No es tanto el hardware, sino el software
Algunos prefieren los móviles grandes, otros los pequeños, los de gama alta, quienes miran exhaustivamente puntuaciones de benchmarks o se estudian la hoja de especificaciones como si fuera a entrar en el examen. Yo me fijo más en el software, y en cuanto tiempo estarán garantizadas sus actualizaciones.
El hardware de un móvil es obviamente importante, pero a la hora de la verdad vamos a interactuar con el software. Es por ello que prefiero asegurarme de que mi nuevo móvil va a tener actualizaciones para rato y que su sistema no solo funciona bien, sino que tiene funciones añadidas interesantes.
Dame un móvil normal, por favor...
Hardware y software van estrechamente de la mano. Un móvil con el último hardware puede ser insufrible con una mala capa de Android. De igual modo, un móvil que va justísimo en especificaciones va a ser bastante incómodo de usar aunque optimices su software al máximo. Google lo sabe y de ahí que directamente se rindiera al lanzar Android Go.
Es por esto que cuando busco un nuevo móvil, apunto al término medio en especificaciones, aquellas suficientes hoy en día para la gran mayoría de las personas. Hace unos años esto suponía poner el límite en los 200 euros, pero finalmente decidí subir el presupuesto a los 300 euros para poder aspirar a una gama media menos justa, que tarde un poco más en empezar a renquear.
Aparta de eso, no tengo muchos más requisitos de hardware escritos en piedra, y si me preguntas ahora mismo los megapíxeles de la cámara de mi móvil, ni siquiera me acuerdo sin antes consultarlo. Claro está, antes de pasar por caja me miraré con detenimiento todo lo que tiene y no tiene el móvil, pero hay una cosa que miro antes de empezar a comparar procesadores, pantallas o megapíxeles, el Android que lleva dentro.
... pero que se actualice por varios años
Lo primero que miro al comprar un nuevo móvil es su software, el que lleva y el que llevará. La versión de Android que lleva instalada, su capa, y hasta cuándo va a seguir actualizándose el móvil. Es decir, los años de actualizaciones de Android.
Hace unos años esto era irrelevante pues los móviles se actualizaban un par de veces -con suerte- y se acabó, pero por suerte últimamente los fabricantes se han dado cuenta de que pueden atraer a los usuarios con una política de actualizaciones extendida, más allá de esos dos años de rigor.
Google va en cabeza con siete años de actualizaciones, seguido de Samsung y otras muchas marcas han anunciado que actualizarán algunos de sus móviles durante al menos tres años. Si la Unión Europea se sale con la suya, todos deberán ofrecer tres años de actualizaciones de Android y cinco del sistema. El panorama de cuántos años de actualizaciones promete cada abricante ha mejorado mucho en los últimos años, afortunadamente.
No es sólo Android, es también por la capa
No es una obsesión. La realidad es que tener la última versión de Android es cada vez menos importante pues el sistema se actualiza por muchos frentes distintos y Google se está acostumbrando a portar novedades importantes a versiones anteriores. Entonces, ¿por qué este interés con las actualizaciones?
Como usuario normal, me importaría bastante poco tener la última versión de Android o no (mi móvil no actualizará más allá de Android 14, así que pronto estará oficialmente desfasado), aunque al escribir de tecnología necesito estar algo más a la última que el usuario de a pie. Además, las nuevas versiones de Android vienen con un reducido número de novedades que a veces no terminan llegando a nuestros móviles si no son de Google o vivimos en Estados Unidos. Que tire la primera piedra quien actualizó su Android y no se decepcionó de que todo parecía igual.
Más importante me parecen las actualizaciones cuando hablamos de capas de personalización. En las capas de personalización, los fabricantes usan todo su ingenio para incluir nuevas funciones y estas sí terminan sumando en sucesivas actualizaciones. Al menos, a veces.
Tener un móvil que se actualizará durante unos cuantos años me garantiza que el fabricante seguirá lanzando nuevas versiones de su capa, con nuevas aplicaciones, utilidades y a veces un nuevo diseño que le dará un toque de aire fresco al móvil.
No nos olvidemos de la seguridad y vida útil
Los fabricantes de móviles tienen políticas de actualización de la versión de Android y los parches de seguridad que van por separado, pero están relacionadas. Los móviles recibirán actualizaciones de seguridad al menos mientras reciban actualizaciones del sistema, de modo que cuanto más largo sea el soporte, más tiempo estará seguro el móvil.
Este refresco de la seguridad y en ocasiones de las funciones y el aspecto por supuesto ayuda a alargar la vida útil del móvil, que en mi caso espero que sea de por lo menos dos o tres años, antes de buscar un nuevo móvil principal.
Al cambiar de móvil, mi nuevo banco de pruebas
Hablando de vida útil, en mi caso particular la vida útil de un móvil no termina cuando cambio a otro, sino que el móvil anterior se convierte en el móvil de pruebas. Me interesa por tanto que se mantenga moderadamente actualizado para poder seguir usándolo en pruebas en diversas aplicaciones y servicios, además de que no sea insufrible de usar si algún día necesito hacer una captura de pantalla en él.
Esto en el pasado he logrado estirarlo por medio de Custom Recovery, custom ROMs, Magisk y compañía, pero si el móvil se actualiza por si mismo en lugar de tener que perder una o varias tardes en actualizarlo extraoficialmente, pues tanto mejor.
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