Con la adquisición de Motorola por parte de Google, y el cierre posterior de la filial española, muchos nos temíamos lo peor: que iba a ser difícil, sino imposible, volver a ver a una marca tan querida, su público tenía, como la norteamericana por aquí.
El renacer de la marca bajo las manos de Google nos dio el Moto X, para Estados Unidos. Un terminal poco ambicioso en especificaciones pero bastante completo en cuanto a rendimiento. Para sorpresa de muchos, Motorola volvió a España con un nuevo terminal bajo el brazo: el Moto G, que hoy analizamos a fondo en Xataka Android.
Especificaciones técnicas
Moto G | |
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Pantalla | LCD IPS de 4,5 pulgadas |
Resolución | 720x1280 píxeles, 326ppp |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 400 1,2Hz 4 núcleos |
Procesador gráfico | Adreno 305 |
RAM | 1 GB RAM |
Memoria | 8GB (5 libres) / 16GB, sin posibilidad de ampliar por microSD |
Versión S.O. | Android 4.3, actualizable a 4.4 |
Conectividad | Wireless 802.11a/b/g/n, Bluetooth 4.0 LE, HSPA+ |
Cámaras | Trasera: 5 MP / Frontal: 1,3 MP |
Dimensiones | 129.9 x 65.9 x 11.6 mm |
Peso | 143 gramos |
Precio oficial de salida | 179 (8GB) / 199 (16GB) euros |
Motorola, y Google por extensión, de momento han dado un mensaje muy claro: las claves de esta marca ahora mismo no pasan por tener las especificaciones más punteras, como tenía en su día por ejemplo los Droids que fabricaba para Verizon. Todo pasa por la personalización, y por ofrecer un buen rendimiento con especificaciones algo más modestas.
No se puede decir que el Moto G sea el terminal más avanzando del mundo, pero tampoco se pueden despreciar sus especificaciones técnicas. Un Qualcomm Snapdragon 400 viene a demostrar que puede ofrecer un rendimiento mucho mejor que el de otros cuatro núcleos de fabricantes como MediaTek o Rockchip.
Lo más cuestionable, si vamos punto por punto, es su memoria interna. 8GB son insuficientes si no hay posibilidad, como es el caso, de ampliarla a través de tarjetas micro SD. 16GB es un buen punto de partida para muchos pero para otros, sigue sabiendo a poco.
El resto de especificaciones son correctas, del montón. Sin excesos de ningún tipo y con pocas carencias como la ya mencionada. Un terminal redondee donde el precio es uno más, que no el único, de sus atractivos. Ahora pasemos de los datos a los hechos.
Diseño
La parte frontal del terminal, es un ejemplo más del que ha sido el arquetipo que ha dominado la construcción de smartphones en los últimos años: negro, esquinas ligeramente redondeadas y ningún elemento diferenciador que nos haga pensar que estamos ante un terminal de Motorola.
Todo cambia cuando le damos la vuelta. Nos encontramos una carcasa ligeramente curva que hace que el agarre del terminal sea realmente cómodo. Un tamaño perfecto para tenerlo en la mano. Agradable al tacto y con un remate en el diseño muy de Motorola: su logo hundido en un círculo convexo para apoyar el dedo cuando lo estamos cogiendo.
Sencillo pero muy efectivo. Es además este elemento el que ofrece el color y la personalidad de este terminal. Gracias a las carcazas intercambiables, las oficiales claro, podemos darle un toque de color y que nuestro Motorola, a falta de un Moto Maker en España, sea único.
Por defecto encontraremos una carcasa negra con el teléfono, pero de forma adicional podemos comprar unas cuantas más para configurar un espectro de color con bastantes opciones.
Es un smartphone bien construido, sólido y con los botones consistentes. Es algo pesado en relación con el tamaño, sus 141 gramos no molestan en mano pero en comparación con otros terminales más grandes y ligeros, véase el Nexus 5 por ejemplo, se nota.
