Puede parecer una tontería, pero cuando buscamos un nuevo móvil para comprar, nos encontramos con muchas opciones, y eso es precisamente un problema: modelos con cámaras mejores pero peor batería, otros con pantallas grandes pero cámaras más modestas... Es toda una odisea encontrar el modelo perfecto, pero para mí, hay un aspecto que valoro más que el resto y no aparece en las hojas de especificaciones.
Este aspecto es simplemente la durabilidad. Pero, ¿Cómo identificamos un teléfono duradero? Pues querido lector, hay varios apartados en los que debemos fijarnos. Voy a contarte todo lo que miro antes de adquirir un nuevo dispositivo.
Un móvil es duradero cuando el fabricante le otorga una larga vida en forma de actualizaciones
Sí, parecerá un poco obvio, pero las actualizaciones son una de mis obsesiones más intensas. Cuando un móvil recibe un largo soporte, este se asegura tener una vida útil mucho mayor. Las actualizaciones de software cambian todo tu dispositivo: añaden funciones, características, mejoran aspectos como la fotografía, el rendimiento y el consumo de batería.
En definitiva, son necesarias, y hoy más que nunca puesto que los terminales pueden salir al mercado con algunos defectos en el software. Por ejemplo, mi adorado Pocophone F1 se lanzó con problemas en la pantalla táctil. Afortunadamente la compañía se mantuvo trabajando durante meses. Además, también valoro al fabricante que se comunique directamente con los usuarios, como sucedió en el nacimiento de POCO.
Precisamente, este modelo me ha durado la friolera de cuatro años, y sigue funcionando a día de hoy bastante bien. Las actualizaciones que recibió mejoraron bastante el rendimiento, eso sí, debería cambiar su política de actualizaciones porque el móvil es capaz de correr Android 13 sin despeinarse y lleva abandonado desde Android 10. Se entiende que una marca con muchos modelos no pueda ofrecer un soporte demasiado extendido, aunque ahí esta Samsung haciendo las cosas muy bien.
El precio de los móviles no hace nada más que subir, y esto es un hecho más que evidente para reclamar a los fabricantes un mejor nivel de soporte poslanzamiento. Si pagamos cientos (incluso miles) de euros por un móvil, nos merecemos unas actualizaciones decentes.
Como amante de Android, me es imposible mudarme a la competencia, aunque en este sentido sería la mejor opción (casi caigo en varias ocasiones) puesto que los teléfonos de Apple llegan a actualizarse durante muchísimos años. Aunque Google ha solventado, en parte, el problema de la fragmentación, no solo pido actualizaciones de la base Android sino de la capa del fabricante, o simplemente parches de seguridad que me eviten infectar mi dispositivo. Un mal ejemplo de esto es la reciente Nothing, su Phone (1) aún no tiene Android 13 en versión estable, tan solo en beta.
Pero, no solo de actualizaciones se vive: el equilibrio es la clave
Cuando hablábamos de que un móvil es duradero también nos referíamos a otros apartados y características. No quiero el teléfono más potente para navegar, publicar en redes sociales o ver vídeos, pero sí un procesador y memorias eficientes. Por lo tanto, no me gastaría más dinero por tener el último Snapdragon o llevar 18 GB de RAM en el bolsillo, puesto que ya sé cuánta RAM necesito.
A las personas que me piden consejo siempre les propongo esto: compra un móvil lo suficientemente potente para que te dure unos años sin volverse lento, pero no hace falta elegir el más top. El equilibrio en todas las características es primordial, sin que necesariamente sobresalga alguna de estas.
¿Cuál es la tercera clave? Tras comentar los apartados de actualizaciones y potencia, el tercer apartado más importante para mí es la batería. Las actuales baterías de ion de litio están preparadas para soportar largas sesiones de uso, pero con el paso del tiempo se degradan, haciendo que nuestro dispositivo esté pegado al enchufe todo el día.
En este sentido, intento que los móviles que compre sean fácilmente desmontables. No soy para nada manitas, pero a los dos años, cuando el móvil está fuera del plazo de garantía, viene bien incorporarle una batería nueva. Así hice con el POCO anteriormente mencionado y otros móviles antes que este. Con un poco de cuidado, "estrenas" móvil a los dos años gastando muy poco.
Es cierto que es complicado seleccionar un modelo que se pueda abrir sin dañarlo. Quizá, con las medidas que la Unión Europea propone, pronto veamos móviles con baterías extraíbles. Sería todo un acierto. De igual manera, este organismo podría obligar a los fabricantes a extender el soporte y actualizaciones hasta los cinco años. Estas leyes formalizarían los dos apartados que hemos mencionado, haciendo más sencilla la tarea de encontrar un nuevo móvil, al menos para mí.
Sea como fuere, te recomiendo seguir estos consejos si no quieres desembolsar cientos de euros cada dos años. Por suerte, los smartphones cada vez duran más pues estamos en un momento en el que no hay innovaciones realmente rompedoras, más allá de los plegables.
Las mejoras de los últimos tiempos se ven frenadas, casi cualquier modelo de gama media ya es apto para el gran público. Nada de cámaras, ni el mejor procesador, ya sabes lo que debes mirar para amortizar tu gasto en un nuevo teléfono.
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