OnePlus ha confirmado hoy los rumores que llevaban sonando casi dos meses, su buque insignia irá acompañado este año de un modelo con un perfil más discreto: OnePlus X. Un terminal de gama media con el que, una vez más, el fabricante chino quiere ser un “killer” para la competencia.
Su apuesta se fundamenta en un hardware que hace un año era gama alta y hoy tiene potencia suficiente para destacar por encima de muchos gama media. Su principal baza es el precio: agresivo, dispuesto a arañar ventas a la competencia pero no es la única. Quieren ir a un mercado muy determinado, al de terminales pequeños, potentes y con un buen acabado.
El “killer” de la gama media
Snapdragon 801 no supuso un gran avance para Qualcomm en 2014 pero gracias a él, entre otros, pudimos atisbar la llegada de los 3GB de RAM que sirvieron para darle más margen a la multitarea de Android. No ha envejecido mal y la mejor prueba de ello es que es un procesador que despunta en la gama media más exigente.
El hardware del OnePlus X no necesita más presentaciones: en Xataka lo hemos visto a fondo y hace un rato en Android lo hemos comparado con otros terminales. Sobre el papel transmite seguridad, nada pretencioso pero con la confianza de que nos llevaremos un móvil potente y que cumpla.
Si OnePlus se planteó con el One y el Two crear flagship killers, como ellos mismo lo denominaban, este X se podría considerar un asesino de la gama media. Su precio de derribo, 269 euros, se lo va a poner muy difícil a terminales como el M4 de Sony, el A5 de Samsung, el A9 de HTC o el Moto X Play de Motorola.
El único que le puede hacer frente es el Xiaomi Mi4C que por 260 euros en algunas tiendas online ofrece mejores números en algunas especificaciones. El problema está en la garantía: OnePlus ofrece dos años a través de su tienda oficial. Xiaomi solo 1, con la obligación además de enviarlo a China.
En material se agradece que no hayan apostado por el clásico policarbonato de batalla, aquel que sin feo tampoco atrae, a pesar de ser el más práctico. El marco de aluminio le da un plus y no sube el precio. Algo de agradecer porque los pocos gama media que apuestan por componentes más nobles tienen un precio más elevado.
Apuestan por un tamaño intermedio en la pantalla: cinco pulgadas, como la mayoría de sus competidores. Sorprende la elección del AMOLED, panel atractivo a la vista pero algo problemático con algunos elementos visuales. Hasta que no tengamos oportunidad de probarlo, es pronto para decir algo al respecto.
El paso de OnePlus a la gama media ha sido muy acertado: saltan a un territorio donde este año ha tenido muchísimos representantes. Los fabricantes saben que los tope de gama dan brillo a la marca pero el volumen de mercado se genera con dispositivos de un precio más comedido.
Su misión es difícil porque destacar aquí este año requiere diferenciar muy bien el producto. OnePlus tira de marca, pero para llegar a un público muy específico, no a la gran masa que va a la tienda a comprar un nuevo móvil. Eso lo saben, su meta es ambiciosa pero se han fijado límites, empezando por uno que cualquier aficionado a esta marca china conoce muy bien.
La cortapisa de siempre: las invitaciones
No podía fallar: si queremos hacernos con el OnePlus X, tendremos que pasar por su sistema de invitaciones. Este método creado por OnePlus para crear expectación y a la vez controlar las unidades que van produciendo ya empieza a cansar.
Es comprensible que un fabricante pequeño no quiera ahogarse si de repente su producto causa mucho interés pero que a estas alturas, con dos terminales muy bien recibidos en el mercado, sigan con esto da la sensación de que todavía no tienen dominado un sistema de producción y distribución eficiente.
OnePlus X tiene más de killer que su hermano mayor OnePlus 2. Buenas especificaciones, precio muy competitivo, calidad en los materiales… Hay algunas dudas que resolver todavía, como el desempeño de la batería y la cámara así como el ritmo de actualizaciones.
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