Primero digo "Samsung Galaxy Note 7". Y ahora, suelten sus memes. Quién más y quién menos recuerda la cantidad de chistes que se hicieron de este polémico smartphone lanzado en 2016 y que tuvo que ser retirado tras varias explosiones a costa de una batería defectuosa. Sin embargo, tanto para víctimas como para la propia Samsung, no fue precisamente una historia agradable.
Mucho ha llovido desde entonces y, por fortuna, no se han vuelto a dar casos similares y menos aún de forma tan masiva, pero en la memoria colectiva ha quedado bien marcado. Repasamos a continuación todos lo que ocurrió con esta ya mítico smartphone. Un dispositivo que, quizás no sabías, volvió incluso a salir al mercado un año después de lo sucedido.
Un lanzamiento aparentemente normal
El 2016 de Samsung comenzaba con el lanzamiento de los Samsung Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge. Los teléfonos 'S' del año recibieron muy buenas críticas. Igual se esperaba del Galaxy Note 7 cuando se presentó, debiendo ser el Samsung con stylus más maduro hasta la fecha.
Y lo cierto es que las primerísimas impresiones de este dispositivo eran buenas. No en vano, contaba con muy buenos componentes sobre el papel. Panel Super AMOLED de 5,7 pulgadas, Exynos 8990, doble cámara de 12 y 5 megapíxeles y batería de 3.500 mAh. Una muy buena capacidad para la época. ¿O tal vez no?
Empieza la crisis y se ofrecen remplazos del terminal
No, no había dudas sobre el papel. La batería de los Galaxy Note 7 apuntaban alto. Sin embargo, fue este componente el causante de los primeros problemas. Con las primeras unidades en el mercado desde hacía muy pocos días, se comenzaron a reportar problemas relacionados con la batería y que obligaban a Samsung a retrasar su lanzamiento en varios territorios.
Las redes sociales y foros comenzaron a llenarse de comentarios, imágenes y vídeos de usuarios que mostraban sus flamantes 'Note 7' incendiados. En el menor de los casos, 'solo' salía humo, lo cual no restaba importancia a un problema que poco a poco iba cobrando más relevancia entre la opinión pública.
En esta tesitura, Samsung se vio obligada a torear la crisis retirando de la venta los Note 7 y ofreciendo reemplazos a todos aquellos que se viesen afectados. Eso sí, Samsung solo había recibido 35 reclamaciones al respecto o al menos así rezaba su comunicado.
Y aunque puedan parecer pocas reclamaciones en comparación con las millones de unidades vendidas hasta entonces, lo cierto es que parecía un problema demasiado grave como para tratarlo de caso aislado. No obstante, las investigaciones de la compañía inicialmente apuntaban a que se trataba de un único lote y de ahí que se ofrecieran recambios por dispositivos que habían sido fabricados en siguientes tandas.
Los problemas no cesan y los Note 7 acaban retirándose definitivamente
Lejos de cesar los problemas con las unidades de reemplazo, los Galaxy Note 7 seguían dando quebraderos de cabeza. Por suerte, nunca llegó a mayores, pero estuvo a punto de crear un serio problema en un vuelo cuando, todavía sin haber embarcado, hubo que evacuar un avión a causa de un Note 7 echando humo.
Este y otros sucesos adelantaron un final que ya muchos preveían y es que Samsung retiraba definitivamente todas las unidades de los Galaxy Note 7. Ni nuevos lotes de fabricación, ni reparaciones, ni reemplazos. La compañía cortó por lo sano y esta serie pasó a una mejor vida de forma (casi) definitiva. Y a los compradores, por supuesto, se les efectuó un reembolso completo.
Tras esto, y aunque ya se intuía que las baterías fueron el problema, conocer con el mayor grado de detalle el origen del problema era una obligación. Samsung comenzó entonces una investigación con la que tratarían no repetir en el futuro este problema.
Un caso muy sonado, pero a Samsung no les costó superarlo
Un caso como este levantó numerosos comentarios en todo tipo de foros sociales. Los chistes se escribían solos y la imagen de Samsung podría haber quedado sepultada para siempre. Torres más altas han caído y sin escándalos de por medio.
Sin embargo, un año después la compañía obtuvo unos ingresos de récord que demostraban que habían sabido salir del paso. Efectivamente, debieron llegar a lo más hondo de la cuestión y evitaron que en sus siguientes smartphones apareciesen un mínimo atisbo de algo similar a lo vivido con los Note 7.
A principios de 2017 se presentaron los Samsung Galaxy S8 y S8+ como representantes de una nueva era de smartphones de la marca abrazando el diseño todo pantalla. Ya en septiembre de ese año, conocimos el Samsung Galaxy Note 8.
Aquel dispositivo demostraba la inmediata continuidad de la gama 'Note', siguiendo algunos patrones continuistas respecto a lo que debía haber sido un 'Note 7' en condiciones y con factor forma heredado de los 'S8'. Samsung no se rendía con esta gama y el mercado, lejos de temer, reaccionó de buena forma ante él. La ya desaparecida gama pudo con aquella crisis y solo dejó a un lado su existencia por la canibalización de la gama 'Ultra' de los 'S'.
El Galaxy Note 7 volvió un año después como 'Fan Edition'
En un apartado anterior hablábamos de la casi desaparición del Note 7. Y ese "casi" hace referencia a una continuidad que acabó obteniendo este dispositivo cuando un año después (2017) fue relanzado, aunque con problemas solventados. Se le llamó Samsung Galaxy Note 7 Fan Edition.
Su disponibilidad estuvo algo limitada y es que fue más un gesto por parte de Samsung para demostrar haber superado aquella crisis que un lanzamiento al uso. Tanto por dentro como por fuera era un 99% idéntico al 'Note 7' original. Sin embargo, ese 1% diferencial era la clave de todo y es que por cuestiones de seguridad se redujo a 3.200 mAh la capacidad de batería y se añadieron sistemas de verificación que evitasen que volviesen a vivirse episodios similares a los vividos el año anterior.
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