en una posible virtud: una batería formidable. Tendremos que esperar a nuestro análisis.
El botón de encendido se convierte esta vez en un sensor de huellas. Sony ha querido sacarle provecho a este elemento y no solo nos servirá para desbloquear el dispositivo si no que usará la gestión de perfiles en Android para que podamos registrar varias huellas y usar diferentes cuentas.
Un ejemplo: una huella para nuestro hijo, para que solo acceda a los juegos y aplicaciones que tengamos. El sensor funciona muy bien y demuestra que esta tecnología ya está lo suficientemente asentada como para que no tengamos que hacer varios intentos cuando queramos usar el móvil.
La sensación en mano con el Z5 Compact es agradable, cómodo en mano, muy bien construido y podemos llegar a cualquier punto de la pantalla sin mayor problema. Este panel mantiene la resolución 720p. Nada de Full HD, Sony insistió durante la demo que nos hizo: en ese tamaño no es necesario más puntos por pantalla.
Habrá quienes piensen lo contrario pero tras verlo mi impresión es que la relación de tamaño y píxeles vuelve a ser muy acertada. No se notan los puntos y el panel vuelve a demostrar que Sony sigue en un gran nivel.
Pantalla muy brillante (700 candelas en brillo máximo) y un panel IPS LCD que busca atraer con su espacio de color (algo saturado y tirando a azul) y con las tecnologías de la marca: Triluminos, X Reality y Sparkling Contrast. Esta última debuta en los nuevos Xperia y busca ofrecer un mejor contraste en situaciones con mucha luz ambiente.
En cuanto a rendimiento y autonomía nos encontramos con una sensación parecida a la que hemos tenido con otros terminales con Snapdragon 810 (2.1) y 3GB de RAM. Todo se mueve con fluidez (aquí el SoC tiene menos carga al renderizar 720p y no Full HD) y no se aprecian tirones ni problemas con las animaciones. Va bien, como se le debe asumir a un terminal tope de gama.
La cámara vuelve a ser protagonista. Esta vez tenemos un sensor Exmor RS de 23 megapíxeles con detección de fases y enfoque híbrido. Según Sony, el más rápido del mercado. Según nuestra primera experiencia con él: muy ágil, sí, pero es pronto para hablar del más veloz.
Este sensor estará en exclusiva en los Z5 durante unos meses, probablemente el año que viene veremos móviles de otros fabricantes con él. Las primeras sensaciones son buenas: enfoque rápido, poco ruido (se hicieron pruebas en interior) y una interfaz que debería ser diferente cuando llegue a las tiendas ya que de momento se estaba usando la aplicación de la cámara del Z3. Esta actualización, según Sony, debería llegar en noviembre.
...Y la misma duda
Las primeras sensaciones con el Z5 Compact no podían ser mejores. Una vez más, Sony hace las cosas bien al ofrecer lo mejor de su buque insignia en un cuerpo más pequeño. Hacer más sencillo el diseño (a pesar del grosor extra) y añadir funciones como el sensor de huellas le dan mucho valor.
Por supuesto, quedan dudas por resolver como la autonomía de la batería o la calidad del software de procesado de la cámara. Sobre el primero no se tiene muchas dudas, el año pasado lo hizo muy bien con el Z3 y este año debería rozar un nivel parecido o mejor. Con la segunda hay una ligera desconfianza ya que Sony ha demostrado hacer muy buenos sensores pero no termina de afinar en la otra pata de la fotografía.
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