Por fin tenemos el segundo gama alta de Samsung para este año, el Samsung Galaxy Note 9. Y aunque estamos ante un terminal estupendo la verdad es que no contrasta mucho con lo presentado el año pasado. Las innovaciones parecen insuficientes para uno de los terminales estrella de la marca.
Estamos ante un dilema que muchas veces se presenta a los fabricantes. ¿Es necesario renovar con fecha fija los productos si no se puede crear un producto realmente rompedor? Los fabricantes de móviles están llegando a este punto, pero siguen insistiendo en presentar terminales cada año.
Las evoluciones del Note 9
Realmente el Samsung Galaxy Note 9 es una evolución, y no una gran revolución o innovación, del Note 8. Un terminal muy similar en cuanto a diseño, especificaciones y funcionalidades. Es más, quizá este modelo debería haberse llamado Note 8S en lugar de Note 9, aunque entiendo que eso le quitaría protagonismo al terminal justo cuando Samsung está estancado en ventas.
Lo cierto es que nos encontramos ante un terminal que ha crecido un poco en pantalla, tiene mejor procesador y cámara, y ha tenido alguna funcionalidad nueva en el S-Pen, pero poco más. El diseño es continuista, el sensor de huellas sigue en la parte trasera y no hay grandes novedades software.
Esto es especialmente grave en un terminal que siempre ha destacado por innovar fuertemente (fue el primero con una diagonal grande, el primero con un stylus, el primero con curvas...). Y en cambio llevamos ya tres años sin muchos cambios.
Lo que le sigue faltando al Note 9
Ya lo dije el año pasado y lo sigo manteniendo este. A Samsung le faltan agallas para hacer lo que hacía en el pasado con la gama Note. Podría haber innovado introduciendo el sensor de huellas debajo de la pantalla, moviendo la cámara frontal a una pieza móvil o intentar reducirla para que los marcos sean aún más pequeños o incluso retirar el sensor de huellas directamente, tal y como hizo Apple con el iPhone X.
Pero es que el Note ha pasado de ser una gama para frikis a ser un super-ventas. Y con las ventas no se juega, parece ser. Samsung saca dos gamas altas al año, que le proporcionan grandes beneficios por los márgenes altos: la gama S y la gama Note. Y no se atreve a innovar de forma arriesgada como en el pasado. ¿Quizá por miedo a repetir los problemas del Note 7?
Samsung tiene un problema
Y es que la división de móviles de Samsung se ha vuelto muy continuista. El Note 9 se parece mucho al Note 8, el Galaxy S9 se parece mucho al Galaxy S8. Y las ventas llevan estancadas unos años, desde el gran salto que supuso el S6 frente al S5. De hecho las estimaciones de ventas para este año del S9 son bajas, más bajas que las del S8.
Ya ha llovido desde que Samsung se atrevió a innovar metiendo materiales de calidad en su gama alta, decidió apostar por las curvas, subir las diagonales. Ha hecho cosas bien, como no copiar el notch, esa moda pasajera que solo tiene sentido si llevas los marcos al mínimo como hace Apple y el resto imita muy mal. Y sigue sacando terminales muy potentes. Pero ha perdido la frescura.
De hecho Samsung hace tiempo que dejó de innovar en la gama media, una zona muy saturada pero donde solía experimentar con nuevos materiales, acabados e incluso cosas raras, como móviles con proyector integrado.
La nueva realidad es que los móviles de Samsung se han estancado. Samsung lanza móviles buenos pero sin grandes innovaciones, y esto unido a la competencia cada vez es mayor en todos los frentes (desde marcas muy potentes como Huawei, como otras más pequeñas pero con gran éxito como Xiaomi) hace que las ventas no crezcan. El efecto wow que logró cuando dio un salto de calidad con el S6 y cuando introdujo las pantallas curvadas se ha difuminado ya.
Quizá lo que debería hacer Samsung es reconocer que el ciclo de renovación anual no le permite sacar terminales muy diferenciados e irse a los 18 meses, buscando novedades que atraigan a los clientes. O que experimente con otro tipo de terminales y luego traiga las novedades a la gama alta cuando funcionen. De lo contrario va a ser muy difícil diferenciarse de la competencia.
¿Falta de innovación o Samsung se guarda todo para el S10?
Ante la bajada de ventas del Samsung Galaxy S9 ya han empezado a aparecer rumores, quizá filtrados por la propia compañía, de que Samsung se está reservando para el décimo aniversario todas las innovaciones que los fans esperan.
Por tanto el Samsung Galaxy S10 será un terminal con cambios muy radicales, donde esperan convencer de nuevo al mercado que Samsung fabrica móviles que no tienen comparación en el ecosistema Android.
Los rumores son principalmente que habrá dos tamaños, y que además estos crecerán mucho, tanto que incluso la gama Note se queda pequeña. 6,44 pulgadas para la pantalla del S10 Plus, que además contará con sensor de huellas ultrasónico debajo de la pantalla. El modelo que no es plus contará con lector de huellas lateral en lugar de trasero.
Pero no solo esto, al igual que Apple lanzó un teléfono especial por el décimo aniversario, Samsung haría lo propio, con un Samsung Galaxy X. Y este terminal podrá doblarse por la mitad, usando la tecnología de pantallas flexibles que hasta ahora solo han sido experimentos sin mucho éxito.
Si todo esto es cierto Samsung no habría frenado su senda innovadora, como parece que sucede ahora mismo. Pero sigo pensando lo mismo: si tiene que sacar durante tres años terminales continuistas para lanzar algo realmente rompedor, quizá lo que debería hacer es parar de una vez el ciclo de renovación anual y centrar los esfuerzos en estas grandes innovaciones a costa de lanzar menos terminales.
En Xataka Android | Samsung Galaxy Note 9: la gama Note vuelve con más pantalla, memoria y un nuevo S Pen con bluetooth
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