Si alguien puede fabricar el Android definitivo, ese es Google. Es quien se encarga de desarrollar el sistema operativo y, en los Google Pixel, la estética del UI y funcionalidades son completamente exclusivas. Desde el año 2016 hemos ido viendo las distintas generaciones de Google Pixel, móviles que nos han ido enamorando por hacernos olvidar las capas de personalización y mostrarnos la experiencia Google tal y como lo concibe la propia creadora de Android.
No obstante, resulta curioso que todas las generaciones Pixel han tenido algunos errores, fallos o problemas cuyo denominador en común ha estado siempre claro: todo se podría haber evitado. Vamos a hacer un repaso por ellos errores difíciles de explicar y que han alejado a los Pixel de esa corona que rozan con los dedos, año tras año.
Google Pixel XL de 2016, el comienzo de una era
El Google Pixel original, curiosamente, fue uno de los Pixel que menos problemas dio. Su diseño fue muy criticado, aunque el apartado estético no deja de ser algo subjetivo. Llegaba dando los primeros pasos que asentaron los cimientos de la ROM del Pixel, como un Google Assistant que llegaba solo en inglés. Más allá de esto, no dio demasiados problemas de software y, en general, era un gran dispositivo con un hardware a la altura de la gama alta.
Se echó en falta la resistencia al agua que tenían rivales como el Samsung Galaxy S7 y el iPhone 7, y su distribución fue muy limitada. Se podía comprar en España a través de webs como Amazon, pero desde la primera generación Google dejó claro que nuestro país no era un mercado prioritario.
Google Pixel 2 XL, la famosa pantalla maldita
Con la segunda generación del Google Pixel empezaron a llegar esos problemas que, con un control de calidad más severo, hubieran salvado la oleada de críticas. En 2018 titulábamos nuestro análisis con un "Pixel 2 XL, la mejor cámara del momento merecía una pantalla mejor". Pese a ser un panel 2K con tecnología OLED, el Pixel 2 XL tenía una de las peores (si no la peor) pantalla de la gama alta.
Azuleaba sin apenas inclinarla, los colores eran extraños y antinaturales. Tantas fueron las quejas que Google lanzó actualizaciones específicas para intentar mejorar la calibración, pero la calidad del panel era la que era. El móvil costaba 959 euros, un precio por el que se exigía un panel a la altura de rivales como el Samsung Galaxy S8 o el iPhone X.
Here's just one example of what I described as "devastatingly and embarrassingly laggy" on my Pixel 2 XL.
— Artem Russakovskii (@ArtemR) August 9, 2018
And it happens all the time and not to just the Camera (the Camera is just an example).@MKBHD's examples with animations were very tame compared to the crap I deal with. pic.twitter.com/qhShInB4YS
Además del problema del panel, con el Google Pixel 2 XL empezó una larga historia de bugs aleatorios bastante reportados por los usuarios, en este caso, el lag tras unos meses de uso. Algunas unidades del Pixel 2 XL tenían un lag notable. Desde el soporte de Google aseguraban que podía deberse a que alguna "aplicación no optimizada para Android 10" y animaban a hacer un reseteo de fábrica si seguía funcionando mal, una solución no muy ortodoxa.
Dos errores que ensombrecieron uno de los Pixel con mejor autonomía, un rendimiento envidiable en las unidades sin el problema del lag, y una cámara que marcó un antes y un después. Con el Pixel 2 XL Google dejó claro que tenían la mejor cámara del mercado, y lograron mantener el puesto durante algunos años.
Google Pixel 3 XL, ¿qué hace ese notch ahí?
Te puede gustar el notch, te puede no gustar el notch, pero si el móvil tiene un sistema de reconocimiento facial 3D, se entiende que esté ahí. Ahora bien, si el móvil no tiene ni siquiera reconocimiento facial, ¿qué hace ahí? Del mismo modo, la competencia ya empezaba a recortar en marcos (incluso Apple, la más lenta en evolucionar con los diseños), mientras el Pixel seguía con los casi los mismos marcos del Pixel 2 XL, pero con notch.
Fue otro de esos movimientos extraños de Google, porque nunca más volvieron a poner el notch. El Google Pixel 3 XL lo tuvo por alguna razón, y no se supo más de él. Salvando el tema del diseño, el inexplicable notch y una autonomía que tampoco estaba a la altura de un móvil tan grande.