En el día a día, este aspecto no se vuelve molesto en ningún momento. Es algo con lo que se puede vivir perfectamente y en ningún momento le penaliza. Podría ser más ligero, quizás, pero no supone un inconveniente.
Resumiendo, un diseño sencillo pero muy funcional donde la personalización en la carcasa aporta la nota de color a un smartphone que pasaría de forma bastante discreta de lo contrario.
Pantalla
El 2013 ha sido el año en el que la resolución Full HD ha llegado a los smartphones Android. Se ha convertido casi en una obsesión y una obligación para todo smartphone de gama alta. Resulta difícil justificar en 2014 pantallas 2K en el mismo tamaño.
Es cierto que cuando pruebas una pantalla en resolución Full HD, cuesta atrás volver al 720p. Esto es relativo, porque siempre dependerá del tamaño de pantalla. En el caso del Moto G, con sus 4,5 pulgadas, la combinación de ambas cifras es excelente.
Motorola no ha optado por coger el TFT ramplón que domina la gama media de Android. Ha decidido cuidar bien este apartado y montarle un panel IPS LCD que nos deja una densidad por encima de los 300 píxeles por pulgada. Más no se le puede pedir al pequeño Moto G.
La nitidez de la pantalla es excelente y no se aprecian los píxeles en las tipografías. Anima a ver fotos y vídeos sin tener que pelearnos por notar los puntos sobre la pantalla. El ángulo de visión es casi completo y la respuesta táctil es excelente. No hemos notado desviaciones hacia ciertos colores durante las pruebas.
Motorola ha sabido encontrar un punto intermedio perfecto entre la mediocridad de las pantallas TFT y las pantallas Full HD con tecnologías fastuosas. Lo hace justificando con muchos argumentos que no necesita paneles con tantos píxeles, que el 720p puede ser una opción muy viable si la calidad del panel es buena y gira alrededor de ese tamaño. Con más pulgadas, quizá necesitaría un poco más.
Software
Con Google detrás, era difícil pensar que Motorola fuera a optar por introducir un montón de aplicaciones y elementos visuales por encima de un Android 4.3 de base que ya se está empezando a actualizar, antes de lo previsto, a Android 4.4 KitKat.
Así ha sido, por definirlo de forma rápida: estamos ante una versión de Android puro más Google Apps, un par de aplicaciones propias de Motorola y unas cuantas modificaciones poco visibles por detrás, como un sistema de ahorro de energía cuando nos queda poca batería.
Las dos aplicaciones que incorpora Motorola aportan bastante valor a pesar de su sencillez. Por un lado, una app para transferir archivos de un móvil a otro y facilitar la migración, algo bastante útil para quien no esté acostumbrado a cambiar de móvil cada dos por tres.
Por otro, Assist. Una aplicación que nos permite configurar nuestro móvil en dos perfiles: uno cuando estamos de reunión (lee la información de nuestro calendario) y otro cuando estamos durmiendo. En ambos casos el objetivo es el mismo: silenciar el móvil para que no nos molesten durante ese rato, salvo excepciones como que la persona nos llame varias veces en un lapso de cinco minutos, etc.
Poco más, en exclusiva, ofrece una versión de Android donde se agradece que no hayan tomado la decisión de añadirle elementos superfluos. Los 50GB que regalan con Google Drive, en exclusiva con el Moto G, se agradecen pero siguen sin justificar la poca capacidad de almacenamiento y la imposibilidad de ampliar con tarjetas micro SD.
Rendimiento y autonomía
Si cuando hablábamos de las especificaciones mencionábamos que nada despuntaba en especial, en el nivel de rendimiento se nota que el terminal es potente. Sin alcanzar los niveles de los hermanos mayores del SoC, Snapdragon 600 y 800, pero comportándose a la perfección.
