Los taiwaneses de HTC se la jugaron a todo o nada en este 2013, y tras muchos meses consecutivos de batacazos en los resultados económicos enseñaron al mundo un dispositivo que sólo recibió halagos, el HTC One.
Sin embargo, la gama alta sólo sirve para ganarse el favor de la crítica, mientras que las ventas se las suelen llevar los dispositivos más económicos, guerra que librará la versión más pequeña del buque insignia de HTC, el HTC One mini, que hoy os analizamos aquí en Xataka Android.
HTC One mini, lo mejor de HTC llega a la gama media
Con buenas cartas juega HTC, de eso no hay duda, aunque las estrategias de una de las empresas pioneras en el mundo smartphone son un poco confusas desde hace mucho tiempo.
Con este HTC One mini se han mantenido las principales fuentes de atracción que tenía el HTC One, con un diseño y construcción impecable, aunque montando un hardware más modesto en un tamaño menor.
Así, se ha conseguido un dispositivo muy compensado, que contentará a los que busquen un hardware solvente en un tamaño que no se vaya a las 5 pulgadas en torno a las que se mueve la gama alta.
Aunque los clientes potenciales de este HTC One mini son aquellos que quieran un teléfono ligero, bien construido, con buenos materiales y con un diseño ergonómico e incontestable.
Diseño, materiales y acabados
Este apartado parece haber sido el gran foco de los fabricantes durante 2013, y aunque Sony y HTC han sido los que más han cuidado el diseño y construcción de sus terminales, la filosofía de unos y otros es muy diferente.
HTC ha apostado por convertir sus dispositivos en obras de ingeniería, con diseños unibody fabricados con aluminio anodizado; mientras Sony ha querido mantener sus líneas minimalistas, añadiendo cristal para mejorar el tacto y resistencia al agua.
El HTC One mini hereda el diseño de su hermano mayor, con un chasis construido de una sola pieza que tiene líneas bastante redondeadas, una trasera abombada para dar ergonomía al conjunto y una ligereza muy conseguida a pesar del acabado metálico.
En este caso, el tacto del aluminio lo encontraremos en la trasera y en las partes superior e inferior del frontal, pues todo el marco está realizado en plástico, material que rompe también la monotonía de la carcasa metálica trasera con dos líneas de unión.
No hay acceso a la batería, evidentemente, y tampoco existe puerto de memoria externa, aunque sí tendremos dos micrófonos para cancelación de ruido, un puerto MHL en el inferior, otro puerto audio jack estándar en la parte superior y la bahía SIM en el lateral izquierdo. Los botones de volumen están a su vez en la parte de arriba del lateral derecho, y el botón de encendido está en el marco superior.
En el frontal veremos el doble altavoz estéreo, bautizado como Bound Sound, los sensores habituales, la cámara para videoconferencias y una botonera táctil capacitiva bastante curiosa, pues cuenta con sólo dos botones además del logo de HTC, que no tiene función alguna en configuración de serie.
La pantalla domina este frontal, centrada en un cristal Gorilla Glass 2 con fondo negro que esconde la mayor pega del dispositivo, pues dicho fondo negro no es por entero la pantalla, que ocupa un espacio menor dejando unos marcos bastante grandes.
Es por esto que el tamaño del dispositivo es bastante grande para tener 4.3 pulgadas de diagonal de pantalla, y podemos decir que este apartado podría haberse mejorado. Quizás los altavoces estéreo hayan tenido algo que ver en este aspecto.
El HTC One mini tiene un diseño muy bueno que se convierte en una de sus mejores bazas, sobre todo en cuanto al tacto y a la robustez de la construcción.
En mano es un terminal agradable y que deja buenas sensaciones, su calidad de acabados está fuera de toda duda. Eso sí, en cuestión de gusto ya no podemos entrar, aunque a nosotros nos ha gustado mucho.
Pantalla
Para nosotros, y sin duda alguna, lo mejor de este HTC One mini es su pantalla: un panel de 4.3 pulgadas y resolución HD (1.280 x 720 píxeles) que está fabricado con tecnología SuperLCD3.