Pese a estos puntos, que no iban más allá de lo estético y la autonomía perdida respecto al modelo anterior, el Google Pixel 3 XL fue uno de los mejores teléfonos de su generación, con un buen rendimiento y una cámara que seguía dando lecciones a la competencia.
Google Pixel 4 XL: mala autonomía y recursos en un sistema biométrico que no llegó a nada
"No solo de fotografía vive un gama alta" fue el título de nuestro análisis del Google Pixel 4 XL. Esta generación volvimos a ver un movimiento extraño por parte de Google: el desarrollo de un sistema de reconocimiento facial del que no volvimos a saber nada. Para competir con el Face ID de Apple, Google implementó un sistema de cámara frontal más un "radar" que captaba los movimientos.
Este desbloqueaba el teléfono incluso con los ojos cerrados, un grave fallo de seguridad mediante el cual, cualquier persona que nos acercase el móvil a la cara, incluso dormidos, podía acceder a él. Meses después, solucionaron este error mediante el parche de abril de 2020. De ser el único problema del dispositivo, todo estaría solucionado, pero no fue así.
Pese a ser el modelo XL, de nuevo, la autonomía era muy justa. En pleno auge de las memorias UFS 3.0 Google seguía usando memorias UFS 2.1 y el precio volvía a partir cerca de los 1.000 euros, pese a los problemas.
Google Pixel 5: los Pixel son ahora de gama media
El Google Pixel 5 fue mi móvil personal durante un tiempo. Un móvil redondo al que no le saqué muchas pegas, pero el concepto era algo difícil de justificar. Los Pixel siempre habían costado cerca de 1.000 euros y sus fallos les impedían rivalizar con la gama alta en este rango de precio, así que Google decidió recortar y convertirlo en un gama media para ajustar el precio.
El Pixel 5 no llegó a España, de nuevo con esa estrategia de modelos que llegan y modelos que no, pero se podía importar desde Alemania por unos 650 euros. Si bien el conjunto de hardware puede ser "suficiente" para la mayoría de usuarios, el downgrade fue notable. Al panel le faltaba brillo al sol, el procesador sufre si le exigimos lo que se le pide a un gama alta y el sonido no era de demasiada calidad.
Pese a esto, el Google Pixel 5 se sitúa como uno de los mejores Pixel que ha habido un nunca, el primero y único con marcos completamente simétricos, un tamaño comedido y buena autonomía. Un móvil imperfecto, pero de nivel.
Google Pixel 6 y 6 Pro: rozando el cielo con los dedos
Y llegamos a los Google Pixel 6 y Pixel 6 Pro, la mejor generación Pixel de la historia, con su correspondiente razón de pequeños errores difíciles de explicar. El primero es el brillo automático, que ni funciona de forma progresiva ni guarda los datos del usuario. Es decir, por más que lo entrenemos para que suba al máximo a pleno sol o baje al mínimo a oscuras, no funciona bien.
El lector de huellas de este Pixel es también un pequeño inconveniente. No funciona tan mal como se pueda pensar, pero un móvil de casi 900 euros merecía un lector rápido y preciso. La tasa de error es más alta de lo habitual y el desbloqueo es algo lento.
El tercer son pequeños bugs del propio sistema operativo. Por primera vez en años he tenido crasheos del UI. El bug más curioso y "divertido" fue abrir los ajustes de batería, posteriormente abrir los ajustes de fondos de pantalla y que se fusionaran en una sola pantalla los datos de ambos menús.
La autonomía también es escasa, punto que se lleva arrastrando desde el Pixel 3 XL (y que, curiosamente, mejora en el Google Pixel 6). Sumado a conjunto de "peros" que hacen de un móvil que, en conjunto es sobresaliente, no sea perfecto simplemente por no haber montado un buen lector y haber optimizado más el sistema.
Cerca del Android perfecto
Google lo tiene todo para crear el Pixel definitivo. De hecho, si el Google Pixel 6 tuviese un mejor lector de huellas y corrigiese los bugs, sería un móvil prácticamente perfecto por los 649 euros que cuesta. Pero por alguna razón, en cada generación Pixel, hay un pequeño error que ensombrece la experiencia.
Caso aparte es la distribución. En España los Pixel llegarán de forma limitada, en un solo color y versión de almacenamiento, un lanzamiento complicado para el gama alta de Google. Paso a paso Google se acerca a ese Android 100% redondo que esperamos de la compañía, con la esperanza de que en alguna generación no se dejen nada en el tintero.
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