La batería del móvil es un componente más y, como tal, tiene una vida útil determinada. El motivo es que dentro de ella ocurre una reacción química llamada reducción-oxidación que, básicamente, es una forma técnica de llamar al proceso de carga y descarga. A la larga, este proceso hace que la batería se degrade, pierda capacidad y, por tanto, se reduzca la autonomía del móvil.
La degradación de las baterías de ión litio afecta a todos los smartphones y, además de perder autonomía, puede afectar al rendimiento, pero de momento ningún fabricante ha dado ningún detalle sobre la reducción de potencia. El problema es real y no importa lo que hagamos porque por el propio uso ocurrirá sí o sí. Ahora bien, podemos controlarlo y tomar algunas medidas para tener una batería con buena salud.
Lo que sabemos: a partir del primer año las baterías pierden capacidad
Cada vez que hacemos una carga de batería cuando está por debajo del 70% se inicia un ciclo. Es decir, si cargamos el móvil diariamente estamos haciendo alrededor de 360 ciclos año. Analistas especializados en las baterías de ión litio como Battery University elaboran informes donde explican cómo funciona la degradación.
Según sus estudios, a partir de la horquilla de 300 a 500 ciclos comienza a afectar al rendimiento de la batería y la energía se empieza a reducir. Dicho de otro modo: a partir del primer año de uso de un smartphone tendremos menos capacidad útil y por tanto tendremos que iniciar los ciclos de carga más rápido forzando el ritmo y como consecuencia final poder usar menos nuestro Android.
El estudio de Battery University es un buen punto de partida pero hay que tener en cuenta que, aunque casi todas las baterías son de ión de litio, cada una tiene capacidad diferente, la construcción puede variar y el uso del terminal puede variar mucho en función de cada persona. Por eso tomemos las cifras con una pizca de sal, es una buena guía de referencia pero tampoco es una verdad categórica.
Si hablamos del sistema operativo en sí, no hay información concluyente. Si bien Apple reconoció en su día que reducía el rendimiento de los iPhone cuando la batería perdía capacidad para mejorar la autonomía, abordar esta cuestión en Android es muy compleja, ya que cada fabricante cocina su propia versión del sistema operativo y los resultados pueden variar sustancialmente.
Sabemos mucho de la degradación de la batería, su efecto memoria y que no hay mucho que podamos hacer para evitar que con cada cientos de ciclos vayamos perdiendo capacidad y autonomía. Es algo que tenemos que aceptar, pero por fortuna existen maneras de controlarlo para que cuando llegue ya un punto en el que la batería dure tan poco, tomar cartas en el asunto.
Cómo controlar la degradación de la batería
Como hemos dicho, no hay manera de frenar la degradación de la batería en un Android. Lo que sí podemos hacer es un seguimiento de su pérdida de calidad. En realidad no hace falta estar todos los días encima de ello porque como hemos visto la degradación se va produciendo por escalones de varios cientos de ciclo. Es un problema, no es muy grave pero no hay que obsesionarse con ello.
En Google Play hay cientos de miles de aplicaciones que nos prometen mejorar la optimización de la batería pero nuestro consejo aquí es claro: evitadlas en la medida de lo posible porque la mayoría se quedan en ofrecer modos de ahorro de batería más agresivos, algo que ya viene incluido de serie en muchos smartphones. No perdáis el tiempo con ellas, no van a mejorar la calidad de tu batería.
Nuestra recomendación es utilizar la aplicación CPU Z: una herramienta que analiza el hardware de nuestro móvil y nos da detalles e información de los diferentes componentes, entre ellos la batería. En la pestaña de batería nos dará un escueto pero conciso informe sobre la salud de nuestro Android. No entra en detalles pero nos da la información justa y necesaria: si está o no en buen estado.
Para utilizarla bien y de manera eficaz, lo aconsejable es revisarla cada cierto tiempo, por ejemplo ponernos un recordatorio cada tres meses para comprobarlo. De esta manera podemos ir viendo la evolución gracias a la aplicación pero vosotros mismos iréis viendo con el paso del tiempo que la batería ya no da tanto de sí y que tendréis que cargarlo antes de lo habitual. Ahora bien, ¿qué opciones tenemos para solucionar la degradación?
Soluciones: reemplazar la batería o comprar un Android nuevo
Vamos primero con la segunda opción por ser la más obvia de todas. Si la batería ya empieza a fallar de forma considerable, es muy probable que tu terminal tenga ya un par de añitos. Si tienes oportunidad, y recursos, para poder cambiar tu Android, esta es una buena oportunidad para renovarlo. Recordad que estamos hablando de periodos de al menos dos años, no es para estar cambiándolo cada seis meses.
En dos años, o más, las cosas cambian mucho en Android por lo que no sólo te beneficiarías de una mayor y renovada autonomía sino que podrás mejorar tu cámara, tener un móvil más actualizado. Es la opción más fácil y obvia como hemos dicho. Si no sabes por dónde empezar, cada cierto tiempo publicamos guías de compra para recordaros cuáles son los mejores Android del momento.
Sustituir la batería a día de hoy es un poco más complicado que hace años. Entre 2010 y 2014 había muchos terminales que apostaban por batería extraíble, por lo cual era tan sencillo como comprar una nueva, quitar la vieja y a seguir funcionando. Con el paso de los años eso cambió y muchos fabricantes comenzaron a apostar por cuerpos sellados para ganar más espacio y ofrecernos materiales más nobles como el metal o el cristal.
Si nuestro caso es el de tener un móvil con el cuerpo sellado y no podéis acceder a la batería a través de una tapa, la mejor opción es ir al servicio técnico oficial de la compañía y pedir que nos cambien la batería por una nueva. Nos pasarán un presupuesto previo donde se incluye el coste de la instalación para saber cuánto nos costará.
Si sois más manitas, podéis revisaros las guías de iFixit para saber cómo se abre vuestro Android y hacer el cambio vosotros mismos. Sólo recomendamos esta vía si realmente se nos da bien trabajar con componentes electrónicos pequeños y sabemos lo que hacemos porque un mal movimiento nos puede inutilizar el terminal.
Por último tenemos la opción de ir a un servicio técnico no oficial que probablemente sepa lo que hace pero no nos da las garantías de uno respaldado por el fabricante. Sea la opción que elegís, intentad siempre usar baterías originales porque a veces las de terceros, por muy baratas que sean, no ofrecen la misma calidad y puede que incluso el proceso de degradación sea más rápido todavía.
La ilustración que encabeza el artículo es obra de Justin Pervorse.
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