Son las pantallas mejor valoradas del mercado, ya lo eran las SuperLCD2 el año pasado, y es que su calidad compensa los excesos de saturación de SuperAMOLED y los efectos de pantalla lavada de las LED-backlight LCD con los ángulos de visión.
La resolución es suficiente, no cabe duda con más de 340 píxeles por pulgada de densidad, y la nitidez de los textos es muy clara, aunque no acaba de convencernos la tipografía elegida por HTC, menos legible que la Roboto original en pantallas de este tipo.
Los colores son vivos, pero muestran mucha naturalidad y para nada un exceso de saturación. Además, las tonalidades más problemáticas también aprueban con buena nota, pues el negro es profundo y el blanco hasta sorprende por brillantez.
En cuanto a visión en exteriores no hay queja alguna, aunque aquí quizás está muy a la par con la pantalla del Xperia Z, a la que supera ampliamente en ángulos de visión y en vistosidad de los colores, a pesar de que el dispositivo de Sony los muestre más fieles a la realidad.
La pantalla SuperLCD3 es la más compensada del mercado y no defrauda, es vistosa pero no satura como AMOLED, y tiene los colores naturales pero no se nubla con los ángulos. Es un híbrido entre las bondades de las LCD y las AMOLED, que elimina lo peor de cada una y hereda lo mejor aunque sin tantos alardes.
Hardware
Sin alardes en este aspecto, creemos que el HTC One mini cumple a la perfección con una plataforma de hardware suficiente, que está en consonancia con el resto de sus competidores y que además es de última generación, a pesar de no ser de gama alta.
El chipset que monta este dispositivo es el Qualcomm Snapdragon 400, con dos núcleos a 1.4 GHz y GPU Adreno 305. Es el procesador de gama media de Qualcomm para este 2013, y creemos que es suficiente para mover Android sin ningún problema ni flaqueza.
Aún así, no cabe tirar campanas al vuelo con el historial de HTC, y es que su excesiva personalización sobre Android requiere recursos que luego hacen imposible la actualización, a pesar de que la plataforma sí pueda perfectamente con las nuevas versiones de Android sin personalización.
El resto del hardware lo componen 1 GB de memoria RAM y 16 GB de almacenamiento interno, que desgraciadamente no es ampliable y que se ve reducido hasta los poco menos de 11 GB disponibles por la instalación del sistema operativo.
Como hemos dicho, hemos encontrado un terminal muy fluido y que es capaz de ejecutar juegos potentes sin problema alguno de flaqueza. No hay lags en el sistema operativo, ni al volver a escritorio desde aplicaciones ni en la multitarea, aunque al estar personalizado por el fabricante hasta el extremo será difícil valorar las actulizaciones futuras del dispositivos.
Aunque los fríos números a veces no suponen un mejor o peor rendimiento, siempre es bueno darle una pasada a la batería de benchmarks más importantes para poder cuantificar, así que aquí os dejamos con las puntuaciones del HTC One mini en las principales pruebas de rendimiento:
HTC One mini: rendimiento | |
---|---|
AnTuTu | 11310 puntos |
Quadrant | 6086 |
3DMark | Ice Storm: 4927 |
Epic Citadel | 56.8 FPS @ 1280×720, High Performance |
Software y funcionalidades multimedia
La versión de Android instalada es 4.2.2 Jelly Bean, aunque de él poco se encontrará el usuario. El HTC One mini no ha obviado el trabajo de HTC con el software, y también ha enmascarado Android con HTC Sense 5 y BlinkFeed.
No es criticable que los fabricantes quieran dar personalidad a sus dispositivos con software específico, ni tampoco que añadan valor, aunque volvemos a repetir la cantinela de siempre, para ello no hace falta echar por tierra toda la experiencia de Android para colocar una interfaz completamente diferente.
Eso es lo que ha hecho HTC, y es la peor parte de sus dos terminales de 2013, que aún contando con buenas especificaciones, buen diseño y mucho valor añadido a través de software específico, sufren el tener una personalización tan intrusiva como HTC Sense y BlinkFeed.
