Agosto sigue sin dar tregua con los lanzamientos. Recordad que la semana que viene conoceremos el Samsung Galaxy Note 5 pero antes de que los coreanos presenten su nuevo phablet, parece que vamos a tener otro anuncio. No será un móvil ni tampoco un tablet. En efecto, será un procesador, concretamente el Snapdragon 820 de Qualcomm.
Este SoC no es ninguna sorpresa, sabemos qué ofrecerá e incluso ya comienza a sonar como el procesador de algunos dispositivos móviles futuros. A pesar de conocerlo, no se ha presentado todavía como tal y según los últimos rumores podría ser oficial el próximo 11 de agosto, aunque todavía no conoceremos los primeros dispositivos que lo lleven.
¿Qué podemos esperar del Snapdragon 820? Lo primero y más importante para Qualcomm es solucionar los problemas de rendimiento del anterior 810 así como las altas temperaturas que alcanzaba el SoC. Por otro lado, será interesante ver si esta vez usan núcleos Kryo en vez de Cortex de ARM.
Sobre la GPU se especula que podría montar un Adreno 530 y el módulo de memoria sería LPDRR4, un paso que también daría MediaTek si los últimos rumores que han salido a la luz son ciertos. El resto de especificaciones que se comentan son interesantes: decodificación de vídeo 4K a 60fps, codificación 4k a 30 fps y LTE categoría 10. ¿El tamaño? 14 o 16 nanómetros.
Esto se traduce en algunos datos: 40% más de potencia gráfica con la nueva Adreno y un 35% más de rendimiento en comparación con el Snapdragon 810. Veremos cómo queda todo eso cuando llegue a un dispositivo final.
Veremos si con el lanzamiento oficial del 820 algún fabricante se anima a lanzar algún dispositivo con este SoC. Hay rumores que hablan sobre Sony y HTC como los primeros pero puede que lo veamos también en el nuevo Nexus. En cualquier caso, aunque la presentación de este nuevo procesador sería una gran noticia, Qualcomm tiene otros problemas más importantes a día de hoy.
2015 no ha sido un buen año para Qualcomm
Probablemente Qualcomm no cierre este año brindando por los buenos resultados conseguidos y prefiera mirar al futuro. No han salido las cosas del todo bien: sus procesadores más potentes para 2015 han ofrecido un rendimiento pobre y la competencia ha apretado mucho, tanto que ahora la elección de un SoC para los fabricantes es más difícil.
Todo comenzó con el Snapdragon 810 y los primeros móviles que llegaron como el HTC One M9: rendimiento discutible, temperaturas muy altas y un consumo de energía muy alto. Más tarde, sacaron una segunda edición con estos fallos resueltos y cuando aterricen veremos si los OnePlus 2 y compañía demuestran que Qualcomm ha aprendido de los errores.
Luego tenemos el caso del Snapdragon 615, un chip que prometía ser el referente de la gama media y lo ha conseguido: todo buen smartphone de gama media de 2015 lo llevan. Sin embargo, el rendimiento es algo irregular y los usuarios que tienen móvil con este SoC y pantalla Full HD se quejan de ciertas ralentizaciones, problema que no aparece en HD 720p. Suena a problemas de renderizado.
Por otro lado, Qualcomm este año no ha vuelto a saber acercarse a la gama de entrada. El Snapdragon 410 está bien y la renovación de la serie 200 es quizá el paso adelante más sustancial. Sin embargo, ahí MediaTek, RockChip y Marvell aprietan mucho con el precio y unos rendimientos más que suficientes para dispositivos asequibles.
A todo esto, además, hay que sumarle el resurgir de Samsung como fabricante de procesadores. Este año nos ha sorprendido a todos con el rendimiento del Galaxy S6. Los coreanos, además, apuntan a expandir su negocio y vender chips Exynos a otros fabricantes. Con las ventas de los móviles bajando, sería una buena forma de hacer dinero, aunque luzcan menos.
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