¿Recordáis el Freedom 251, el teléfono que se va a poner a la venta en India libre por 251 rupias, menos de tres euros al cambio? Pues ya tenemos un par de líos con él suficientemente graves como para echar por tierra todo el proyecto.
La causa es esa mezcla explosiva perfecta entre exceso de éxito por una difusión en las redes espectacular que solo te da un producto fuera de lugar, como es este, y una organización pésima que trata de tapar sus propios errores con mentiras en lugar de confesar honestamente los problemas a los que se está enfrentando.
Un dato a tener en cuenta: 70 millones de peticiones en los primeros días.
Un Ikon 4s con las pegatinas cambiadas
Aunque suene a chiste, la realidad es que los primeros Freedom 251 que se han entregado a la prensa para analizar no era más que unidades Adcom Ikon 4s a las que habían tapado el logotipo delantero con pintura blanca y el trasero con una gigantesca bandera de India.
La explicación es que el smartphone de Ringing Bells va a ser parecido e incluso un peor que este modelo chino. Sin embargo, su precio de venta son unas 4.000 rupias. La web de noticias india IBN, asociada a CNN, ha investigado el precio de compra de los componentes del Ikon 4 y ha llegado a la suma de 2.546 rupias, que si bien son solo 35 euros son diez veces más que su precio de venta.
El presidente de la compañía ha explicado paso a paso cómo van a conseguir bajar el precio y mantener rentabilidad: mediante economías de escala y transmitiendo tanto el 13,8% de subvención pública como el beneficio que dejan las apps de su market hacia el ahorro del consumidor.
Conflicto con los compradores y con el gobierno indio
Funcione o no el modelo de negocio, el problema está en que lo que están distribuyendo ahora mismo no es lo que prometieron. De los 70 millones de peticiones solo han dado paso a las primeras 30.000, cuenta Gadgets 360, y esperan seguir aumentado la cifra hasta los 2,5 millones en los próximos días para materializar reservas. A esos ahora se les ha prometido un móvil real ensamblado en India con componentes extranjeros.
El asunto es algo más gordo que coger un teléfono de otra marca y revenderlo con una pegatina y un logo tapado, si ocurriera eso sería un mero conflicto entre empresas. El problema está en que ese precio de 3,5 euros al cambio se ha alcanzado gracias al apoyo y las subvenciones públicas.
Pero si el gobierno ha apoyado el proyecto es por dos motivos. Por una parte, como ya dijeron, para aumentar las posibilidades de desarrollo de la enorme masa de población rural empobrecida, de ahí que llegue con aplicaciones preinstaladas de agricultura, pesca, salud o limpieza. Pero por otra para fomentar la industria local, y eso no pasa por comprar un aparato en China y revenderlo en el resto del mundo.
De momento, un equipo del organismo regulador Bureau of Indian Standards ya ha abierto una investigación y se ha personado en sus oficinas de Noida. Cuentan desde Miscw que, primero, se han presentado porque está operando sin licencia de telecomunicaciones y, segundo, para saber cómo puede ser tan barato el producto.
El primer Freedom 251 indio llegará a finales de año
Ringing Bells ha dicho que ya ha empezado la importación de las piezas para seguir fabricando y que esas unidades sí serán ensambladas en India. Sin embargo, los primeros Freedom 251 indios tardarán entre seis y ocho meses en llegar porque aun no tienen las máquinas de fabricación de componentes.
No queda nada claro qué es lo que quieren comprar y qué es lo que quieren fabricar ellos porque si las economías de escala funcionan es precisamente por la especialización, así que de momento tendrán que acudir a los fabricantes de semiconductores, pantallas, baterías y chips encargados de abastecer al resto del planeta.
Aunque su as en la manga sigue siendo el volumen. Según IDN, pretenden copar el 30% del mercado del gigante asiático en tan solo un año vendiendo entre 250.000 y 300.000 unidades al mes, o más de 30 millones en su primer año. Con esas cifras, sí sería posible empezar a rentabilizar algunos equipamientos, instalaciones y mano de obra necesaria para convertirte en fabricante y no solo en ensamblador. Hay que recordar que Xiaomi fue el quinto del ranking mundial en 2015 con algo más de 60 millones de smartphones vendidos.
Unas cifras impresionantes cuando lo único que tienes son 30.000 clientes que podrían montarle un lío jurídico si al final no les mandan un Freedom 251 sino un Ikon 4S. Que todo el mundo esté alerta, esto no es un regalo.
Imágenes | IDN
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