El el HTC One mini encontraremos de nuevo las mejoras añadidas para la cámara HTC UltraPixel, con Zoe para animar nuestras fotografías durante 3 segundos. También encontraremos sonido Beats Audio y HTC BoomSound, o lo que es lo mismo, dos altavoces estéreo de alta calidad en el frontal. Los auriculares incluidos tienen una buena respuesta, aunque no son Beats Audio.
Sin embargo, la experiencia Android no es completa, con reorganización de menús y cambios en la barra de notificaciones, nuevas fuentes y paletas de colores para toda la interfaz, un pronfundo cambio en el lanzador de aplicaciones y sobre todo HTC BlinkFeed.
Es evidente que muchos le encontrarán utilidad a una pantalla de escritorio que acoge de primera mano y al estilo de los "tiles" de Windows todas las novedades en forma de noticias, interacciones de redes sociales, etc.; aunque muchos otros, entre los que nos encontramos, lo vemos un tanto raro con respecto a la experiencia que busca Google con Android.
Se pierde la personalización del escritorio, y se obtienen a cambio funcionalidades que bien se podrían conseguir con widgets externos u otras aplicaciones.
En general, el trabajo de HTC ha sido bueno con el software, la optimización es excelente, el aspecto muy cuidado, y las funcionalidades interesantes, aunque creemos que HTC debería olvidarse de personalizarlo todo y centrarse más en hacer una capa de software que se pueda actualizar rápidamente y sin requerir muchos recursos.
Los usuarios seguro que les agradecerían más las actualizaciones que BlinkFeed, una pantalla de inicio con un concepto muy bueno, pero que se vuelve confuso para el día a día y que se puede conseguir con otras aplicaciones de una manera parecida y más personalizada si cabe.
Cámara
En este apartado no cojea el HTC One mini, y es que si en el frontal cuenta con una cámara de 1.6 megapíxeles para videoconferencias, en su trasera monta una cámara HTC UltraPixel igual a la de su hermano mayor, una cámara que HTC ha estrenado en este 2013 para que sea la estrella de su gama de teléfonos.
Es un riesgo que la firma taiwanesa ha querido correr, y lo decimos porque aunque su calidad es buena, un sensor de 4 megapíxeles implica una apuesta valiente en los tiempos que corren.
HTC ha intentado con el desarrollo de esta cámara UltraPixel ofrecer toda la luz posible a los píxeles del sensor, colocando menos de ellos sobre la superficie consiguiendo así que cada fotodiodo sea más grande y capte más luz. Esto combinado con un objetivo de apertura f/2, estabilización óptica y un nuevo chip de procesado de imagen llamado ImageChip 2 hacen que el conjunto fotográfico sea de la mejor calidad.
Lo que hay que tener en cuenta es que las imágenes serán de 4 megapíxeles como máximo, y que a pesar de su buena calidad, no conseguirán paliar la falta de resolución si las ampliamos mucho, algo que podría darse en ciertos entornos.
Hablando ya de cómo se comporta la HTC UltraPixel, tenemos que quedarnos primero con la velocidad de enfoque, muy rápida, y la de captura, también muy veloz.
Los resultados de las imágenes son muy buenos, con reproducción fiel de los colores y un balance de blancos siempre corecto. Con condiciones de luz aceptables el HTC One es uno de los mejores dispositivos para sacar fotografías, aunque las tomas son muy fieles a la realidad y poco vistosas dado el poco tratamiento de imagen que aplica el software de procesado de HTC.
Sin embargo, donde la cámara del HTC One será sobresaliente es en lugares sin iluminación o con luz deficiente, y es que aquí ha estado el foco de HTC al diseñar esta cámara. El resultado con poca luz es muy bueno, superior al resto de dispositivos del mercado y muy a la par de los vistos con el Lumia 920. Las imágenes salen con poco ruido y bastantes detalles.
La interfaz es buena, con muchas opciones aunque no accesibles de manera directa, y con mejoras como Zoe, que como ya hemos comentado anima durante 3 segundos nuestras fotografías para que podamos capturas lo mejor de un instante sin necesidad de tomar varias fotografías. Además, el software cuenta con bastantes opciones de filtros de imagen.