Empecemos con los datos del benchmark:
Motorola G, RENDIMIENTO | |
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AnTuTu | 16.978 puntos |
Quadrant | 7.329 puntos |
Vellamo | HTML 5: 1.898 puntos Metal: 503 puntos |
3DMark | Ice Storm (720p): 5.403 |
Epic Citadel | High performance: 57,2 FPS @ 1.200 X 720 |
BenchmarkPI | 381 milisegundos |
Cifras destacables pero que, como es normal, andan lejos de los terminales punteros. Tampoco hay que dejarse llevar por las cifras: el Moto G va fluido y en el tiempo que lo he estado utilizando, siempre como teléfono principal, no he tenido ningún problema.
Puede con aplicaciones de todo tipo y la hora de ver vídeo a su resolución o lidiando con juegos 3D no tendrá dificultades. A nivel de rendimiento no se le puede achacar nada al terminal, por encima de todos los gama media de este año, esto es una señal para muchos fabricantes de esta gama.
En la batería nos encontramos con 2.070 mAh, cifra que se traduce en un día sin darle un uso excesivo. A poco que estemos encendiendo y apagando la pantalla se nos irá bastante pronto. La capacidad es correcta, pero se echa de menos un poco más, algo que se intenta justificar desde el modo de ahorro de energía que se incluye en el software.
Cámara
Toca abordar el que es, sin duda, el apartado más flojo del Moto G: la cámara de fotos. Este apartado ha sido otro de los pivotes de la gama alta en Android, pero esta importancia no se ha traducido en los escalones más bajos.
Tenemos cinco megapíxeles, que a efectos prácticos son tan buenos, o malos según se quiera ver, como los 8 megapíxeles que otros terminales ofrecen. Hace fotos correctas si hay mucha luz, pero en ningún momento es un dispositivo con el que queremos estar usando la cámara cada dos por tres.
El enfoque es lento, especialmente cuando hay poca luz. No hablamos de un retardo mínimo, es lo bastante largo como para llegar a ser frustrante. Es cierto que por ese precio poco más se le puede pedir pero al César lo que es del César, para lo bueno y para lo malo.
5 megapíxeles. Bien en la gama media pero insuficientes para un terminal que apunta más alto en otros apartados. Lenta en el enfoque, no es especialmente nítida pero para fotos puntuales sirve.
No anima mucho a usar la cámara más que para tres o cuatro fotos que hagamos de vez en cuando. No es un apartado que luzca de ningún modo.
Conclusiones
Moto G viene con un par de lecturas muy interesantes. De cara a los consumidores, se trata de un terminal potente y de referencia de cara a la gama media. A día de hoy, en prestaciones, resulta imposible encontrar un terminal por mejor precio, a pesar de sus defectos.
No es el típico móvil de menos de 200 euros que sólo sirve para Whatsapp, redes sociales y algún que otro juego no especialmente exigente. Cumple con todo eso y ofrece mucho más, además parece que el ritmo de actualizaciones será bueno.
Tiene sus carencias: como la memoria interna y una cámara de fotos que cumple a duras penas, pero la sensación final es que es un terminal excelente en esta línea de precio; que acabará variando, pero de salida pocos le llegan a la altura.
Otra lectura de este terminal es un mensaje muy claro que deja a la competencia. Ojo fabricantes: ya no vale colocar terminales con especificaciones mediocres tirando del diseño de los tope de gama y los nombres comerciales de éstos. Hay compañías dispuestas a ofrecer más al mismo precio.
En este sentido, espero personalmente que el Moto G sirva también para animar a los fabricantes que se han acomodado en la gama media con terminales poco exigentes pero que venden bien a que lancen mejores smartphones en el 2014.
7.7
A favor
- Rendimiento excelente
- Gran pantalla que da prestigio a los 720p
- El software añadido da mucho valor
- Relación calidad precio imbatible
En contra
- La cámara es muy mejorable
- La autonomía es limitada
- Es pesado, aunque cómodo
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