En cuanto al vídeo, el HTC One es capaz de grabar a 1080p y 30 frames por segundo con una calidad bastante decente. El balance de blancos es bueno y la reproducción del color también, aunque el HDR en vídeo no está muy logrado. El software incluye un modo de cámara lenta que queda bastante llamativo.
Os dejamos con una galería de varios ejemplos de fotografías tomadas con la cámara UltraPixel de este HTC One mini. Destacar que la imagen del androide se tomó en una habitación con poca luz:
Ver galería completa » Cámara del HTC One mini (5 fotos)
Rendimiento, optimización y aspectos generales
Estamos ante un gran teléfono, de eso no cabe duda, y su funcionamiento general es muy bueno. No hay fisuras ni de rendimiento, ni de sonido, ni de recepción de señal, todo está optimizado como debe.
La recepción de la señal de red móvil es buena, al nivel de otros dispositivos que hemos probado, y la velocidad de navegación exactamente igual, se mantiene en niveles parecidos que los otros teléfonos a igualdad de red.
También es buena la recepción del WiFi, una de las patas más cojas de la gama Xperia, y el GPS no advierte ningún problema, contando además con soporte GLONASS.
Los sensores también son los habituales, acelerómetro, giroscopio, brújula, proximidad y luminosidad, y no hemos visto que ninguno fallase. La función de apagado de la pantalla en llamada funciona incluso en habitaciones completamente a oscuras, y el brillo automático se ajusta bastante rápido.
También hay un LED de notificación, que está escondido en el centro del altavoz superior y que ocupa uno de los puntos de la rejilla tallada en el aluminio.
La conectividad tampoco ha sido olvidada por los taiwaneses, y aunque el terminal no cuenta con LTE, sí es capaz de conectarse a redes hasta HSPA+, además de contar con Bluetooth 4.0, WiFi y NFC.
Con respecto a la autonomía, la mayor fuente de problemas de un smartphone actual, cabe destacar primero que la batería es de polímeros de litio y tiene una capacidad de 1.800 mAh.
Con uso normal hemos podido utilizar el dispositivo todo un día, desde las 9 de la mañana hasta las 10 de la noche, llegando con un 25% restante a su próxima carga. Esto se traduce en, como es habitual, una carga diaria para poder usarlo normalmente.
En uso intensivo el HTC One mini se merienda la batería, y jugando hemos visto cómo se drenaba en una hora alrededor de un 25-30% de batería más o menos.
Completamente en reposo y en modo avión, evitando conexiones a las redes y utilizar el terminal, éste se comporta mucho mejor, pues ha tardado algo más de 4 días en gastar un 50% de batería.
Es evidente que en stand-by el terminal gasta muy poco, pero en uso la cosa cambia bastante, así que podríamos decir que su autonomía está en la media, sin más alardes, y que necesitará una carga diaria como la mayoría.
HTC One mini, la opinión de Xataka Android
HTC ha apostado a todo o nada en este 2013, con sólo un dispositivo nuevo en el mercado europeo sus ventas se resienten cada semana, y parece que este HTC One mini llegará todavía en septiembre, quizás demasiado tarde para luchar entre una competida gama media donde Sony, Samsung y LG ya juegan desde hace meses.
Además, el precio fijado en torno a los 500 euros para el terminal libre tampoco ayudará a que se convierta en un superventas, aunque seguramente cuando se lance ese precio haya bajado.
El HTC One mini es un terminal más compensado que su hermano mayor, es más pequeño, más ligero y manejable, cuenta con una pantalla de gran calidad y no flaquea excepto en la memoria, no ampliable, y en la batería, que podría mejorar pero donde todos sufren.
No podemos aventurarnos a decir si triunfará o no el nuevo One mini, aunque credenciales tiene. Llegará tarde, y su precio debe ajustarse a la realidad del mercado, aunque sin duda entre la gama media es una de las mejores opciones, con una pantalla difícil de igualar, una cámara muy buena en condiciones de poca luz, y un diseño y construcción impecables.
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